sábado, 5 de febrero de 2011

Literatura rusa

Ignoro si el patio de Ana Mato es particular, pero un poco al estilo de otra Ana, la gran Ana Karenina , claramente no se moja como los demás. Porque como saben, Tolstoi escribía que “Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada.”. Y Ana Mato, vicesecretaria de Organización del partido Popular, debió ver pasar al menos 28.000 euros de Correa con los que se pago un viaje. Ella cuenta que se lo pagó de su bolsillo pero no aparece justificante por ninguna parte. Quizá esté archivado en Valencia junto con las facturas de los trajecitos y los canesús del ferrarista Camps. ¿Qué tiene la gente de este PP que cuando paga gastos de tal calibre nunca aparecen los recibos o las facturas? Yo, salvo el viaje que me llevó del infierno al cielo con mi Beatriz particular, nunca he pagado un viaje de tal importe, pero puedo asegurar que todos los demás han dejado un rastro de VISA, de tarjeta del Corte Inglés o de American Express. Más que nada porque hoy en día no parece que tenga mucho sentido pagar 28.000 euros en metálico salvo que se quiera evitar el rastro. Y Ana Mato ya demostró cierta incapacidad para la percepción de grandes magnitudes al no darse cuenta de la existencia de un Jaguar en su garaje. Quizá viva en un concesionario.


Si el tesorero Bárcenas tiene dificultad para explicar la ruta de los euros que pasaban por sus manos, fíjense a esta señorita que debería dar cuenta de los gastos en Sevilla de 2.500 personas durante dos días y medio, aquel fin de semana que Rajoy descubrió la sed de urnas. ¿Hacemos unos números? Venga rapidito, dos noches, un viaje de ida y vuelta, 4 o 5 comidas, dormir 100 euros en hotelito tres estrellas, viaje otros 80 en Turista, papeo menú del día otros 50 y unos 20 de desplazamientos a las estaciones o aeropuertos, me salen, siendo de letras, 250 euracos del ala, y no cuento el alquiler del lugar del evento, la megafonía, las luces, el montaje y desmontaje del stand, cartelería, desplazamientos, refrescos, así en plan pobretón, sin otras historias, sin azafatas, vinos españoles, horas extras, carpetas, bolígrafos, regalitos, merchandising, copas en Sierpes o paseos en calesa. Pues esos 250 euros por 2500 sujetos participantes según confiesan salen 625.000 euros. Fíjense, más de cien millones sin contar casi nada y todo en plan pobretón, de los cuales unos 80 salen de nuestros impuestos, controlados por unos señores que no guardan un recibo, una factura o un ticket. ¡Y están a punto de tener las llaves de la caja gorda! De película de miedo.

Y en esto del cine qué cosas pasan. Alex de la Iglesia acaba de aprender a dialogar con personas que le llevan la contraria y lo considera mucho más interesante. ¿Un tipo con esa exbarriga y esas canas puede decir esas bobadas sin que se le caigan los cristales de las gafas? ¿Qué era hasta ahora? ¿Príncipe heredero? ¿Paris Hilton? Porque pinta de ser el chiquirritín de la casa no tiene. Pues así de malcriado nos ha salido, sin que nadie le haya chistado hasta ahora. De sus opiniones sobre las descargas ilegales y consecuencias argumentales ni hablamos.


Al menos hace unas películas decentes.

Y hablando de decencia parece ser que últimamente se le está reconociendo lo suyo al árbol caído, ese olmo seco de León hendido por el rayo de las subprimes. El mismísimo Financial Times reconoce cierto coraje y aprecia el legado y de momento, que sepamos, el Financial Times no está, ni se le espera, en la Segunda Internacional. Miguel Ángel Aguilar hace esta misma semana un resumen de parte de sus últimos logros al comentar la reunión homenaje que se dieron los sociatas en Zaragoza más frugal que la sevillana, pero de la que también pagamos alrededor del 80% usted y yo. Empezaba por el terrorismo asfixiado, pasaba por la aprobación de unos presupuestos generales imposibles y terminaba por esa conjura de pacto social con patronal y sindicatos. No parecía sencillo para un Bambi lograr todo eso. No se olvida uno tampoco de los acuerdos establecidos con PNV y Coalición Canaria para disponer de estabilidad parlamentaria o el camino de control emprendido en el asunto de las Cajas de Ahorro, ni siquiera debemos olvidarnos de que antes de ayer éramos una piltrafa para los indicadores económicos y ahora sorprendemos a tirios y troyanos por la confianza que nos tienen. Que tiene bemoles que cuando mejor está es cuando entre todos le vamos a echar.

