sábado, 2 de julio de 2011

Final de curso

Hoy me siento joven. No hay nada como no dormir por la noche para retrotraerte a la juventud. Lo malo es que ahora no duermo por el calor atmosférico cuando antaño el calor lo ponía el alcohol, la amistad, el amor o el roce de las moléculas del porvenir que en su movimiento browniano ponían el futuro al rojo vivo.

Y tan joven me siento que este sábado 2 de julio inaugura el verano porque pone fin al curso, una vez desechado el mes de junio de zozobra, que como saben significa en griego qué será de nuestra vida. Y lo saben porque era aquel que bailaba sirtaki. Zozobra el griego creo recordar que se llamaba.

Italianos, portugueses, irlandeses y nosotros mismos, no las tenemos mucho más con nosotros. Pero quizá los mercados esperen a septiembre a despellejarnos o a vendernos la piel de otro, que todo puede pasar. O repetirse.

Es sabido que los problemas de España empezaron en 2004, la España del milagro siempre es la anterior y no la del superávit y los líos económicos son los de ZP y no de todos los gobernantes europeos. Pero una vez amortizado por consunción este presidente déjenme que les lea la cartilla una vez más, que siempre puede ser la última.


Allá por el año 2000 el Círculo de Empresarios consideró en un documento, España en el Horizonte 2004, algunas medidas esenciales para que España diera el salto cualitativo en su convergencia con Europa. Brevemente, pedían lograr una tasa de crecimiento superior a la media de la UE para cerrar el diferencial per cápita; reducir el desempleo y aumentar la tasa de ocupación en línea con las medias europeas; modernizar España fortaleciendo el estado de Derecho, reformar la administración pública y el aparato judicial y preparar al conjunto del país para su incorporación a la sociedad de la información. Todo ello debía conseguirse con estabilidad macroeconómica y mejorando el bienestar de la sociedad.

Hasta aquí lo podrían suscribir los sindicatos, las madres solteras, los indignados y las mascotas sin fronteras. Entonces y ahora, todo ello, supone un desiderátum común.

Es en enero de 2004, aún está Aznar, cuando el Círculo de Empresarios admite que se ha crecido, se ha reducido el paro y se ha mejorado el bienestar pero que poco o nada ha sucedido en las reformas estructurales. Añade que además han aparecido nuevos problemas como la escalada independentista en el escenario del Estado de las Autonomías. Reclama para el próximo gobierno, que suponían una repetición del anterior con presidencia de Rajoy tras el dedazo, mantener la libertad en lo económico que favorezca el crecimiento a la vez que se limita el descontrol autonómico.

El Círculo se congratula del enorme crecimiento de que es capaz España frente a la América post 11S y a las decrépitas grandes economías europeas. Afirma que España es la creadora de la mitad de los empleos generados en Europa y que no es por casualidad: se debe a la disciplina fiscal, la reducción de los tipos de interés, a la privatización y liberalización de los mercados.

Pero a pesar de crecer más que la UE y haber incrementado la población ocupada en un 25%, la tasa de paro es la más alta de la Unión, la tasa de actividad es de las más bajas y el diferencial de convergencia es de más de 10 puntos.

Al Círculo no le parece suficiente crecer más que la UE, hay que crecer más aún y para ello hay que reducir el peso del Estado, eliminando los desincentivos fiscales y regulatorios. Acepta que existe un enorme coste político en esas medidas y propone lo siguiente:

• Equilibrio presupuestario para las Administraciones Públicas
• Reformas estructurales y liberalización de la economía
• Potenciar la iniciativa privada

Disminuir el gasto en porcentaje del PIB, eliminando gastos carentes de justificación como las televisiones públicas o las subvenciones al carbón y poniendo cerco al crecimiento desmedido de funcionarios y haciendo que este sea realmente eficaz. Reflexiona sobre la inagotable necesidad social sostenida por unos recursos limitados y predice que es mejor tener un sistema de protección social limitado pero fiable que uno tan generoso que haya que recortar cuando las cosas se pongan mal, poniendo a Europa como ejemplo negativo. La protección social debe suponer una red de seguridad ante el infortunio y las adversidades temporales. Si se usa mal propicia fraude y malversación.


Este Círculo de Casandra reclama reformas estructurales ambiciosas:

Del mercado de trabajo:
Los sistemas de protección deben cambiarse para desincentivar la permanencia en el paro o de baja laboral y que el mercado de trabajo sea más flexible, con unos salarios vinculados a la productividad rompiendo los sistemas de negociación colectiva. Facilitar el despido rebajando las indemnizaciones disminuiría la temporalidad del empleo en España.


Sistema de Pensiones:
Hay que romper el actual sistema de pensiones caminando hacia la capitalización y abandonando el reparto. Alude al aumento del envejecimiento de la población como principal causa de riesgo al incrementarse el número de beneficiarios por persona activa laboralmente. Y considera la capitalización como un sistema más justo y seguro, más vinculado a su esfuerzo y a su ahorro y menos a las decisiones de los poderes públicos. Para ello proponen tres pilares, el obligatorio, el voluntario y el asistencial.


