sábado, 28 de mayo de 2011

Sábado por la tarde

Por lo visto Jorge Valdano se retira de la competición de las primarias del PSOE, mientras que a Carmen Chacón la acaban de destituir del Manchester. Todos quieren que el PSOE sea como un club inglés, rápido despliegue y juego directo, nada de marear la perdiz ni la pelota como hacen otros que ganan por aburrimiento.


El PP acaba de ascender a primera división y no se trae ni una sola tarjeta amarilla y mucho menos roja, a pesar de cómo les gustan combinar esos colores. Un tal Florentino Español o Juan Pérez ha decidido que se acabaron los experimentos de Zapatero y predica que tiene que cambiar la organización por lo de las disfunciones. Este sábado, en el circo estable de Ferraz, disfunción doble.


No sé si lo de doble es mi visión. Es lo que tiene esto de desayunar carajillos, se te cruzan los nombres, las aficiones, ¿no había un congreso federal del Barça en Wembley? Qué horror, ya no sé si regar al perro o pasear las plantas.

Después de la enorme debacle del domingo y el no menor estupor de los días siguientes ante los movimientos operados, llegamos a este sábado en el que el 99% del país se prepara para el partido de esta noche, unos con el Barcelona y otros con el pérfido rival inglés que nos vengue como rojos lo que no supimos defender como blancos. El otro 1% parece que estará más pendiente de otra cosa. Dicen que en la sede del PSOE este sábado se debatirá el futuro de la izquierda en este país, la fortaleza del Gobierno, el devenir de los ajustes económicos en el compromiso europeo. Izquierda, Política, Economía… Me corrijo, el 100% de los españoles estará pendiente del partido de esta noche.


Pero como tengo un ratito hasta ponerme delante de la televisión de plasma, de la que aún debo varios plazos, supongamos durante unos minutos que esto del PSOE puede ser importante.

Se plantea que es necesario un congreso porque en él se da el debate ideológico necesario y se elige una nueva dirección. Dicho bocarriba, se responsabiliza a la actual dirección, se la sustituye y se empieza a reconstruir Nueva Orleans tras el 22 de Katrina de 2011. Se opone que eso es terrible, que con las primarias se realiza el cambio prometido, pero se mantiene el Gobierno que tiene que llevar a buen puerto este país desnortado que debe concluir sus reformas.

En otro escenario quizá fuera posible aceptar ambas posturas, pero cuando te has quedado en pelota picada, cuando el poder conquistado es nulo y el retenido la excepción, cuando sonroja ver tanto azul en los mapas, las cosas no admiten matices. Porque por mucho asco que dé, el PP se ha ganado el derecho a disputar el partido ya. Cuando uno se cansa de hacerse las preguntas habituales esas de qué les pasa a los valencianos para darle la mayoría absoluta a esa panda o la versión madrileña idéntica pero con menos banquillo, uno debe reflexionar que considerando que sin ningún género de duda nuestros conciudadanos son unos cenutrios, parece necesario tener en cuenta que algunos discriminan. Permítanme ponerles el ejemplo de Rivas Vaciamadrid, una ciudad cercana a la capital que lleva gobernando IU desde hace veinte años. El alcalde ha repetido, pero en las elecciones autonómicas ha ganado Esperanza y ha sacado incluso algún voto más. ¿Sorprendente? Según se mire. Quizás los cenutrios somos nosotros, los sorprendidos. Podemos parlotear sobre el poder de la gestión y de la ideología, pero así, sin vermú ni nada, pues como que no ¿no les parece?


Así que mantener la ficción de un gobierno fuerte durante diez meses agónicos no parece ni siquiera razonable. A veces hay que saber tirar el rey envuelto en una toalla blanca. Porque el PNV puede verse obligado a apoyar al PSOE para lograr coronarse en alguna Diputación, pero dentro de nada tendremos que aprobar unos presupuestos y no parece que los socialistas logren mucha ayuda por ahí. Si a eso le ponemos unas gotas de los insaciables mercados, el fulgor de la muerte de El Mundo, ABC y las televisiones amigas más la leal oposición dándole al fuelle pues quizá nos debemos ahorrar esos esfuerzos.


