sábado, 2 de julio de 2011

Final de curso

Hoy me siento joven. No hay nada como no dormir por la noche para retrotraerte a la juventud. Lo malo es que ahora no duermo por el calor atmosférico cuando antaño el calor lo ponía el alcohol, la amistad, el amor o el roce de las moléculas del porvenir que en su movimiento browniano ponían el futuro al rojo vivo.

Y tan joven me siento que este sábado 2 de julio inaugura el verano porque pone fin al curso, una vez desechado el mes de junio de zozobra, que como saben significa en griego qué será de nuestra vida. Y lo saben porque era aquel que bailaba sirtaki. Zozobra el griego creo recordar que se llamaba.

Italianos, portugueses, irlandeses y nosotros mismos, no las tenemos mucho más con nosotros. Pero quizá los mercados esperen a septiembre a despellejarnos o a vendernos la piel de otro, que todo puede pasar. O repetirse.

Es sabido que los problemas de España empezaron en 2004, la España del milagro siempre es la anterior y no la del superávit y los líos económicos son los de ZP y no de todos los gobernantes europeos. Pero una vez amortizado por consunción este presidente déjenme que les lea la cartilla una vez más, que siempre puede ser la última.


Allá por el año 2000 el Círculo de Empresarios consideró en un documento, España en el Horizonte 2004, algunas medidas esenciales para que España diera el salto cualitativo en su convergencia con Europa. Brevemente, pedían lograr una tasa de crecimiento superior a la media de la UE para cerrar el diferencial per cápita; reducir el desempleo y aumentar la tasa de ocupación en línea con las medias europeas; modernizar España fortaleciendo el estado de Derecho, reformar la administración pública y el aparato judicial y preparar al conjunto del país para su incorporación a la sociedad de la información. Todo ello debía conseguirse con estabilidad macroeconómica y mejorando el bienestar de la sociedad.

Hasta aquí lo podrían suscribir los sindicatos, las madres solteras, los indignados y las mascotas sin fronteras. Entonces y ahora, todo ello, supone un desiderátum común.

Es en enero de 2004, aún está Aznar, cuando el Círculo de Empresarios admite que se ha crecido, se ha reducido el paro y se ha mejorado el bienestar pero que poco o nada ha sucedido en las reformas estructurales. Añade que además han aparecido nuevos problemas como la escalada independentista en el escenario del Estado de las Autonomías. Reclama para el próximo gobierno, que suponían una repetición del anterior con presidencia de Rajoy tras el dedazo, mantener la libertad en lo económico que favorezca el crecimiento a la vez que se limita el descontrol autonómico.

El Círculo se congratula del enorme crecimiento de que es capaz España frente a la América post 11S y a las decrépitas grandes economías europeas. Afirma que España es la creadora de la mitad de los empleos generados en Europa y que no es por casualidad: se debe a la disciplina fiscal, la reducción de los tipos de interés, a la privatización y liberalización de los mercados.

Pero a pesar de crecer más que la UE y haber incrementado la población ocupada en un 25%, la tasa de paro es la más alta de la Unión, la tasa de actividad es de las más bajas y el diferencial de convergencia es de más de 10 puntos.

Al Círculo no le parece suficiente crecer más que la UE, hay que crecer más aún y para ello hay que reducir el peso del Estado, eliminando los desincentivos fiscales y regulatorios. Acepta que existe un enorme coste político en esas medidas y propone lo siguiente:

• Equilibrio presupuestario para las Administraciones Públicas
• Reformas estructurales y liberalización de la economía
• Potenciar la iniciativa privada

Disminuir el gasto en porcentaje del PIB, eliminando gastos carentes de justificación como las televisiones públicas o las subvenciones al carbón y poniendo cerco al crecimiento desmedido de funcionarios y haciendo que este sea realmente eficaz. Reflexiona sobre la inagotable necesidad social sostenida por unos recursos limitados y predice que es mejor tener un sistema de protección social limitado pero fiable que uno tan generoso que haya que recortar cuando las cosas se pongan mal, poniendo a Europa como ejemplo negativo. La protección social debe suponer una red de seguridad ante el infortunio y las adversidades temporales. Si se usa mal propicia fraude y malversación.