Suelo y Vivienda:
La política inmobiliaria es para el Círculo uno de los más llamativos fracasos económicos. Alegan que el suelo se halla tan intervenido que parece más una concesión administrativa que un derecho de propiedad. El poder edificar sobre un suelo no es un derecho inherente a la titularidad de dicho suelo sino que se deriva de una decisión administrativa discrecional. Ello origina clientelismo por discrecionalidad generando corrupción, hacinamiento que genera unas densidades urbanas superiores a las de Hong Kong –los españoles vivimos en menos del 3% del territorio con menor densidad de población de Europa- y encarecimiento del suelo por limitación artificial de la oferta que supone una repercusión del suelo de las más altas del mundo. Habría que devolver el derecho a construir delimitando mejor las áreas protegidas y eliminar los beneficios fiscales para la propiedad frente al alquiler o la protección de la vivienda que supone el peaje a los promotores para que construyan vivienda libre. Además está la vivienda social con una inagotable cola de peticionarios. El Círculo dibuja el siguiente escenario, están los adjudicatarios de la vivienda social que no sufren el efecto del encarecimiento del suelo porque se repercute entre todos los demás, los penalizados que cargan con un suelo muy caro y los desheredados que no tienen acceso a ninguna vivienda. Proponen liberalizar suelo para abaratarlo y cambiar la ley de arrendamientos con procedimientos judiciales rápidos, cambiar las subvenciones fiscales a la vivienda en propiedad y cambiar el modelo de vivienda social como regalo patrimonial.


Competencia y eficacia
La plena libertad de horarios comerciales, la ventanilla única y la libertad de establecimiento de centros. La gestión privada para la sanidad, la enseñanza o el transporte público, probándose el cheque escolar y el copago.

Iniciativa privada
Rebaja de cotizaciones sociales, exención fiscal para la previsión de pensiones, desaparición del de sucesiones y donaciones y el de patrimonio, disminuir el IRPF y el de sociedades, eliminar la complicación legislativa de las Autonomías que para dar tarea a su funcionariado han creado un laberinto de leyes. La liberalización central ha sido neutralizada por la regulación autonómica.

Estado de las Autonomías
Hay que cerrar el proceso autonómico y poner coto al independentismo galopante con un incremento del techo competencial de vascos y catalanes. Aseguran que la Constitución no es inmutable y que sería necesario un pacto de Estado para reorganizar todo el cotarro. Las preocupaciones de los españoles son el paro, el terrorismo, la vivienda, la seguridad ciudadana y no el grado de autogobierno de su Autonomía.


Todo esto se dijo hace 11 años y se repitió hace 7. Es el plan de los empresarios y en gran medida el del PP en los aspectos más económicos dejando a un lado el suelo. Quizá el Círculo no se atreviera a tanto visto lo que nos ha traído la falta de regulación -que ellos querían relajar aun más- pero en su conjunto son las medidas que el gobierno de Zapatero, conmovido por la presión mercantil y la política europea, está desarrollando en la actualidad. Visto en su conjunto, yo me apunto. Se intentan reequilibrar las cuentas públicas y el modelo del mercado de trabajo es bastante similar al reclamado por los empresarios. Se cambiaron algunos horarios de apertura, se sigue dando vueltas a la interminable ventanilla única y en muchos lugares se ensaya con modelos privados de gestión en servicios públicos. Han desaparecido algunos impuestos y han bajado otros. Únicamente no se ha dado el paso de las pensiones y en vivienda y suelo, el laberinto autonómico impide una acción directa. Cuando se escribió la crítica sobre el desbarajuste autonómico y el independentismo no se conocía la historia del Estatuto de Cataluña ni la traca final de Bildu.

Nos han hecho falta más de diez años para seguir en el mismo sitio si no peor. En aquel momento no se sabía la crisis que vendría, pero muchas de aquellas reflexiones no se han visto afectadas por la misma, de hecho muchas de las demandas siguen presentes.

Es un 20% de nuestra vida laboral, un quinto de nuestro proyecto vital, una enorme cantidad de tiempo para que no haya pasado nada. Se llama pérdida de tiempo, un tiempo estéril gastado en discusiones que no nos llevarán a parte alguna. Han sido 4 años del PP y 7 del PSOE, tres legislaturas que deberían haber buscado nuestra felicidad y que nos dieron un apartamento en segunda línea de playa que no podemos pagar. Claro que hubo progresos, pero en el resultado total hemos mareado la perdiz de forma atroz. ¿Se dan cuenta de que seguimos sin saber qué modelo educativo necesitamos después de tres décadas?


Acabo, me voy de vacaciones o me hago cartujo, no sé aun, pero esta España nuestra con estos gobernantes y estos gobernados es bastante insufrible. Hasta otra.

viernes, 1 de julio de 2011

En defensa de lo público

En estos tiempos en los que se cuestiona la naturaleza del Estado, en los que se pide su condensación, en los que se aboga por la iniciativa privada como garantía de competencia, de calidad, de progreso y al mismo tiempo de ahorro, va la Academia de la Televisión y da sus premios 2011 a TVE, quince de diecinueve; otros dos fueron a parar a Buenafuente justamente el día de su cierre y los dos restantes a la pública catalana y a la Sexta.


No seré yo el que despotrique contra las cadenas y productoras privadas, después de meterme en vena las series de HBO como los Soprano, A dos metros bajo tierra, True blood o Hermanos de sangre o Crematorio que ha emitido Canal +. Pero que las cadenas privadas Tele5 o Antena3 no estén ni se las espere, debiera permitirnos reflexionar, unos segundos solo, que estamos en verano, sobre si la dicotomía público privado es aceptable o es una paparrucha más que nos cuentan.



