sábado, 20 de febrero de 2010

El clítoris de Rajoy

Dirán ustedes que soy un facha, un machista y quizá estén en lo cierto. Etiquetas calificadoras para construir los mundos pequeños más habitables y sencillos. A fuer de correr ese riesgo en su consideración, no puedo por menos que traerles un pequeño detalle. Si el otro día el BOE nos aseguraba una Fundación para viejos venidos a menos, esta vez, esa enciclopedia del humor que es el Boletín Oficial del Estado, nos trae de manos del Ministerio de Igualdad, un listado de subvenciones concedidas.

En total se conceden unos 845.000 euros para 22 investigaciones relacionadas con estudios feministas, de las mujeres y del género. Aceptando que eso del género se refiere al femenino, me parece reiterativo eso de feminista, de la mujer y del género, pero… como ni concluyo, ni finalizo ni termino, déjenme que les cuente algo más.

Estamos en familia, déjenme, por tanto, que les lea los nombres de pila del plantel de investigadores de esos 22 necesarios estudios. Encarna, Esperanza, María del Pilar, Isabel, María Luisa… un solo varón. 21 a 1, curiosa igualdad.

Los títulos que les leeré son bastante explícitos y uno se pregunta cómo han podido esperar al año 2010 para acometer tan ineludibles tareas. Por ejemplo, Reparaciones europeas contemporáneas y memoria de la esclavitud: esclavas negro-africanas y españolas abolicionistas (siglos XVI al XIX) o Topografías domésticas en el imaginario femenino. Una visión comparativa, trasnacional y hemisférica. ¿Son o no imprescindibles?

ABC se ha hecho eco de una de las más necesarias investigaciones, sobre todo en el ámbito de un ministerio, digamos sociológico o político, como es el de Igualdad; el título del estudio dice así: Elaboración de un mapa de inervación y excitación sexual en clítoris y labios menores; aplicación en genitoplastia. 26.597 euros.

Aún me tiembla la mano. Un TomTom de la pipitilla. Lo firma Nieves Martín Alguacil de la Universidad Complutense. Del Departamento de Anatomía. Y espero no me lo tengan a mal, pero es de la Facultad de Veterinaria. Más madera.

Ya he desparramado un poco. ¿Vamos a lo importante?

Como saben este miércoles hubo explicación del Gobierno en las Cortes. Me recordó la película Gattaca. Un escenario en la que existen los individuos válidos y lo no-validos. Los válidos se construyen con control genético y con dinero y los otros son seres normales, sin retoques, baratos. Uno de los inválidos aspira a ser astronauta y en Gattaca, el centro espacial, solo entran los mejores, únicamente los genéticamente perfectos. Nuestro no-válido advirtió de niño que podría ganar nadando a su hermano perfecto y aunque su padre le dijo que únicamente iría a Gattaca a limpiar, él se las ingenia para sustituir a un buen ejemplar y realizar el entrenamiento junto con los mejor dotados. No les voy a contar la película, pero es un canto al esfuerzo, al entorno, al rompimiento de reglas, a la complejidad. Una crítica mayúscula a los prejuicios, al racismo y a los protocolos, que termina en una loa a la esperanza, al sueño y al compromiso en los tiempos de incertidumbre.

En España tenemos unos que se creen perfectos, son abogados del Estado, son registradores de la propiedad, se creen los elegidos para llevar las riendas de este país porque la nobleza nos sigue obligando. Y por otro lado tenemos un Gobierno de orígenes advenedizos, un Zapatero que ganó el congreso del PSOE a Bono contra casi todo pronóstico, y ZP se rodeó de algunos fieles con escasísimo pedigrí. Contra aún peor pronóstico, el chucho Zapatero ganó las elecciones al inseminado Rajoy por el semental Aznar, aquel que podría perpetuarle sin ensombrecerle, y construyó un gabinete que no llegaba ni al famoso gobierno de los PNNs de hace treinta años. Pero igual que aquellos que pusieron en marcha la reforma política, hoy tan recordada, ese gobierno abrió el panorama haciendo muchas cosas que se nos pierden en el olvido.

