sábado, 27 de noviembre de 2010

Bloomsday amb tomàquet

Irlanda ha cambiado la formulación de isla que aprendimos de pequeños: a saber, porción de tierra rodeada de agua por todas partes menos por una. Ahora ya es una porción rodeada de agua por todas partes. Irlanda se hunde. O la hunden, que tanto da. Pero siendo un país tan euroescéptico no sé a qué narices viene pedir pasta al continente cuando las cosas se complican. Vamos cómo si te encuentras a Benedicto en un pub y te dice ¿no tendrás un condón por ahí, verdad? Un poquito de seriedad y menos morro. Y es que el continente somos nosotros. Y anda que son cuatro perras las que piden. Y eso sin hablar de las medidas de ajuste que parece necesita. Fumigarse a 25000 funcionarios y subir el IVA al 24%, ahora dicen que al 23. Nuestro ZP lo hizo al 18 y no despidió a nadie y se lo quisieron comer, imagínense al veintitantos. Y esas cifras pónganlas en contexto. Son 25000 funcionarios para un total de 4,5 millones de habitantes. Menos que mis conciudadanos de Madrid. Y piensen lo que es subir un impuesto indirecto y no progresivo, para los adalides del neoliberalismo ese de poquito estado y menos confiscación. La maravilla celta como paradigma del buen hacer de la que presumía Aguirre y cía. Lo de CIA lo digo con minúsculas no crean. Miren lo que dijo: Sin embargo, hoy, en 2006, Irlanda es el país más rico de la Unión Europea, tras Luxemburgo. Hasta el punto de que Irlanda, que desde el siglo XIX siempre había sido un país de emigrantes, se ha convertido en país de acogida de inmigrantes. Y este milagro económico tuvo su origen en políticas liberales. Es decir, en las bajadas de impuestos, en los recortes del gasto público, en el equilibrio presupuestario, en la liberalización de la economía y en la apertura a las inversiones extranjeras y al comercio internacional. Cagada pastoret! Parece que el modelo neoprenoliberal se ha hundido irremisiblemente. Lo que no quiere decir que no nos lo sigan aplicando de por vida.


Por otro lado, en Corea están entornando cada vez más los ojos. Moscú de los nervios y Tokio haciéndose cruces, mientras Obama riega cada día los enanos de su política internacional para que le sigan creciendo.

Y entre todo este mogollón, de pronto surge Montilla, que ha oído lo del riesgo país y ha decidido atajarlo. No tenía el Corominas al lado y lo ha debido entender mal. En los hoteles hay que incluir en el desayuno productos de proximidad. ¿Vuelve la rapiña? No, se refiere al pan y tomatito para decirlo en la lengua del imperio. Y todo ello en un decreto oficial. Con la que le está cayendo y él preocupado con el almuerzo, para que digan luego de los funcionarios. Nada de desayuno continental clásico, legislemos el desayuno regional y hagamos país. Llevo décadas viajando a Barcelona, desde que pasé allí más de un año haciendo el servicio militar cuando la tierra aún estaba caliente. Un inciso para los más jóvenes y menos leídos. El servicio militar era una especie de Erasmus patrio entre tíos no necesariamente universitarios, comandados por otros tíos necesariamente no universitarios, en dónde aprendías a buscar retretes limpios con una extraña habilidad, discontinuabas tus habituales normas de aseo, perdías el tiempo de forma miserable y si no habías salido antes de tu pueblo, tenías la posibilidad de conocer el mar y hacerte un hombre. O te hacían, que todo podía suceder.

Bueno pues en tantos viajes, encontrar en los hoteles butifarra blanca y negra, pan de payés, tomate, aceite de Lérida y demás productos de la tierra, era lo habitual. Cuando soldado tenías que advertir que no querías el tomate que se aplicaba por defecto como el agua helada en los Estados Unidos al sentarte a comer. Ahora parece necesario reglamentarlo para darte las cuatro estrellas. Y no contento Montilla con esto, se inventa un par de categorías más: el cuatro estrellas superior y el cinco estrellas gran lujo. ¿Por qué vamos a tener en España un criterio único para los hoteles? Total, el turismo es un sector prácticamente irrelevante en nuestra economía, las arbitrariedades por tanto son caprichitos que poco importan. Puestos, por qué no quitar las estrellas y poner barretinas. Así se llamaba el bareto de mi cuartel que era el Hospital Militar de Barcelona: Bar Retina. Ustedes pensarán que estaba atendido por oftalmólogos, pues no, nada que ver. Esto último tampoco lo entienden los militares. Pero bueno esto solo lo sabemos los que hemos hecho el Erasmus cuartelero, así que no insistiré.

Las estrellas vendrán dadas por los servicios en lugar de por los metros cuadrados, alegan. En parte ya era así, otra cosa es que la clasificación hubiera que cambiarla, pero pudiendo liarla en cada comunidad autónoma, ¿por qué buscar un criterio unificado?, incluso con Europa, para que los viajeros globalizados sepamos a qué atenernos. Así las cadenas hoteleras tendrán hoteles similares en servicios y en tamaño por toda España pero con diferentes calificaciones. Es lo que tiene pasar la frontera de España al Estado. Excepcional.

Pero de comentar la bobada del Honorable Montilla a ponerse intenso como la Conselleria de Turismo de la Generalitat Valenciana hay un trecho, ya que han asegurado que el decreto aprobado por el gobierno catalán "atenta contra la libre competencia" y es "contrario a las directivas de alojamiento de la Unión Europea".


Tampoco es eso amiguito del alma, que deberíamos hablar de muchas cosas, compañero Camps, del alma compañero. Quizá sí lo sea que el presidente de una institución financiera como Caja Madrid, en el momento que están viviendo las cajas se vaya a hacer campaña del PP a Cataluña. Creo que estamos al cabo de la calle sobre la ideología del señor Rato, pero quizá debiera utilizar su tiempo en otras cosas. A lo mejor me deja que le haga la agenda.

Pero de todas formas sí que entristece que con la vara que nos han dado con el Estatuto catalán, con la de años que llevamos abriendo los noticiarios con la dichosa asimetría, que si el pre, que si el durante, no les digo con el post, que si Zapatero prometió, que lo que votan los catalanes no lo separe el hombre y más admoniciones cuatribarradas y llega el momento de tomar posiciones respecto de la sentencia y del mismo modelo autonómico y ambos desaparecen de los discursos. Y se quedan con los videos. El PP lanza un videojuego que persigue emigrantes ilegales. Montserrat Nebrera, exPP, sale en toalla de felpa después de un largo orgasmo, entiendo que fingido y posiblemente vicario. Laporta se anuncia mediante María Lapiedra actriz porno y cantante porno también, dada la obscenidad estética, hasta el letrista es porno, por no haber estudiado algo quiero decir. Las juventudes de CiU muestran un ladrón vestido de bandera española que roba la cartera a un ciudadano catalán que termina atrapándolo por detrás. Las juventudes socialistas promueven el voto con una mujer en éxtasis gozoso. ¿Qué les pasa a estos catalanes con el sexo? Son más verdes que la propia Erin. Déjenme pensar. Ya sé. Ahora entiendo la razón de Montilla para poner en el desayuno tomate triturado y aceite en lugar de mantequilla: la evitación de la tentación untuosa de su último tango.