En sanidad existe esa misma clave de clasificación, que se traduce en para lo normal lo privado y para lo grave lo público. Sin duda las cosas no son tan sencillas y habría que hablar bastante más, pero al menos lo público no queda retrasado en la percepción de calidad cuando las cosas se ponen feas, esto es, cuando el asunto es importante. Y también en la enseñanza en donde siempre aparece algún instituto público de segunda enseñanza entre los mejores, terreno en el que el sesgo que proporcionan otras variables perjudica siempre a lo público frente a lo privado.

En televisión parece que pasa lo mismo y la calidad reside en el ámbito público si nos atenemos a los premios comentados. Los tarots, los programas de exorcismos políticos envueltos en bilis, los sorteos y concursos para oligofrénicos que acampan diariamente en las privadas no parece que tengan merecimiento alguno digno de mención.


Cuando hablamos de servicios públicos, por más que su efectividad nos perturbe, pocos sitios prestan un sistema más eficaz en términos de rapidez, precisión, seguridad, disponibilidad que Hacienda para las declaraciones que acabamos de terminar. Encuentras todo en su web y con la persona que hablas se entera y te informa con conocimiento. Prueben con los operadores de telefonía para comparar.


Así que la falsa polémica liberal debería reclasificarse en términos de calidad en la gestión más que en términos de titularidad del bien o del servicio. Vamos que no hay nada como hacer las cosas bien.

sábado, 25 de junio de 2011

Lo que nos espera

Las elecciones pasadas han dejado una estela de desesperanza para todos ¿todos? Hay dos ganadores, el Partido Popular y Bildu que deberían estar encantados. Bueno el PP se relame, o más exactamente los palmeros se acarician las areolas pensando en las prebendas que caerán. Bildu está a punto del frenesí buscando en el baúl nombres vírgenes que puedan desempeñar tanto cargo como ostentarán en breve. Pero el PP una vez pasada la ceremonia del descorche y del batir cava francés o manchego, que tanto da, debe pensar en cómo gestionar todo este viento a favor. Por el momento sólo son capaces de decir que Rubalcaba es lo peor, lo cual debe calmar un montón a los mercados y facilitar hasta cumbres impensables la contratación de los cinco millones de desempleados.

Las posiciones de CiU y PNV, y sus hermanitos díscolos Esquerra y Bildu respectivamente, deben hacernos pensar sobre nuestro modelo de Estado porque si algo bueno debe traer la crisis es, además de sodomizarnos en el trabajo, en arruinar nuestros planes e ilusiones, en meternos tanto miedo por el futuro de nuestros hijos, que, al menos, podamos afrontar los próximos 25 o 30 años –que para entonces ya me doy como abono de malvas- de la mejor manera. Ello coincide con las frecuentes goteras de nuestro decrépito rey y con que el temeroso recambio y su caquéctica consorte no entusiasman demasiado. No sé si el sistema federal resolvería alguno de los problemas que cada día se nos muestran, no sé si ya es hora de retocar el reparto de votos y escaños, ni siquiera sé si la democracia representativa hace honor a su nombre. En este sábado tórrido no me pidan que hagamos lo mismo que llevamos haciendo los últimos años, que si la prioridad de los varones es un sinsentido, que si Izquierda Unida tiene menos asientos de los que debiera –yo me pregunto ahora para qué los quiere-, que si el Senado es una castaña de cámara, que las autonomías han disparado el gasto, que si patatín que si patatán. Pesadísimos.

Por eso se debería aprovechar la crisis, este descoyunte moral y económico para hacer algunos cambios por más que digan, siguiendo a Ignacio de Loyola, que no son estos tiempos de tribulación los mejores para hacer mudanzas. Quizá la razón sea justamente esa, si los jesuitas recomiendan una cosa hágase justamente la contraria. Porque este 15M pasará. Tras las vacaciones en Benidorm por puro abandono o engullido por algún partido ya establecido, pero pasará.

El más interesado en el cambio debería ser el propio PP. El escenario de mayoría absoluta es más que predecible y con él un PSOE que deberá palparse las entrañas para descifrar qué coño ha hecho con los 11 millones de votos que tenía, cómo ha sido capaz de desteñir los cinturones rojos de las ciudades, los prados verdes de Asturias o las doradas planicies manchegas. ¿Cómo pudisteis hacerme esto a mí? se deberá preguntar Rubalcaba dentro de pocos meses, ya que parece que le va el pop español en su dietario. Pero el PP tiene la oportunidad de rehacer España.

De verdad que no he bebido más que un café con leche. Pero Rajoy debe pensar que tiene frente a sí una enorme tarea y que únicamente él puede afrontarla durante los próximos 4 u 8 años. Me estremezco sólo de pensarlo, pero creo que los conservadores van a manejar las riendas del país durante una temporada larga. Considerando que la oposición socialista va a quedar noqueada durante el mismo periodo de tiempo y que la mayoría, si es absoluta, va a mandar a la esquina de pensar a los nacionalistas, Rajoy, a falta de empresas públicas que vender, que eso ya lo hizo Aznar para apuntalar su milagro económico, y con una economía guiada por manos ajenas a las propias y con un Zapatero que le ha hecho el trabajo previo y sucio, le queda no mucho más que reorganizar el Estado si quiere pasar a la historia. Claro que puede empezar a cargarse los matrimonios homosexuales, a polemizar sobre las semanas del aborto y otros titulares de La Razón, pero una enorme cantidad de cosas importantes no podrán estar en primera línea porque cuestan un dinero que no tenemos.

