jueves, 8 de abril de 2010

Un bel dí vedremo

La derecha tiene una consigna. Tuvo una corazonada con los juegos olímpicos que terminó en infarto y ahora, con el asunto Gürtel, tiene una consigna: no hay financiación ilegal. Ese es el nuevo motto del Partido Popular, no hay financiación ilegal. Por alguna ignota razón creen que ahí se acabó todo, que si hay algo, se refiere a unos niños malos y que poco les roza a ellos. Un dirigente pepero dice: “El PSOE lo va a explotar hasta la saciedad, porque es el único recurso que le queda para tapar la gravedad de la crisis y el fracaso de Zurbano, pero la realidad es que a la vista de lo publicado hasta ahora no hay nada nuevo que pueda o deba enfrentarnos a nosotros ante la necesidad de adoptar nuevas decisiones”.

Dejando a un lado que el asunto Zurbano es también su responsabilidad, decir que el problema del fango lo tiene Zapatero y no Rajoy es un análisis de la realidad más que peculiar. Sin duda el Gobierno es responsable de que un antiguo ministro de Aznar, un ex presidente de una comunidad autónoma del PP, se llene los bolsillos. Que el tesorero del PP, no del PSOE, se monte una vida de lujos, chalés y cacerías de jaguares con mayúscula y con minúscula que hagan temblar al misterio en la jungla de Marbella, es culpa de Zapatero. ZP, who else?

Los consejeros áulicos con la mismísima niña a la cabeza, han debido decirle a Rajoy que permanecer callado cotiza en Wall Street, deben ser de las últimas hornadas de comunicólogos que no han leído a Unamuno, que se atrevió a decir que el silencio es la peor mentira y siguen creyendo que todo pasará. Si la esposa de Rajoy fuera Sonsoles o una simple aficionada a la ópera, debería decirle que el coro de bocas cerradas con el que Mariano Butterfly y su troupe esperan noticias del Supremo Pinkerton no presagia nada bueno, que es muy probable que se queden con el niño Bárcenas y MadamaRajoy necesite salvar su vida con honor, el honor de la dimisión. Pero quizá sus electores aplaudan la representación en este país de olvidos y mezquindades.



Ahora todo el mundo en el PP habla de la presunción de inocencia, pero tal como están las cosas deben referirse a la nuestra, a ponernos el monigote en la espalda y cantarnos inocente, inocente, por no llamarnos gilipollas, al creernos que en 55000 folios, bosque y medio gastado en papel, no hay nada, que la policía, la fiscalía y el juez instructor se han dado a la bebida contra el PP arriesgando credibilidad, trabajo y esfuerzo contra los que potencialmente serán sus jefes en un pis pas, si nadie lo remedia.

Los partidos se financian fundamentalmente con dinero del Estado, es decir con pasta suya, amable lector, y mía. Y en esa medida me gustaría saber qué hacen con ella. No es un club privado, es una organización que se sustenta con nuestros impuestos y la trasparencia debe ser máxima.

Porque vamos a ver, no es que en el PP alguien se haya llevado pasta de la caja, que no deja de ser una golfada de un ladrón, no es que Rajoy haya decidido sostener con fondos públicos al desempleado Matas a razón de 5000 al mes, que puede resultar una mala decisión en la gestión pero nada más, es que se han montado un negocio en el que utilizan sus puestos como representantes populares, congresistas, senadores, parlamentarios autonómicos, alcaldes y concejales para prestar la firma que el pueblo les ha concedido y enriquecer a proveedores, enriquecerse a ellos mismos y, eventualmente, insuflar flujo de caja al partido. Han utilizado espuriamente nuestro dinero en unos casos y de forma delictiva en todos los demás.

Ahora que tan de moda está el cumplimiento íntegro de las penas, me pregunto cuándo se meterá mano a los inspectores de Hacienda que investigaron a Roca y lo saldaron con una paralela limpia, a los interventores de Valencia, de Madrid y tantos sitios que no vieron el despiece de facturación para saltarse las normas, a los Tribunales de Cuentas que deben tener unos petit point preciosos colgados en sus paredes porque de control nada de nada. Porque si podían y debían hacerlo y fracasaron, deben tener un castigo y si no están en condiciones, deben desaparecer como funcionarios. Pero estar y cobrar y no detectar y no sancionar, lo sé hacer yo y unos cuantos miles más de la ESO.

Y el caso es que la derecha de bien está jodida porque piensa que la actitud de Rajoy es denigrante y además les va a obligar a soportar al PSOE cuatro años más y eso les parece más intolerable todavía.

Elsa Triolet, novelista, musa de futuristas y surrealistas, resistente francesa y pareja de Louis Aragón, ganadora de un Gouncourt y asistente a los procesos de Nuremberg dijo que el silencio es como el viento: atiza los grandes malentendidos y no extingue más que los pequeños, una lección que deberían escuchar estos dirigentes del PP y de cualquier otro partido. Un particular quizá puede decidir si dar o no la cara, pero un mandatario de un partido, máxime cuando se ve como próximo presidente del Gobierno, no puede esperar a que el temporal amaine ni protegerse bajo la boutade de en el PP somos nosotros los que marcamos los tiempos.

Cuando algo se sabe por los medios, se desmiente, se explica, se pide perdón o se va al juzgado de guardia por difamación, pero no se hacen declaraciones tibias, negacionistas o estrictamente ausentes y se espera que Messi meta cuatro goles más. Y encima al Madrid.