sábado, 7 de noviembre de 2009

¡Al abordaje!

Ayer escuchaba que las esposas, hijas y madres de los pescadores del Alakrana, exigían no sé cuantas cosas al gobierno y que le daban instrucciones de cómo hacer su trabajo.

La situación es parecida a cuando un marido, un padre, un hijo está jodidamente enfermo y los cónyuges, descendientes y ascendientes exigen a los médicos que le salven la vida. Una exigencia testimonial, que va de suyo, pero comprensible. Pero en este caso ninguna osaría a decirle al cirujano que la vía transperitoneal sería más adecuada o que una anastomosis termino lateral debería ser el procedimiento de elección. Las razones son evidentes, ni siquiera saben las posibilidades existentes, ni entienden qué carajo es esto. Pero cuando se habla de un secuestro sacan a relucir su enorme currículo como negociador en crisis similares, diplomados por West Point. Los familiares ascienden de pronto al Estado mayor con fajín azul y dan instrucciones como un Jack Bauer cualquiera en 24. El innatismo hispano en el saber.


También tenemos al Pin y Pon, la leal oposición, diciendo con ese criterio que acostumbran, que el Gobierno lo está haciendo mal desde el principio. Yo simplemente me pregunto si en estas semanas no nos podrían haber dado indicaciones de cómo hacerlo bien. Más que nada para no perder tiempo y dinero. Los líderes populares de Galicia y País Vasco son algo más consecuentes y dicen que hay que apoyar al Gobierno y que se reservan el chorreo. Los presidentes de Canarias o de Castilla La Mancha no dicen nada. Que se joda Terencio por decir eso de Homo sum, humani nihil a me alienum puto; Hombre soy; nada humano me es ajeno. ¿Son manchegos? No. Ah bueno, entonces nada.

Libertad, Igualdad, Fraternidad ¿Cómo vamos a conseguir llegar a la república con esta gente?

Pero vayamos al centro de la cuestión y sin ponernos leninistas preguntarnos ¿Qué hacer?

Tracemos un continuum entre el desentendimiento total expresado como Ah! se siente hasta el compromiso absoluto de todos somos el Alakrana.

Tesis liberal el Estado para qué. Son una empresa privada. Avisados estaban. Que se busquen la vida. ¿Qué coño hace España apresando piratas en el quinto cuerno? ¿Seguro que estaban en aguas internacionales? No podemos poner un guardia civil a cada ciudadano. La seguridad es un coste más de su negocio.

Tesis enrollada. Son seres humanos y merecen que se les ayude en cualquier lugar del mundo. Da igual el coste, los recursos son infinitos o ya los quitaremos de otros sitios. Que se aprueben leyes urgentes que permitan a los pobres negritos regresar a su país. La culpa es de Estados Unidos que les hace más rebeldes que Jeannette. La Audiencia es demasiado garantista.

Hay alguna aportación neoimperialista de interés:

Tesis me cago en vuestra puta madre. Llenamos un avión con geos y nos liamos a tiros, quizá mueran los marineros, pero tienen que aprender que con España no se juega, hay veces que es necesario un sacrificio. Navantia está en pérdidas, que se hinchen a hacer fragatas armadas hasta los dientes y se van a enterar estos chulos de mierda. ¡Sahara español!

Y alguna otra de corte más patriota:

Tesis ahora sí que os gusta España. Claro, quitan la enseña nacional para poner la ikurriña en cuanto salen a aguas internacionales, pues que los salve la Ertzaintza. No quieren ni ver al ejército, pero ahora bien que quieren que les saquen las castañas del fuego. Ahora sí que somos solidarios. ¿No os bastabais por vosotros mismos, Rh negativos de mierda? ¿Quién paga esto, los beneficiosos impuestos forales o los de todos los españoles?

Como ven está la cosa fastidiada. Basta con escuchar lugares comunes como que no se puede ceder al chantaje, el Estado de Derecho consiste en respetar las leyes, no descartamos ninguna acción, hay que dejar que la diplomacia haga su trabajo, no se puede negociar con terroristas para pasar al otro lado del espejo y aceptar que ya se ha cedido al chantaje en más ocasiones, que las Leyes son interpretables, que no sabemos qué coño hacer y por eso no descartamos nada y que en realidad hay que definir qué significa terroristas.


