domingo, 21 de junio de 2009

Lo que gastamos en gestas y en gestos

Habrán leído en El Mundo, ese periódico que perdió las legislativas y que cree que ha arrasado en las europeas, que ha dado con el nido de la serpiente, con lo del jefe del CNI y sus fotomatones, una nueva estirpe de guardaespaldas y artistas del fotomontaje, en estas épocas contradictorias de pluriempleo y nuliempleo simultáneas.

En esa línea de afán informativo, proclama lo que llama paquete turístico especial para lesbianas, un todo incluido en la España de ZP (sic), con semana de playa, hotel de cinco estrellas, inseminación artificial y boda.

¿Y cómo es posible tal desmadre? se preguntarán obligados por los periodistas, pues fácil: es que España es un país cuya legislación lo permite todo, entrecomillan, con caracteres para los que no se necesitan gafas ni cerebro y dejan en el cuerpo del texto los detalles más liberales, los que les permiten sentirse mejor con ellos mismos. Entre esos detalles figura que la promotora es del PP, pero la culpa de tanto maricón y tanta tortillera es de la España de ZP, esa sin moral ni vergüenza.

Si se pasean por el barrio de Salamanca, además de asistir al parque temático Terra Crítica, donde pueden ver ricos de verdad y promotores inmobiliarios con la cabeza alta, gracias a técnicas de conmiseración asistida, si se fijan en los locales vacíos, junto con los Se Traspasa y los Liquidación Total, podrán leer otros carteles que dicen algo así como “Este negocio ha cerrado gracias a Zapatero (y a su visión de futuro)” y que firma el Frente Nacional. De nuevo las técnicas de propaganda a favor de los creadores de opinión.

Y ustedes se preguntarán si creen que somos memos, y yo les contesto que sí, sí que lo creen y sí que lo somos. Dos por el precio de uno, sin contradicciones, ni matices. He dicho, luego existo. Así lo oí el otro día en un abrevadero de vending cafetil a una economista que debe hacer la guerra racionalista por su cuenta.

Y para confirmar mi teoría de la doble estupidez adéntrense en el insondable mundo de las páginas de sociedad del ABC y lean cómo varias parejas de recién casados las pasaron más putas que un martini revuelto. A ver si no. Llegaron con cinco horas de retraso después de un crucero por el Caribe organizado por Pullmantur.


Fíjense en las caras de la pareja que aparece en primer plano, esa barba de día y medio, o de dos semanas pero que no crece, quién sabe, esa gorra tan necesaria bajo techado, esa sonrisa de la que se sabe derrotada pero que tiene aún la energía suficiente para crispar los dedos en forma de puño, mostrando que la lucha continúa, que si ellos no lo lograron, vendrán otras generaciones a hacer posible la gesta de terminar un viaje de bodas. Y todo por culpa de la gripe ZP.


Por último déjenme que pida la muerte de Harrison Ford. Por muchas razones, por ser un guapo de mierda entre las primeras, no me gusta ir en segundo lugar en nada. Pero también por haber hecho unos peliculotes que lo flipas –estas drogas antioxidantes funcionan- lo que envidio soberanamente y, en estos tiempos de miseria, por haber ganado el año pasado 65 millones de dólares. Si lo de Florentino con Cristiano Ronaldo ha suscitado tanta actividad parlamentaria qué menos que una buena ejecución al listillo de sonrisa encantadora y faja, porque es seguro que la lleva. A ver si no.

La verdad que ha sido una lástima que la contratación de Cristiano Ronaldo ponga de nuevo de relieve nuestras carencias intelectuales, ideológicas y de sentido común. Izquierda Unida en su versión cuatribarrada pidió que se limitasen las remuneraciones de los deportistas profesionales. Eso es, a las esencias. Y Soraya Sáenz de Santamaría en su particular festival del humor pide opinión al ministro de deportes Zapatero sobre la cuestión, entonces salen los sociatas defendiendo la liberal menor intromisión posible del Estado en los asuntos de los hombres, y los demás por el estilo.


Y a mi, que me importa un carajo lo que le paguen al portugués, siento que lo de comprar Taurus KEPD 350 es bastante peor. No bonitos, no. No es la última batitaurus cosmogónica para hacer mayonesas en este veranito en cero coma. Es un misil que cuesta 950.000 euros. Compramos casi cincuenta. Con la radio y las alfombrillas 57,39 millones de euracos. Ahora eso sí, el Ejército del Aire español da un salto cualitativo al sumarse al selecto club de los que tienen misiles de crucero de alcance medio. Con lo que volvemos a los cruceros y las bodas como base de todo mal.

Por dios, que traigan un olifante ipso facto, uy no, si eso es de la canción de Rolando y este es Cristiano Ronaldo, nada más lejos de los sarracenos. Tendré que volver al logopeda. A ver si me encuentro al Rey.