El medio ambiente y el fervor nuclear se tendrán que posponer porque cuesta una pasta. Ídem del lienzo con el agua, que las infraestructuras van a pararse un tiempo. Su política de Defensa no puede variar sustancialmente y la de Interior mejor no tocarla. Si hace algo con Sanidad será para jibarizarla en sus prestaciones como con Dependencia o Cooperación. La Justicia habita cada vez más en la derechona, así que no la va a modificar en lo fundamental. Lo de mujer y juventud son zarandajas, y la Inmigración se le está yendo sola, que aquí en España todo son problemas.

Así que tendrá que acometer el problema del empleo –si no fuera por que no tiene gracia alguna lo que me voy a reír cuando Rajoy tenga que hacer propuestas de verdad- y considerar el asunto de las administraciones autonómicas y locales. En estos años uno de los grandes contratadores han sido las administraciones públicas. Rajoy está por disminuir el tamaño de las mismas lo que no significa que pasen de un chalé con piscina a una habitación con derecho a cocina, más bien que se van a hinchar a despedir a parafuncionarios, a asesores contratados, a empleados de empresas públicas en puestos redundantes. Al menos se va a encontrar con la reforma laboral hecha ciertamente a gusto de Rosell y del FMI.

Teniendo en cuenta que ya no estará Zapatero ni Rubalcaba, el discurso del PP se va a quedar vacío, que son muchos años oponiéndose y señalando lo mal que lo hacen los demás sin esbozar un mísero yo haría esto y lo otro.

Dice un estudio de la Fundación Ideas que Rajoy hará lo que ha hecho o está haciendo Cameron. Predice que Rajoy realizará un ajuste fiscal más duro, lo que supone recortar más el Estado de Bienestar. Si Cameron anunció el despido de medio millón de funcionarios el equivalente de Rajoy sería un cuarto de millón. Se incrementarán los costes de la educación. Se habla de 12000 euros el coste de obtener un grado en una universidad pública. A ello le seguirá la privatización de servicios básicos como la sanidad y la educación.

Pongan los reparos que quieran, los matices y las puntualizaciones pero parece más que evidente que eso va a suceder. Olviden las declaraciones, los programas electorales, las promesas y los juramentos ante notario. El PP dice que hay que bajar impuestos, pero Gallardón nos renueva el catastro este año, después de haber subido el IBI e implantar una carísima tasa de basuras el año pasado, el PP abomina del endeudamiento y no les quiero contar lo que debemos en la capital. Sobre si privatizarán la sanidad o la educación, no sé qué hay que decir, no existe el condicional, se está haciendo ya en la Comunidad de Madrid con las especialidades y hospitales, y se está regalando suelo a grupos ultracatólicos para construir colegios. Así que no hay mucho que suponer y sí temer a que esto se ponga peor.

A mí todo esto me recuerda a los GAL. Recordarán cuando los atentados contra ETA se celebraban. Quien roba a un ladrón… pero llegó el periodismo de investigación de Pedro Jota y Aznar y convencieron al resto que eso no se podía hacer. No voy a entrar en el análisis ético del asunto, simplemente recordarles que hubo un tiempo en que se aplicaba la doctrina Sheridan, de que el único etarra bueno era el etarra muerto y cuando cambió el paradigma moral muchos se amparaban para castigar la conducta de los GAL en la chapuza que hicieron. Desde luego era la versión menos sofisticada, pero escudarse en la aceptación de un asesinato tras la impericia de su comisión es digno de recuerdo. El crimen de Estado sólo es tolerable si se hace bien, venían a decir. Aznar llegó al poder en 1996 cabalgando en parte sobre este asunto, pero durante años, muchos años, miramos para otro lado. Ahora hacemos lo mismo, sabemos que van a suceder muchas cosas cuando gobierne el PP, conocemos que la Comunidad Valenciana es un polvorín, olvidamos los espías de Madrid y el Gürtel que les une más que el AVE, somos incapaces de recordar las comisiones del 3% por adjudicación de obras, sostenidas en sede parlamentaria, de CiU, los sempiternos chanchullos de Andalucía o la infumable gestión del Tribunal Constitucional y sus obligados recambios. Acabamos de castigar al PSOE por su gestión de la crisis, sin la menor empatía, sin el más mínimo análisis, pero quizá se merezca el bofetón que se ha llevado y todo indica que a Griñán le pasará lo mismo, pero Aguirre ha obtenido mayoría absoluta y Camps, y Barberá y Gallardón. Todos han obtenido la aceptación mayoritaria de la gestión de los últimos cuatro años y la conformidad sobre lo que harán los próximos cuatro. CiU ha vuelto al poder. La derecha, haya estado al mando o no, ha sabido des-responsabilizarse de la crisis. La izquierda ha pagado el pato. ¿Será posible que Rajoy acepte el envite de resolver las estructuras de este país considerando que lo coyuntural ya se lo están resolviendo los demás? Los socialistas tuvieron que comerse la reestructuración industrial de los ochenta y la modernización del país siguiendo los cánones capitalistas, el PSOE ha perecido bajo una crisis que no creó, con responsabilidad in vigilando como mucho, y que vino alumbrada a todas luces por los preceptos neoliberales de menor regulación y más pachanga. Los socialistas se encontraron con las huelgas generales y la beligerancia sindical. ¿Podrá Rajoy acabar con la monarquía y parar los pies a la Iglesia del mismo modo a la vez que sustituye a la derecha nacionalista por un conservadurismo laico y europeista?

sábado, 18 de junio de 2011

Criminales

Recordaban el otro día en algún periódico aquellas palabras que vinculaban el número de asesinatos con lo que hacía la sociedad contigo. Si matas a una persona vas a la cárcel, si te cargas a treinta compañeros y profesores en un colegio te mandan a un psiquiátrico y si te fumigas a 50.000 tíos te hacen una estatua o como poco te buscan asilo político. Si superas el millón de muertos te dan el Nobel de la Paz.