Este Círculo de Casandra reclama reformas estructurales ambiciosas:

Del mercado de trabajo:
Los sistemas de protección deben cambiarse para desincentivar la permanencia en el paro o de baja laboral y que el mercado de trabajo sea más flexible, con unos salarios vinculados a la productividad rompiendo los sistemas de negociación colectiva. Facilitar el despido rebajando las indemnizaciones disminuiría la temporalidad del empleo en España.


Sistema de Pensiones:
Hay que romper el actual sistema de pensiones caminando hacia la capitalización y abandonando el reparto. Alude al aumento del envejecimiento de la población como principal causa de riesgo al incrementarse el número de beneficiarios por persona activa laboralmente. Y considera la capitalización como un sistema más justo y seguro, más vinculado a su esfuerzo y a su ahorro y menos a las decisiones de los poderes públicos. Para ello proponen tres pilares, el obligatorio, el voluntario y el asistencial.


Suelo y Vivienda:
La política inmobiliaria es para el Círculo uno de los más llamativos fracasos económicos. Alegan que el suelo se halla tan intervenido que parece más una concesión administrativa que un derecho de propiedad. El poder edificar sobre un suelo no es un derecho inherente a la titularidad de dicho suelo sino que se deriva de una decisión administrativa discrecional. Ello origina clientelismo por discrecionalidad generando corrupción, hacinamiento que genera unas densidades urbanas superiores a las de Hong Kong –los españoles vivimos en menos del 3% del territorio con menor densidad de población de Europa- y encarecimiento del suelo por limitación artificial de la oferta que supone una repercusión del suelo de las más altas del mundo. Habría que devolver el derecho a construir delimitando mejor las áreas protegidas y eliminar los beneficios fiscales para la propiedad frente al alquiler o la protección de la vivienda que supone el peaje a los promotores para que construyan vivienda libre. Además está la vivienda social con una inagotable cola de peticionarios. El Círculo dibuja el siguiente escenario, están los adjudicatarios de la vivienda social que no sufren el efecto del encarecimiento del suelo porque se repercute entre todos los demás, los penalizados que cargan con un suelo muy caro y los desheredados que no tienen acceso a ninguna vivienda. Proponen liberalizar suelo para abaratarlo y cambiar la ley de arrendamientos con procedimientos judiciales rápidos, cambiar las subvenciones fiscales a la vivienda en propiedad y cambiar el modelo de vivienda social como regalo patrimonial.


Competencia y eficacia
La plena libertad de horarios comerciales, la ventanilla única y la libertad de establecimiento de centros. La gestión privada para la sanidad, la enseñanza o el transporte público, probándose el cheque escolar y el copago.

Iniciativa privada
Rebaja de cotizaciones sociales, exención fiscal para la previsión de pensiones, desaparición del de sucesiones y donaciones y el de patrimonio, disminuir el IRPF y el de sociedades, eliminar la complicación legislativa de las Autonomías que para dar tarea a su funcionariado han creado un laberinto de leyes. La liberalización central ha sido neutralizada por la regulación autonómica.

Estado de las Autonomías
Hay que cerrar el proceso autonómico y poner coto al independentismo galopante con un incremento del techo competencial de vascos y catalanes. Aseguran que la Constitución no es inmutable y que sería necesario un pacto de Estado para reorganizar todo el cotarro. Las preocupaciones de los españoles son el paro, el terrorismo, la vivienda, la seguridad ciudadana y no el grado de autogobierno de su Autonomía.