Luego nos arrepentimos. Si no acuérdense de Felipe González. Lo que se dijo, no ya por el buey de mar Aznar, que no llega a centollo, y sus dos pinzas hueras, la derecha insidiosa de Pedro José Ramírez y la izquierda envidiosa de Anguita, si no por todos los impecables regeneracionistas. Luego se le ha echado de menos. Como poco, para que nos contara las cosas. Ahora está escribiendo un libro al estilo del gato Jinks, Malditas Reformas Necesarias, que las familias, todas esas familias felices que son iguales deberían leer, para saber de verdad a quién responsabilizar de la crisis.

Pero como decía Conchita Velasco no te quieres enterar, no queremos enterarnos, y viene la gobernanta Ángela a revisar si se sigue escribiendo un crimen, sobre todo con sus dineros, y se trae a su plana mayor. Otra que adula a Zapatero. Lo mismo hace Sarkozy. Zapatero for represident.

¿Nos lo creemos? No están las cosas para creerse nada, ni siquiera esa bonita historia de Mariano, el piloto en el aeropuerto de Málaga, en la que un parado busca trabajo de alguna cosa vestido de comandante de líneas aéreas.


No es tal, es un video viral realizado por una plataforma de empleo que ha colocado en YouTube el propio making off.

La incredulidad nos marca la vida hasta que llega otro Mariano, que no es piloto sino registrador de la propiedad en Santa Pola y que últimamente va de sobradito por los platós. Pues este Mariano, el designado, se deja entrevistar en VeoTV por Pedro José Ramírez y una estudiante tipo yo amo a Laura, que confiesa que le va a votar, le pregunta por las medidas que va a tomar para crear empleo y para apoyar a los emprendedores. ¿Quién podría pensar que alguien se le ocurriría preguntar por eso en un país como el nuestro? Pues don Mariano, el designado, en el más puro estilo hilillos de plastilina, duda como un argentino afásico, ehh, umm, ehte, y balbuceante mira un papel y, urgido por el director de El Mundo dice, “lo que me ha pasado es algo verdaderamente notable, lo tenía escrito aquí y no entiendo mi letra.” Este Mariano llamaba tonto solemne a Zapatero.


Y ello, para terminar, me lleva, obligado, a regresar a la novela rusa, en este caso a manos de Dostoyevsky con El idiota. En ella se dice que «tenemos plétora de políticos y generales; incluso se encuentran hombres de negocios de todas clases en un caso dado; pero no poseemos hombres prácticos […] existen tantas oficinas gubernativas, que uno siente vértigos al pensar en su número: todos han servido, sirven o se proponen servir al Estado, y, sin embargo, no se logra dirigir razonablemente una vía férrea o una línea de vapores. A esto suele darse una respuesta tan sencilla que la explicación parece casi increíble. Cierto es, se nos dice, que todos han servido o sirven al Estado ruso, y que el sistema ha sido seguido durante doscientos años y con arreglo al mejor modelo alemán, de abuelos a nietos; pero los funcionarios son la gente menos práctica de todas, y las cosas han alcanzado extremo tal que un carácter puramente teórico y una falta total de conocimientos prácticos han llegado a considerarse, incluso en medios oficiales, casi como la calificación y recomendación más altas. […] No hay duda alguna que la desconfianza y la carencia absoluta de iniciativa han sido consideradas siempre como los signos principales de que un hombre es práctico y siguen siendo juzgadas así. […]Desde el principio de las cosas, la falta de originalidad ha sido apreciada en el mundo entero como la principal característica y mejor recomendación a favor de un hombre activo y práctico.»

En castizo: esto es lo que hay.