Ya saben ustedes que Gadafi estuvo postergado durante años por el asunto de Lockerbie con la explosión en vuelo de un avión. Luego vino el mirar para otro lado, las recepciones y las jaimas en nuestros parterres, los caballos regalados a los que no osamos mirarles los dientes hasta que las revueltas volvieron a ponerle en la picota, o mejor, a que nos permitamos decirle lo que pensamos realmente. Ya saben como están las cosas últimamente con sus devaneos.


Con Kissinger pasó algo similar, pero como es estadounidense, todo ha sido a lo bestia. A éste le dimos el premio Nobel de la Paz en 1973. Se nos debería caer la cara de vergüenza, pero no, el mundo entero aceptó la pantomima y se honró al hombre que organizó bombardeos masivos y secretos contra Camboya y Laos durante la guerra de Vietnam u ordenó la invasión de Timor Oriental o facilitó el asesinato de Allende a manos de Pinochet. Bangladesh, África, Latinoamérica, fueron nuevos lugares para sus maniobras, alzando o haciendo caer gobiernos. Fue Kissinger el que movió los hilos de la famosa marcha verde marroquí contra el por aquel entonces Sahara español. Fue fundador del siniestro Club Bilderberg y durante los años 70 y 80 puso su mano detrás de todas las tropelías habidas en el planeta.

Una perla de su pensamiento político:
La emigración de los judíos de la Unión Soviética no es un objetivo de nuestra política exterior, y si dejan a los judíos en las cámaras de gas de la URSS, no es una preocupación estadounidense. Tal vez una preocupación humanitaria, más no norteamericana.
Esto viene a cuento porque acaban de ser publicados los papeles del Pentágono que permanecían secretos. La información básica era conocida, porque en 1971 se publicaron los datos fundamentales, a través del NYT y de un senador demócrata. La liberación del secreto permite conocer que tres presidencias, tres, de EE. UU. , Dwight Eisenhower, John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson habían engañado al Congreso, a la opinión pública y a sus aliados sobre el conflicto con Indochina.


Queda poco para que se puedan desclasificar los secretos de la era Nixon y con ellos los de Kissinger, el mayor criminal de guerra del mundo para algunos. Cuídense por tanto, menos grasas, nada de tabaco, poquito alcohol. No nos lo podemos perder, está a la vuelta de la esquina.

Lo que no sé si nos perderemos es la reorganización que quieren hacer en el Valle de los Caídos. Tal y como se desarrollaron los acontecimientos en las pasadas elecciones parece un chiste para hacer hueco a Zapatero, pero no.


La cosa es bastante seria. Ese monumento funerario lleva un nombre incompleto porque conmemora únicamente a los sublevados, con la circunstancia agravante de que encierra en sus entrañas a muchos de los muertos republicanos en fosas comunes, más de treinta mil, y está hecho por presos políticos para que redimieran sus penas glorificando al dictador y su cruzada a la fuerza. Sin duda es necesario recordar la historia, máxime cuando está tan cercana en lo biográfico y en lo emocional para muchos de los que aún viven. Pero no se puede hacer una memoria de parte y en su actual composición, o descomposición, según se mire, con los cuerpos de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera allá incrustados bajo una enorme cruz de 108 metros, la más alta de la cristiandad.
Además, o por esa misma causa, el Valle de los Caídos es el lugar de culto a ambas figuras fascistas, que reúnen a la ultraderecha para añorar tiempos mejores.

El ministro Jáuregui ha marcado a la comisión que debe proponer la solución de ese marrón un par de líneas rojas: mantener a los monjes benedictinos y la enorme cruz. Empezamos mal.
Inicialmente habría que determinar si los restos de los cadáveres se quedarán allí o no. Parece obvio que deben separarse los del dictador y los del fundador de la Falange del resto. Esos dos serán perfectamente discriminables. Si el resto de cuerpos no son recuperables para su individualización, lo que resume en sí mismo el hecho de la colectividad de la lucha, deberán mantener eternamente la aglutinación, la reunión de los presos en el devenir de la historia. A veces el ADN sobra.


Existen por tanto tres posibilidades: se van Franco y José Antonio a donde quieran sus deudos pero que se impida la peregrinación colectiva y su enaltecimiento, no creo que exista otra posibilidad responsable con la sociedad y con la historia; se llevan los presos a un lugar en el que las familias puedan recordarles y se deja el sepulcro del Valle de los Caídos vació, como un cenotafio impersonal y colectivo o, por último, se quedan ahí donde llevan unas cuantas décadas. Esta última parece la más sensata, dadas las dificultades de transporte de tal número de cuerpos.

Según el decreto fundacional de 1 de abril de 1940, el monumento y la basílica se construyeron para: ...perpetuar la memoria de los caídos de nuestra gloriosa Cruzada [...] La dimensión de nuestra Cruzada, los heroicos sacrificios que la Victoria encierra y la trascendencia que ha tenido para el futuro de España esta epopeya, no pueden quedar perpetuados por los sencillos monumentos con los que suelen conmemorarse en villas y ciudades los hechos salientes de nuestra historia y los episodios gloriosos de sus hijos.