Es verdad que hay unas cuantas vidas en peligro, también que ha sido la Audiencia quien ha complicado las cosas trayéndose a los dos piratillas. No lo es menos que el bandido adolescente, por citar a Sender, nunca había visto tanta asistencia sanitaria como la utilizada para decidir si le encendían las velas de la tarta o no. Esos que quieren el cumplimiento íntegro de las penas y su endurecimiento hasta la perpetuidad, piden que el juez mire para otro lado en este caso y devuelva a estos pringaos.

¿Qué hacer, pues? Les damos la pasta, les damos a sus dos chicos, nos traemos a los nuestros e instauramos el eslogan: España, no lo pienses más. Si no les devolvemos a los detenidos y matan a tres marineros, tenemos a tres familias destrozadas, una opinión pública de uñas y a una tripulación menos tres ,retenida con el pensamiento de debimos hacerlo antes. Si hablamos con Francia y con algún otro país con ganas de fuego real, podemos bombardear la costa somalí y cargarnos a piratas, marineros, niños y cabras y saber que a los que queden les importará poco nuestro honor y orgullo vengado y seguirán haciendo lo mismo. Y todo a bastante más de dos millones de euros.

Existe la posibilidad de llegar con una maleta al Consejo General del Poder Judicial y decirles que ahí tienen 3 millones de euros, que hagan lo que les salga de los cojones con los dos prisioneros, y que lo que sobre para ellos. Llamar a los armadores y decirles que pesquen en el Nervión o en la ría de Pontevedra, que la Armada está para los desfiles y no se desplaza y aprovechar el discurso de Navidad del Rey para explicarnos que el mundo es demasiado complejo y hay mucho hijo de puta suelto y que en nuestros dominios cada vez sale menos el sol.

Creo que lo que tenemos que hacer es bajar la cabeza, pagar aunque signifique ceder al chantaje, devolver a los escuálidos negritos, aunque sea saltándonos nuestras maravillosas normas, traernos sin mucho ruido a los pescadores y esperar que tengamos más suerte la próxima vez.

-Eso es de ser un mierda.

Ya, pero es lo que hacemos todos los días ante el patrón, ante la banca, ante la corrupción, ante las extorsiones de los tipos más fuertes, más poderosos. Lo hace usted y lo hago yo ante todos los chulos que nos roban la vida cada día, en la calle, en el mercado, en el curro. Si nos hemos acostumbrado a inclinar la cerviz, ¿por qué no vamos a recomendar a nuestro Gobierno que haga lo propio?

viernes, 6 de noviembre de 2009

La motu propria

Estoy escayolado. Un coche decidió utilizar la vía Aguirre para acceder a su destino en lo universal y se salto una línea continua arrollándonos a mi moto y a mi. Las peripecias son varias, como, que la Policía Local, después de disponer de mi carné un buen rato y considerando que éste tiene un número de datos finito y no es tamaño DIN A3, se les ocurre pararme mientras me alejaba cojeando para subirme a un coche para preguntarme los nombres de pila de mis padres. Menos mal que recordaba que eran Tudor y Duracell, si no, seguro que hubiera terminado detenido.

Anteriormente ese mismo policía había arrancado la moto para subirla a la grúa, algo bastante irregular, y ayudado por el operario del transporte, terminó tirándola de nuevo al suelo. En su defensa alegó que pesaba mucho y que estaba de Dios. En este punto ya supondrán que mi moto no está homologada, tiene cinco ejes y, sin duda, es imposible su manejo. Los que sí llegaron de forma inmediata fueron los del SAMUR, me atendieron y me curaron la herida, lástima que equivocaran la calle, una muy principal de Madrid y que me culparan de no tener latido, porque su aparato estaba bien. Les di las gracias con mi mejor voz de zombie.

Ya en el hospital me preguntaron a la hora de las placas que si llevaba medallas. No es raro teniendo en cuenta que voy con zapatos de serpiente, peluco de oro y abrigo largo de piel de esos que les gustan a los PETA. Descartada la del desembarco de Normandía que está en la casa de empeños, pregunté si contaba la medalla del amor, el lazo Abelín de hoy más que ayer pero menos que mañana. La técnica de rayos me miró como con ganas de romperme más cosas.

El médico que me atendió en urgencias -me refiero al servicio del hospital, no a la serie de televisión- ni me tomó la tensión ni me movió la nuca, de hecho ni me palpó, ni me pidió que me desnudara. Sé que nadie daría un duro por verme en bolas –quizá algún pederasta del sector crítico-, pero qué menos que revisar de visu mi estado. Concluyó que bastaba con un vendaje y una receta.

