sábado, 14 de noviembre de 2009

Con lo bien que lo podíamos estar pasando

Al descorchar El País de hoy, me encuentro con un artículo titulado Comunistas II. Una tribuna de Esther López, listera de las europeas por IU. Es la respuesta a otro de Elvira Lindo, llamado Comunistas. Cómo yo ya hice el mío, en tiempo y forma, no insistiré mucho sobre el asunto, pero ya que es sábado y, al menos en Madrid, el día está más pachucho que mi tobillo, dediquen unos minutos a leerlos; para pensarlos bastan unos segundos.

Lindo es una profesional del articulerismo, escribe guiones y novelas y muchas veces resulta graciosa. Su paso por Manhattan no le quitó oficio, pero se me hizo más pesada y dejé de leerla. Debe ser machismo literario, porque lo mismo me ha pasado con la Montero que me aburre absolutamente, con la Grandes, que una vez rasurada Lulú dejó de interesarme y además soy irregular visitador de la Torres.

El artículo citado es menor y se puede tirar al mar del mismo nombre, pero bueno, uno escribe todos los días y no siempre la pluma se porta de igual forma. Pero la señorita López Barceló debería habérselo tomado más en serio, porque si siempre escribe así sería mejor dejarlo, máxime cuando aparecen como co-firmantes Cayo Lara, José Luis Centella y Willy Meyer. El gusto asambleario no se pierde ni para las tribunas, ocultando ese tic arcaico de la autorización en la sombra.

López Barceló dice que es arqueóloga –hay profesiones que deberían omitirse cuando promueven el chiste fácil- y dedica parte de la tribuna a defenderse. Si El País, periódico anticomunista donde los haya, te da un espacio, utilízalo para tu causa y lame tus heridas a solas. Dice que tiene 26, pero aparenta 15. Sí, se lo diría a un hombre si hubiera escrito lo mismo, por si las feministas aguerridas ven sospechas de menosprecio de género. Lindo muestra una opinión y López desgrana una defensa innecesaria salvo que sea íntimamente culpable. El pues anda que tú no está a la altura de lo que se espera.

Por otro lado, le deseo lo mejor, la ingenuidad se cura, pero hay que alimentar la rebeldía, y no es a base de estar en paro sino cultivando el análisis y el conocimiento, es decir, más por la empatía que por el egotismo, menos por uno y más por los demás.

Lo curioso es que el trío calavera de la izquierda no socialista, aparezca de guardia pretoriana en un artículo escrito en primera persona, por mucho que en el nuevo comunismo sean todos uno y trino. Willy Meyer, con sus idiomas, encontró desde hace tiempo destino de exiliado voluntario, de Centella poco se puede decir y ya lo dije y de Cayo Lara pues pesimismo. No se puede presumir de trabajador del campo para justificar ignorancia sobre Sabino Fernández Idem. Ya no es la picardía de mentir o silenciarse –bastaba un acento en la O y poco más para lograrlo-, es el asombro de que no ha leído los periódicos en los últimos 30 años.

Ya hemos comentado que el saber no sólo ocupa lugar, es que últimamente lo abarrota y lo anega, destrozando con brotes de información y juicio lo que antes era un bello y yermo páramo; la cultura es un bien molesto y hay más mérito en llevar trabajando desde los catorce años que en sacar Registros al año de acabar la carrera, como hizo la ministra Corredor. La clave está en que estudiar no es trabajar. Aprobar Romano, Anatomía o Estadística, no es nada comparado con darle a una pared con una maceta o llevar paquetes en ciclomotor. Y esa estúpida consideración, sólo lleva a que las clases desfavorecidas no aprieten las tuercas a sus retoños, dejando que sólo las familias con posibles, empujen a los suyos al estudio, por no necesitar que otro sueldo entre en casa.

Lara así lo cuenta, pero miren, creo que todos queremos que nuestro abogado, nuestro médico, haya estudiado en los mejores colegios, se haya licenciado en las universidades más punteras y haya hecho todos los masters del mundo en esos sitios en los que sólo los ricos pueden, para joder a la otra parte si es abogado y para salvar las nuestras si es urólogo. En absoluto me interesa que haya terminado la carrera tarde y con poco aprovechamiento porque tenía que cuidar a su familia desgraciada, que no tenía dinero para aprender inglés y que no está al tanto de lo último publicado hasta que lo traduzcan. Las penas para las radionovelas.

En todo caso el mérito superior es hacerlo a la vez. Trabajar y estudiar. Y luchar porque un tipo con aptitudes pueda estudiar y contribuir a la sociedad aunque su familia no tenga pasta. Alegar ignorancia es constatar que uno no debería estar ahí. Hoy en día, un líder sindical que discuta con la patronal, no puede ser un mero obrero que explique que con cuatro cuartos no se puede vivir. La fallida operación de Magna con Opel no puede hacerse sin, al menos, las cuatro tardes de economía que Jordi Sevilla regalaba a Zapatero. Tiene que saber por lo menos lo mismo que el negociador de enfrente. ¿Recuerdan el sistema de SuperLópez que revolucionó la industria automovilística? Básicamente era conocer los márgenes y sistemas productivos de sus proveedores para optimizar los propios hasta el punto de recomendar cambios para aumentarlos o para bajar los precios y ser más competitivo. En otras palabras, saber tanto de miel como el mielero que te la vende, aunque para ello haya que ser abeja obrera. Pero últimamente están ganando los zánganos.

Nota: Lean el artículo de Savater un poco más adelante, en donde habla, entre otras cosas, del maestro de Camus, el que convenció a la madre de que su hijo estudiara. Al recibir el Nobel le escribió una carta diciéndole que después de su madre, el primer pensamiento fue para ese maestro que le rescató del analfabetismo de una madre viuda en un pueblucho argelino. Un comunista, anarquista que dedicó su discurso de aceptación del Nobel a su primer profesor. Por eso es, entre otros millardos de cosas, mucho mejor leer a Albert Camus que a Elvira Lindo.

2 comentarios:

Bloomberg dijo...

Somos una pareja de Hispanistas irlandeses residentes en Suecia. Casualmente hemos descubierto su excelente blog --cuyo contenido nos ha gustado muchísmo-- y hemos querido enviarle nuestra más sincera felicitación por su irónica e inteligente manera de retratar la actual realidad española.
Un cordial saludo.
Sarah y Zach Bloomberg, Estocolmo.

Leandro María dijo...

Sarah y Zach, es muy satisfactorio recibir felicitaciones. En este caso más europeísta no puede ser, lo que me congratula especialmente, por lo que tiene de opuesto a nacionalismos umbilicales y cuitas domésticas. Gracias por leerme.

Luis