Y desaparecen en nuestro magín porque no se hicieron de la forma adecuada, porque se explicaron mal o porque se hicieron con miedo o todo a la vez. A los españoles nos gustó mucho que lo primero que hizo Zapatero fuera hacer regresar a las tropas de Iraq, pero alguien debiera haberle dicho que el ámbito internacional no es un mojado patio particular. Se podía haber hecho lo mismo, pero mejor. La ley antitabaco creo ampollas y ahora las volverá a crear, cuando habiendo sido más estrictos se hubiera ahorrado un segundo problema. El estatuto de Cataluña lleva emputeciendo a unos y a otros desde hace años, la renovación de la ley del aborto que nos ha retrotraído a 1985, la elección tan particular para presidente del Tribunal Supremo y tantas otras cosas que descontentan a todos. Pero Zapatero tiene una lista muy larga de iniciativas por los derechos civiles, como el matrimonio para aquel que lo quiera, la ley de igualdad aunque no se quiera, la de dependencia, la ley de la memoria histórica, las subidas de las pensiones, del salario mínimo. Quizá porque los imperfectos protegen a los imperfectos, quizá porque no lo son tanto. Una lista de la que sentirse orgulloso por más que el perfeccionismo español no nos lo permita en este país de chapuzas.

Regresando a Gattaca, los imperfectos socialistas han hecho un montón de cosas, han contrarreformado la forma de hacerlas por más que su ejecución hubiera sido deseable y manifiestamente mejorable. Y lo han hecho pasando siempre por el Parlamento y sin contar con la mayoría. No ha habido rodillo, ni legislar con la Ley de Presupuestos y sus Acompañamientos de diciembre o meternos en gestas imperiales como los pretendidamente excelsos. Pero esos logros sociales a los españoles nos importan un pimiento. Si ponen en Google Zapatero y esperan unos instantes a que el motor de búsqueda les susurre sugerencias al oído, verán que lo que más buscan nuestros congéneres es Zapatero y sus hijas, nada más y nada menos que 1.970.000 o Zapatero hijas 633.000, un consuelo para los que le juntan con dimisión 326.000 o masón 133.000. Fastidiado tiene que estar nuestro ex con dedo en ristre, que sólo logra 85.000 con Aznar abdominales. Podrán culpar a los algoritmos del dios Google, pero a nuestros conciudadanos les importan más las botas negras y las greñas de sus hijas que los veinticuatro folios de su discurso del miércoles. Quizá los imperfectos seamos nosotros.

Y parte del problema es del mensaje de este Gobierno Jekyll que se permite fruslerías como las de la genitoplastia animal y a la vez hace planteamientos serios, mal entendidos pero necesarios. Este mismo miércoles vimos a un Rajoy con la misma copla de siempre y pidiendo que le hagan el trabajo. Cuando nos habían prometido que volvía el hombre, llegó él. Qué diferencia con el Ruiz Gallardón del lunes en la adusta entrevista –quizá pactadamente desabrida- de Iñaki Gabilondo en CNN. Y aunque Zapatero estuvo más presidente que otras veces, quizá porque hablaba sobre todo más allá de nuestras fronteras, debería obviar el matonismo del yo ya te he ganado dos veces. Porque aunque tengamos a un pésimo líder de la oposición, no debe desmerecer su discurso, en el que se cuenta lo que sabemos todos y al que Zapatero debería atender. Nuestro presidente se crece en el mano a mano y se permite hasta bromear con cierta altura, pero me hubiera gustado un discurso de pantalón largo sobre el origen del problema y la enorme responsabilidad que tenemos todos, no solo el PP, en la economía desbocada de la última década. Los empresarios como colectivo, los sindicatos, la banca, los medios de comunicación y usted y yo.

Ahí creo que está la contradicción del PSOE, que no supo amarrar durante la primera legislatura la economía en subida y disfrutó de la ola como un nuevo rico más, y ahora, que ha desaparecido el agua, nos quedamos oscilantes en el aire sin la infraestructura necesaria.
Desde planteamientos liberales se quiso actuar sin Estado porque, en nuestra loca carrera de parvenu, el Estado no nos bastaba y ahora el Estado no da abasto. Recapacitemos.