A los dos días tuve que ir a mi Mutua para lo de la baja. Como era in itínere no basta la Seguridad Social. La zona de consultas tiene puertas automáticas, genial cuando vas con muletas, pero, como ya adivinarán, mi sitio era urgencias –el servicio, de nuevo- y ahí no valen ni prisas ni comodidades, allí hay una puerta de doble hoja manual, completamente inaccesible si uno no va con la cuadrilla –por lo de las muletas- para ayudarle. Sí, se queja todo el mundo, alegan. La colectivización del desastre siempre aminora las soluciones.

Sé que les estoy aburriendo, pero miren estoy con un yeso y sé que la solidaridad siempre empieza por los demás, así que no sean pesados y déjenme continuar. A que les suena la escena de dos personas atendiendo, pero una de ellas no sabe cómo se hace su trabajo y es la otra la que le ayuda –dejando de atender a su fila- llamando a una tercera que opina algo diferente. Bueno, pues todo eso sucedió. El caso es que después de pelearme con una recepcionista que era incapaz de leer dos informes en la que venían todos los datos que me preguntaba y más incapaz de respetar los turnos de atención, una mujer me llama.

Después de varias puertas –el centro debió ser antes un lugar de entrenamiento de ciegos para el combate- una médico eslava me pide los papeles que ya entregué y a continuación se pone a hablar por teléfono en una llamada personal; creo que personal, salvo que mi chiquirrrritín –con voz de el pagtido no pegdona Boguiss- fuera su jefe de servicio.

Esta médica, con premolar ausente, iba con la tripa al aire. Dirán ustedes que la ciencia no está en la vestimenta. Y es cierto, de hecho el médico anterior iba con perfecta corbata y ya ven. Pero parece razonable que cuando vas al médico, el que enseñe el vientre sea el paciente y no el galeno. Como ven, cada día más viejo.

Después de la exploración, decidió que tenía que radiarme un poquito más la pierna y me dejó en un pasillo en calzoncillos –fíjense que ni siquiera eran boxer- y una sabanilla. Me faltaba la pastilla de jabón si hubiera estado en otro sitio y en otro tiempo. Si no lo entienden, pregunten al presidente de Cantabria. Y si lo entienden finjan que no.

En mi espera de niño castigado en el corredor de la suerte –estaba yo sólo-, centenares, miles de enfermeras, auxiliares, celadores celebraban el adviento con alborozo, pero nadie me llevaba a sitio alguno. Una de ellas informó a los demás que iba al baño, esa necesidad de hacer cuaderno de bitácora de los ritmos renales o intestinales que tienen algunos. Y como no quedó claro si era la vejiga o el recto el causante del viaje , alguien preguntó a mis espaldas ¿vas a hacer caca o pis? Como me gusta el suspense no les contaré la respuesta, ni referiré las carcajadas de los sanitarios, ante esta escatología también in itínere, pero uno se siente bien al saber que el hospitalismo de Spitz está erradicado y que uno se encuentra entre colegas, aunque sea en medio de un pasillo, en una silla de ruedas, castigado de cara a la pared esperando que venga la bruja de Blair.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Este melón es inadmisible

Por lo visto el melón tiene tantos genes como el ser humano. Unos 26.000 dicen. Es una lástima que para calcular los del ser humano hayan tenido que tomar la muestra del Comité Ejecutivo del Partido Popular. Un poco de trampa, ¿no? Ellos, tan divinos.

Es la equidistancia que dice Esperanza Aguirre. Melones contra melones. Para que luego digan que las políticas de igualdad no son efectivas.


Me pregunto cómo hubieran quedado situados los humanos, representados con esta muestra bochornosa, si los melones, las cucurbitáceas, hubieran sido listos. Seguro que mal. Porque estoy convencido de que entre esas frutas también hay fracaso escolar. Lo llaman pepino. Se lo habrán oído a sus madres.