La jugada de Patxi López es inteligente. No tiene tiempo que perder si pierde, porque en un posible congreso él sería quién más posibilidades puede albergar visto como quieren a Chacón en el PSC y a otros barones en sus respectivos hogares. Zapatero y sus jóvenes optimistas y no siempre bien preparados se les manda a hacer puñetas, y ¡tachán! elecciones anticipadas. Gana Rajoy claro, pero queda menos para que López pueda revertir la situación teniendo en cuenta que la presidencia del Gobierno Vasco se le acaba en las siguientes elecciones. Por eso no tiene tiempo que perder.


¿Y Rubalcaba? Don Alfredo quizá acepte la inmolación inicial mientras hace lo que mejor sabe: manejar los innumerables hilos de la política interna, unos hilos que está encerando Bono en la sombra. Que Rubalcaba es la apuesta segura no tiene mérito decirlo. Así lo hicimos hace ya más de dos años en Balcanización gubernamental y parece que la maquinaria socialista así lo ha confirmado en la tarde del viernes. Pero diez meses pasan pronto y llegará el momento de decir adiós al poder. Quizá sea el tiempo de -aprovechando que no se tiene que gobernar y que las múltiples sinecuras se han desvanecido- repensar la oferta ideológica que el socialismo debe proponer. Y la ideología no es sólo empujar a las cotas más altas algunos derechos civiles, que la fiscalidad y su control son clave, tanto para las empresas y particulares como esos dichosos y blandos fueros impositivos del País Vasco o Navarra, la estructura y legislación laboral que crea tanta precariedad, el papel sindical, la concepción de la enseñanza, el diferente valor de los votos que ya apesta, el pésimo equilibrio entre las administraciones, el entramado autonómico, sus competencias y su aberrante capacidad legislativa. O la misma estructura de partido dividido en taifas nacionalistas que se permiten ese desafío permanente a las estrategias generales que ellos llaman centrales. Un partido que debería tender al universalismo se ahoga en el cantonismo decimonónico con reyezuelos de pecho hinchado. Incluso la formula del Estado, porque en algún momento un partido socialista debe plantear la restauración de la república. Ya toca ¿no?


El PP ha dado una paliza ideológica al PSOE sin programa. Les ha bastado un poco de ruido y escasísimas nueces. Derecha. Pura derecha. Nada de izquierda. Por el camino ha llegado Sandokan para arrebatar la alcaldía en Córdoba a IU, Sevilla, Barcelona, hasta Extremadura si Cayo Lara se hace el interesante. Hasta en Asturias les han ganado dos derechas. Ahora ya sabemos que habrá primarias para el primero de la clase. Es poco probable que alguien acepte un congreso y perder el poder con elecciones anticipadas, aunque ese adelanto fuera el mayor castigo que se le podría aplicar a Rajoy. Y no es explicar lo que va a hacer el problema como le reprochan muchos de sus contrincantes. Mentirá. O no. Dará igual. ¿Acaso ha importado la conducta manifiesta de Camps tejidos y novedades, de Aguirre, vestida para espiar, de alcaldes procaces, de concejales drogatas y puteros, de los Matas, los Michavilla, los Bárcena, los Fabra? El programa es irrelevante. Piensen en Merkel, en Cameron, ganaron con un programa y gobiernan con otro. El problema para Rajoy es luchar como está luchando Salgado, con las mismas armas porque no hay otras, con la misma Europa común y pacata, con la misma productividad, la misma deuda, las mismas amenazas. Quizá los mercados prefieran a uno de los suyos en el Gobierno de España, pero denles tiempo, es cuestión de carácter. Quizá en marzo de 2012 las cosas se pongan mejor, pero ahora veo blandísima la varita mágica de los populares. No creo que haya cosa que más tema Rajoy que unas elecciones anticipadas. Algo parecido le pasa al Barcelona. Juegan en Londres y allí saben de teatro. Mal escenario para pantomimas.