Por tanto la basílica no era preexistente al monumento, y está ligada a lo que se quiso conmemorar hace más de setenta años.

La cruz. Siendo muy posible que gran parte de los allí inhumados fueran creyentes, teniendo en cuenta que muchos otros fueron enterrados sin el permiso de sus familiares y sin identificar, más la imposibilidad técnica de resolver la encrucijada ósea de los restos, no tiene sentido que sea una cruz cristiana la que corone el amasijo que creo aquella barbarie y a la que tanto colaboró la Iglesia católica por acción y omisión. Ni cruz ni raya.

Las líneas rojas de Jáuregui son para mí insufribles. Que se lleven a los benedictinos a dónde quieran, pero no pueden perpetuar lo que significó aquello. Es la raya roja que hay que poner a la Iglesia de una vez.

En plan borrico se puede promover que dinamiten todo Cualgamuros, con los presos, con Franco, cruces y esculturas. Y que no se repare, que nadie lo componga, que quede destrozado hasta que la naturaleza lo arregle, lo cubra, lo anegue y lo impida, lo desdibuje de la geografía para que se disuelva en la historia. Parece cafre, pero creo que no lo es tanto. Piénsenlo.


La versión ilustrada es crear un centro de conocimiento y consulta de la Guerra Civil. Sustituir la orden benedictina por una horda de bibliotecarios puede ser una solución, pero siempre estarán asentados sobre el monumento que decidió Franco para celebrar su triunfo. Para diccionario ilustrado ya tenemos el biográfico, ese que confunde dictadura con autoridad.

Sé que es esto último es lo civilizado, lo prudente, lo razonable. Debe ser que me estoy haciendo viejo, que mayor lo soy hace ya mucho, pero me sabe a renuncia, a mansa aceptación, a que la concordia y la reconciliación las ponemos los de siempre. Y estar harto a mis años, pues ya cansa.

sábado, 11 de junio de 2011

Plazas

¿Qué hacemos con las plazas? Me refiero claro está a los acampados en la Plaza de Cataluña, en la Puerta del Sol, o frente al Palacio de los Borja. Las delegaciones flotantes de los llamados indignados o movimiento 15M. Cada uno tiene su propia opinión. Esa opinión que sale de nuestros valores, de nuestra ideología, de la información que manejamos, de lo que oímos, vemos y nos cuentan. Podemos estar a favor, podemos estar en contra, incluso estar en esa categoría imprecisa que se mantiene cuando está el jefe delante, no sabe, no contesta, cada vez más frecuente en este mundo de valientes.

Pero eso es lo fácil. No llega al nivel de la opinión acerca de la mejor alineación de la selección española de fútbol, pero casi casi. Porque el problema que les quiero plantear es qué hacemos si fuéramos el ministro de Interior, el Jefe de Policía, el consejero responsable. Ahí no vale la opinión porque quizá ésta vale demasiado, la opinión de estos es acción, instrucción, orden. Cuando usted dice en el bar ante el cafelito humeante yo desalojaría, usando ese pospretérito defensivo mientras explica sus razones, al finalizar el café está listo para dar un sorbo o mojar un bollo. Pero cuando lo dice el delegado del Gobierno, o Felip Puig o aquel que esté al mando, ese condicional cambia a imperativo y antes de que dé el sorbo tiene usted la ceja partida o el costado perjudicado a porrazos.


Es evidente que usted puede decir también, pues yo me abstendría de intervenir, y en ese momento le oye el dueño del bar en el que está desayunando y le dice que cómo se nota que no tiene usted un negocio y no sé cuántas familias que alimentar y que bien se vive con un sueldo asegurado. Que esa gente arruina a los hosteleros. Si encima se entera que es usted funcionario pues le rompe el labio con la bandeja de los bollos. Prácticamente como el chiste.

Dirá usted que se puede intervenir sin brutalidad policial. Y dice bien. Pero la experiencia nos dice que lo normal es que las cosas salgan mal. También podían irse ellos solos. Pero no se van. Hay excepciones, claro. Esta misma semana en Madrid se paró el intento de asentamiento frente Las Cortes. Casi no hubo nada. Una policía profesional con pocas ganas de dar caña y unos manifestantes con cierta conciencia de que ahí en modo alguno se iban a quedar. Uno va siempre con la idea de hacerlo en la primera cita, pero si termina solo al final de la noche, no se da uno a la bebida, siempre puede encontrar diversión con lo que se tenga más a mano.

En Barcelona dieron con ganas, a todas luces sin venir a cuento, y alguno se explayó con aquello de tanto hijodeputa junto y ni una colleja les he podido dar. En Valencia están en ello. No se preocupen, luego piden perdón.

Y es que todo es pedir. En Madrid le piden a Rubalcaba 30 millones de euros por las pérdidas los comerciantes del área de Sol. No explican cómo hacen los cálculos. Como en las manifestaciones que siempre acuden millón o millón y medio.

Se explica todavía peor que los autónomos declaren menos que los pensionistas. Y es que en el conjunto de España, los empleados declaran un promedio de 7.200 euros más que los pequeños empresarios y 7.665 euros más que los microempresarios. Las mayores diferencias entre las rentas declaradas por trabajadores y microempresarios, se aprecia en Madrid (14.128 euros). El estudio muestra que los asalariados y pensionistas de la Comunidad Valenciana declararon el pasado año 16.985 euros de media, lo que supone un 41,4% más que los pequeños y medianos empresarios y los profesionales liberales que tributan en estimación directa. De hecho, estos últimos se reconocieron, curiosamente, como ‘mileuristas’ al declarar unos rendimientos medios de 12.013 euros.