Todo esto se dijo hace 11 años y se repitió hace 7. Es el plan de los empresarios y en gran medida el del PP en los aspectos más económicos dejando a un lado el suelo. Quizá el Círculo no se atreviera a tanto visto lo que nos ha traído la falta de regulación -que ellos querían relajar aun más- pero en su conjunto son las medidas que el gobierno de Zapatero, conmovido por la presión mercantil y la política europea, está desarrollando en la actualidad. Visto en su conjunto, yo me apunto. Se intentan reequilibrar las cuentas públicas y el modelo del mercado de trabajo es bastante similar al reclamado por los empresarios. Se cambiaron algunos horarios de apertura, se sigue dando vueltas a la interminable ventanilla única y en muchos lugares se ensaya con modelos privados de gestión en servicios públicos. Han desaparecido algunos impuestos y han bajado otros. Únicamente no se ha dado el paso de las pensiones y en vivienda y suelo, el laberinto autonómico impide una acción directa. Cuando se escribió la crítica sobre el desbarajuste autonómico y el independentismo no se conocía la historia del Estatuto de Cataluña ni la traca final de Bildu.

Nos han hecho falta más de diez años para seguir en el mismo sitio si no peor. En aquel momento no se sabía la crisis que vendría, pero muchas de aquellas reflexiones no se han visto afectadas por la misma, de hecho muchas de las demandas siguen presentes.

Es un 20% de nuestra vida laboral, un quinto de nuestro proyecto vital, una enorme cantidad de tiempo para que no haya pasado nada. Se llama pérdida de tiempo, un tiempo estéril gastado en discusiones que no nos llevarán a parte alguna. Han sido 4 años del PP y 7 del PSOE, tres legislaturas que deberían haber buscado nuestra felicidad y que nos dieron un apartamento en segunda línea de playa que no podemos pagar. Claro que hubo progresos, pero en el resultado total hemos mareado la perdiz de forma atroz. ¿Se dan cuenta de que seguimos sin saber qué modelo educativo necesitamos después de tres décadas?


Acabo, me voy de vacaciones o me hago cartujo, no sé aun, pero esta España nuestra con estos gobernantes y estos gobernados es bastante insufrible. Hasta otra.

viernes, 1 de julio de 2011

En defensa de lo público

En estos tiempos en los que se cuestiona la naturaleza del Estado, en los que se pide su condensación, en los que se aboga por la iniciativa privada como garantía de competencia, de calidad, de progreso y al mismo tiempo de ahorro, va la Academia de la Televisión y da sus premios 2011 a TVE, quince de diecinueve; otros dos fueron a parar a Buenafuente justamente el día de su cierre y los dos restantes a la pública catalana y a la Sexta.


No seré yo el que despotrique contra las cadenas y productoras privadas, después de meterme en vena las series de HBO como los Soprano, A dos metros bajo tierra, True blood o Hermanos de sangre o Crematorio que ha emitido Canal +. Pero que las cadenas privadas Tele5 o Antena3 no estén ni se las espere, debiera permitirnos reflexionar, unos segundos solo, que estamos en verano, sobre si la dicotomía público privado es aceptable o es una paparrucha más que nos cuentan.



En sanidad existe esa misma clave de clasificación, que se traduce en para lo normal lo privado y para lo grave lo público. Sin duda las cosas no son tan sencillas y habría que hablar bastante más, pero al menos lo público no queda retrasado en la percepción de calidad cuando las cosas se ponen feas, esto es, cuando el asunto es importante. Y también en la enseñanza en donde siempre aparece algún instituto público de segunda enseñanza entre los mejores, terreno en el que el sesgo que proporcionan otras variables perjudica siempre a lo público frente a lo privado.

En televisión parece que pasa lo mismo y la calidad reside en el ámbito público si nos atenemos a los premios comentados. Los tarots, los programas de exorcismos políticos envueltos en bilis, los sorteos y concursos para oligofrénicos que acampan diariamente en las privadas no parece que tengan merecimiento alguno digno de mención.


Cuando hablamos de servicios públicos, por más que su efectividad nos perturbe, pocos sitios prestan un sistema más eficaz en términos de rapidez, precisión, seguridad, disponibilidad que Hacienda para las declaraciones que acabamos de terminar. Encuentras todo en su web y con la persona que hablas se entera y te informa con conocimiento. Prueben con los operadores de telefonía para comparar.


Así que la falsa polémica liberal debería reclasificarse en términos de calidad en la gestión más que en términos de titularidad del bien o del servicio. Vamos que no hay nada como hacer las cosas bien.