Y así, considerando la similitud genética, y para no perder el animus investigandi, se podrían implantar nuevas claves diagnósticas. El niño le ha salido pepino, por ejemplo, podría decir el pedagogo de turno. Mucho más claro que un cociente de inteligencia que ni siquiera llega a coeficiente, que es una operación de orden superior. Porque vamos a ver, podemos ampliar la educación obligatoria a los 18 años o a los 21, pero siempre existirán los intelectualmente inasequibles, los torpes, los poco dotados, los poco competentes, los escasamente aptos, lentos o como quieran ustedes llamarlos, que adjetivos, hay casi tantos como lerdos.

Tipos que no están en condiciones de aprender materias o conceptos de determinada complejidad. Es un hecho tan incontrovertible, que no entiendo cómo no se explica qué hacer con esa gente y, desde luego, la solución no es la ampliación del plazo. Un Fiat no se convertirá en un Ferrari por más tiempo que pase en el taller.

Sé que me dirán que al menos sí puede mejorar con unos buenos alerones y un rectificado de la culata. Y estoy de acuerdo; pero con la diferencia que hay muchos Fiat que no les da la gana pasar por ese tuneado obligatorio, porque pueden ser poco articulados y nada brillantes, pero aún disponen de capacidad de elección. Una capacidad mediada por su entorno, principalmente los padres, los amigos de idéntica consideración y la sociedad en su conjunto que cada vez ve en los estudios un sibaritismo no deseable.

Si añadimos que el estudiante no tiene dos perras en el bolsillo y sus colegas de diecinueve manejan billetes, pues la ecuación se desmorona. Y si sumamos que con dieciséis uno puede hacer todas las cosas que nos recuerdan cada día unos y otros, pues el asunto no hay por donde cogerlo.

Y no quiero poner en duda las sesudas intervenciones de los pro-senectud educacional que nos explican las ventajas de la persistencia, pero entiendo a los profesores de a pie que ven a tipos de 1,90 en clase que ya han perdido los granos y empiezan a perder el pelo, con la responsabilidad del colegio y sin la indulgencia de la universidad, campando a sus anchas por las aulas en las que se cruzan con tipos minúsculos que aún se lo hacen encima.


No sé como los melones del PP, perdón, los prebostes del PP, no lo han incluido en los inadmisibles del discurso de su patrón Rajoy que hoy ha dejado clavado en los medios de comunicación pretendiendo las 95 tesis de la Iglesia de Wittenberg de Lutero. Al menos eso quiso, aunque se le haya quedado más en un “If” de Kipling. Uno aspira a la contrarreforma fundacional y se queda en póster DIN A4 en dormitorio de adolescente, entre trozos de pizza y calcetines tiesos. Eso pasa cuando uno es Rajoy.

Porque Lutero planteaba unas tesis para ser discutidas; en aquella ocasión el debate era teológico, pero partía de la concesión de prebendas en las que estaba metido el Papa. Una especie de cohecho con Dios, que beneficiaba a los hombres, a algunos hombres. ¿Hay algo más parecido a los Gürtel, a lo de Caja Madrid?

Si antaño se comerciaba con indulgencias, hogaño es con presidencias de cajas o con tramas de espionaje y de facturación B con B de bigote. Hoy en día, lejos de planteamientos teológicos, Rajoy debería haber planteado un debate ideológico en la medida que se juega un modelo de partido y ello implica un modelo de Estado en cuanto estos chicos se adueñen del poder. Porque lo que queda, es que si Rajoy quiere limpiar de verdad el partido tiene que hacer, no sólo decir. De hecho, parte de su discurso es para adoctrinar de cómo lavar la ropa sucia en casa y eso significa que la ciudadanía no se entere de lo que pasa. Eso sí que es inadmisible.

Como es inadmisible que Trillo siga siendo un punto fuerte en ese partido. Es inadmisible la doble moral de comportamientos y declaraciones en asuntos como el aborto o la homosexualidad o el Estatuto catalán. Es inadmisible que lleven meses recauchutando sus problemas en lugar de trabajar para mejorar la sociedad que les paga el sueldo. Es inadmisible que diputados o senadores elegidos en sus listas sigan mantenidos como representantes de los españoles aunque queden relegados en el partido. Debería ser al revés ¡qué los mantengan ellos! y liberen los puestos de representación ciudadana. Es inadmisible que bloqueen las sedes parlamentarias, que atasquen los juzgados, que cercenen los tribunales. Es inadmisible que privaticen la sanidad, la seguridad de tapadillo.

Es inadmisible que obliguen a todos aquellos que no les gusta Zapatero a quedarse con un tipo como Rajoy. Absolutamente inadmisible.