A ver si cuando gobierne Rajoy soluciona esto de los impagos a Hacienda, porque los empleados, incluidos los funcionarios, lo tienen mal para defraudar, así que ese euro de cada cuatro que elude la solidaridad está entre esos señores que se han negado a firmar el acuerdo con los sindicatos, curiosamente tras el descomunal éxito del Partido Popular. No les quiero abrumar pero un 25% de dinero negro es una pasta enorme. Yo también quiero ser optimista, como el último anuncio de Coca Cola.

"Por cada persona corrupta hay 8.000 donando sangre". "Por cada Bolsa que se desploma se hacen 10 versiones de la canción 'What a Wonderful World'". "Por cada muro que se levanta hay 200.000 hogares dispuestos a darte la bienvenida". "Por cada arma que se vende en el mundo, se comparten 10.000 Coca-Colas" Qué lástima que Coca Cola tenga también problemas con Hacienda. La caspa de la vida.

sábado, 4 de junio de 2011

Pepinazo

Algo vamos avanzando. Ya no es el pepino. Dicen que ha sido el dedazo. Y los socialistas se excusan y lo explican: bueno, mire, en realidad no porque… Con lo fácil que hubiera sido decir ¿Y qué? So what! para decirlo en inglés que queda igual de chulo.

- En mi casa pondré las reglas que quiero ¿no?
- Es que va a dirigir usted los destinos del Estado, algo tendremos que decir nosotros.
- Pues regúlenlo entonces. Pero para todo el mundo. Pongan por ley que el candidato a presidente del Gobierno de cada partido que se presente a las elecciones deberá ser elegido democráticamente entre el conjunto de los militantes. Mientras no exista la ley déjennos que nos organicemos como mejor queramos.
- Pero es que se han pasado años protestando por el dedazo de Aznar con Rajoy.
- Eso es verdad, pero para lo que nos ha servido.
- Pero criticar y hacer lo criticado no parece sensato, incluso entre políticos.
- Lo que parece es lo indicado, según el viejo dictum infantil: quien lo huele debajo lo tiene. Pero déjenme que insista en que no es igual.
- ¿Cómo que no es igual? Dicen que se van a convocar unas primarias para escoger candidato y cuando parece claro que será la Chacón y Rubalcaba se monta un cirio y ella se va. A los dos días se proclama el apoyo al vicepresidente. Único candidato, si eso no es un dedazo que venga Rouco y lo vea.


- Pues no mire, no es dedazo, o al menos no idéntico al de Aznar, que hacer lo mismo nos repugna bastante. Nosotros apoyamos al candidato Rubalcaba porque no queremos despellejarnos en vivo y en directo, porque no sería creíble que existieran programas alternativos estando los dos en el mismo gobierno y además porque no nos da la gana divertir a Rajoy, que llame a Trillo y le imite a Pujol si quiere reírse.
- Pero eso es lo que pasó con Rato y con Mayor Oreja. Idéntico.
- Qué va. De momento porque escogieron al peor visto lo visto y nosotros al mejor, ya lo verá usted. Además después de la elección de Aznar no quedó posibilidad alguna de cambio, salvo la pantomima de la ratificación, aunque no fuera Rato. Je, je.
- La verdad no le veo la gracia. Ustedes les han acusado cada día de no ser un partido democrático en sus procedimientos.
- Y dale. Que aunque nuestro Comité Federal ha nominado a Rubalcaba nada impide que otros se presenten. Lo único que hemos hecho es ahorrarle lo de ir recogiendo apoyos, se los damos nosotros de golpe.
- Precioso.
- ¿Por qué no? ¿De verdad alguien cree que la opinión del secretario general de un partido, el puto amo, debe ocultarse al resto de los miembros? ¿Alguien cree que por mal que le hayan ido las cosas ha perdido el derecho a expresarse y tratar de cambiar la opinión de otros? Le pagamos para que dirija el país, que tome postura, que decida y suponemos al mismo tiempo que debe ser neutro en el partido que dirige y que le llevó al poder. La diferencia con el Partido Popular es de funcionamiento y de convicciones. Ellos no prevén esa elección de candidato, porque esperan que el líder, su guía, asuma ese papel. Nosotros sí disponemos de ese sistema, de hecho dicen que hay un par de candidatos sevillanos que quieren disputar las primarias. Eso fue impensable con el famoso dedazo de Aznar. Es más, en aquel momento el candidato deseado por las bases y posiblemente por el conjunto de los votantes del Partido Popular era Rato y ya vieron ustedes a quien eligió.


