Y es bastante triste que se sepa que nuestros próceres no van a apoyar al presidente del Gobierno antes de que diga algo. Aunque hubiera prometido la independencia de Euzkadi para el verano, Erkoreka le hubiera echado los perros por la faena del deshaucio de la Lehendakaritza. Y así todos. Nadie se siente responsable de la crisis y la mejor forma de evidenciarlo es arremeter contra el Gobierno central. La crisis de financiación de los ayuntamientos, que se han basado de forma absoluta en la recalificación del terreno, los modelos fiscales de las Comunidades Autónomas que han reproducido patrones especuladores y no viables, ni munícipes ni consejeros tienen nada que ver, ni nada que decir en el asunto. La CEOE acusa y los sindicatos cruzan los dedos. Nadie quiere que le vean tomar un café con el gobierno mientras siga siendo el pim pam pum de la crisis.

Pero el cervatillo Zapatero se saca un montón de medidas, algunas sin mesura, y arma el lío. El gran opositor pierde los papeles y llama iletrados a los diputados, escupe fuego y le parece demasiado prolijo explicar lo que él haría, así que se calla y renueva su derrota ante las miradas furtivas de Aznar que solo reconoce su orteguiano inmenso error. Pobre Rajoy. En cuanto le cambian el temario suspende. Pero ¿y su equipo? ¿dónde estaba para armar la réplica a esas medidas si son tan desastrosas? No basta con decir que dejar de desgravar la vivienda es una canallada, que ataca a la línea de flotación de la clase media. Habrá que explicar cómo se deja de trasladar a los promotores las deducciones que el PP quiere incluso subir –algo que Zapatero tendrá también que explicar para las deducciones de los alquileres-. Y así con cada una de las numerosas propuestas que el presidente lanzó a la arena. Lástima que sólo hablara de la crisis económica y dejara para mejor ocasión todo lo demás.
Y Rosa Díez es una Rosa Díez es una Rosa Díez y erre que erre que erre con la fragmentación del Estado y la discriminación lingüística, quiere que convoque un pacto, un gobierno de concentración, a ver si pilla algo siguiendo la doctrina Warhol.Y todo eso para que ahora se cambien cromos los diferentes grupos y los gabinetes de encuestas nos expliquen por qué Rajoy volvió a perder. El Mundo llama empate a quedar por debajo y uno se sorprende al ver que dos tercios de los respondientes no vieron el debate. Qué pérdida de tiempo, y qué ahorro para el contribuyente supondría hacer lo mismo con animaciones digitales.
Y de nuevo vuelven las cifras atroces y las amenazas de debacle, pero la gente sale a la calle a celebrar la pitada al Rey por jugar la Copa o por cantar la letra del himno, no sé, que RTVE nos lo explicó con una parábola de silencio y yo estoy un poco cerril y casi nada bíblico. Esto de los ERES sin razón de ser, sí que sería un buen motivo para armarla, para salir a la calle, buscando palacios de invierno y bastillas que asaltar.

Pero los comuneros habitan en el barrio de Salamanca, en Pedralbes y en Las Arenas y tienen catorce pagas y una plasma de más pulgadas que su solidaridad. Los equipos de fútbol se llevan en el corazón, pero las ideologías se llevan en la cartera y en eso también ha ganado la derecha. Y lo hará en las europeas, a pesar de su demostrado escepticismo, porque un repetitivo Zapatero es lo peor bastará como engrudo y ensalmo, como lema identitario, mientras la izquierda querrá demostrarle que es un socialdemócrata de mierda, un posibilista y que ellos no se venden. Ya lo anunció Lenin y lo llamó infantilismo.
Al menos por fin se dejará de falsear la Ley del Aborto con el tercer supuesto y la semana que viene se citará a Camps y a Costa como imputados. En cuanto se denuncien los acuerdos con la Iglesia, casi seguro que vuelvo a votar a Zapatero. Aunque sea con rencor hacia mi mismo.