- Pero si todo el aparato apoya a un candidato no parece posible que esas candidaturas alternativas prosperen.
- ¿Quiere decirme usted que el aparato no tiene derecho a expresarse democráticamente, que debe abstenerse, que justamente la directiva del partido, elegida democráticamente por los militantes, no puede apoyar a un candidato, influir en el resultado con su opinión y su voto?
- Parece David contra Goliath. Esos candidatos no van a tener los mismos medios.
- Hombre hace menos de diez años David era Zapatero frente al Goliath de Bono y creo que sabe cómo terminó aquello. Y mantenemos los mismos procedimientos. Pensar que en un partido político no se debe utilizar la influencia, el convencimiento para lograr los propósitos es no entender nada. ¡Es el sustrato de la política! El pacto, la estrategia para conseguir un fin, el arte de proponer las propias convicciones para seducir a otros, la urdimbre de tácticas y movimientos para alcanzar tus objetivos.
- No sé. No lo veo limpio.
- La política sólo es sucia cuando se pierde.
- Su sistema es una simple forma de perpetuarse.
- En absoluto. Los procedimientos de renovación siguen vigentes, no sé cómo se lo tengo que decir. Pero hemos preferido disponer de un solo candidato, si me apura hemos realizado una votación previa, hemos analizado la situación –debe ser lo único que nos queda del marxismo- y hemos planteado que la mejor opción era proponer a un solo candidato, rechazar un Congreso que descabezaría al partido en un momento poco propicio y avalar con nuestros votos a ese candidato. Si usted es militante sigue con su derecho de votar por cualquier candidato que le pida su aval. Las primarias están abiertas. Y si la mayoría hubiera querido hubiéramos convocado un congreso extraordinario.
- Lo del congreso lo cierran con esa chapucilla de la conferencia política.
- Chapucilla no, es el medio que tenemos para abrir un debate ideológico y de acción sin necesidad de cambiar de ejecutiva. Lo de reinventarse está muy bien, pero también requerimos un poco de sosiego.
- Yo creo que hubiéramos merecido más debate, analizar otras propuestas, considerar otros candidatos.
- Seguramente señor o señora, que no sé muy bien lo que es. Nosotros también hubiéramos preferido otros votantes más responsables, más concienciados, incluso unos militantes más movilizados, con mayor capacidad de explicación, y seguramente también una ejecutiva mejor, más preparada, con más coraje y liderazgo, pero en esta España de hoy en día tenemos lo que tenemos. Dicen que la explicación de que los generales sean tan burros es porque los escogen entre los coroneles. Somos el reflejo de nuestra sociedad, ni más ni menos que el Partido Popular, o el movimiento 15M. Somos mediocres en nuestros planteamientos, poco entusiastas, poco despiertos si quiere. Pero no crea, tampoco mucho menos que nuestros colegas americanos, alemanes o franceses. Más o menos como una Escherichia coli con buenos trajes y mejor dicción. E igualmente peligrosos.

sábado, 28 de mayo de 2011

Sábado por la tarde

Por lo visto Jorge Valdano se retira de la competición de las primarias del PSOE, mientras que a Carmen Chacón la acaban de destituir del Manchester. Todos quieren que el PSOE sea como un club inglés, rápido despliegue y juego directo, nada de marear la perdiz ni la pelota como hacen otros que ganan por aburrimiento.


El PP acaba de ascender a primera división y no se trae ni una sola tarjeta amarilla y mucho menos roja, a pesar de cómo les gustan combinar esos colores. Un tal Florentino Español o Juan Pérez ha decidido que se acabaron los experimentos de Zapatero y predica que tiene que cambiar la organización por lo de las disfunciones. Este sábado, en el circo estable de Ferraz, disfunción doble.


No sé si lo de doble es mi visión. Es lo que tiene esto de desayunar carajillos, se te cruzan los nombres, las aficiones, ¿no había un congreso federal del Barça en Wembley? Qué horror, ya no sé si regar al perro o pasear las plantas.

Después de la enorme debacle del domingo y el no menor estupor de los días siguientes ante los movimientos operados, llegamos a este sábado en el que el 99% del país se prepara para el partido de esta noche, unos con el Barcelona y otros con el pérfido rival inglés que nos vengue como rojos lo que no supimos defender como blancos. El otro 1% parece que estará más pendiente de otra cosa. Dicen que en la sede del PSOE este sábado se debatirá el futuro de la izquierda en este país, la fortaleza del Gobierno, el devenir de los ajustes económicos en el compromiso europeo. Izquierda, Política, Economía… Me corrijo, el 100% de los españoles estará pendiente del partido de esta noche.


Pero como tengo un ratito hasta ponerme delante de la televisión de plasma, de la que aún debo varios plazos, supongamos durante unos minutos que esto del PSOE puede ser importante.

Se plantea que es necesario un congreso porque en él se da el debate ideológico necesario y se elige una nueva dirección. Dicho bocarriba, se responsabiliza a la actual dirección, se la sustituye y se empieza a reconstruir Nueva Orleans tras el 22 de Katrina de 2011. Se opone que eso es terrible, que con las primarias se realiza el cambio prometido, pero se mantiene el Gobierno que tiene que llevar a buen puerto este país desnortado que debe concluir sus reformas.

En otro escenario quizá fuera posible aceptar ambas posturas, pero cuando te has quedado en pelota picada, cuando el poder conquistado es nulo y el retenido la excepción, cuando sonroja ver tanto azul en los mapas, las cosas no admiten matices. Porque por mucho asco que dé, el PP se ha ganado el derecho a disputar el partido ya. Cuando uno se cansa de hacerse las preguntas habituales esas de qué les pasa a los valencianos para darle la mayoría absoluta a esa panda o la versión madrileña idéntica pero con menos banquillo, uno debe reflexionar que considerando que sin ningún género de duda nuestros conciudadanos son unos cenutrios, parece necesario tener en cuenta que algunos discriminan. Permítanme ponerles el ejemplo de Rivas Vaciamadrid, una ciudad cercana a la capital que lleva gobernando IU desde hace veinte años. El alcalde ha repetido, pero en las elecciones autonómicas ha ganado Esperanza y ha sacado incluso algún voto más. ¿Sorprendente? Según se mire. Quizás los cenutrios somos nosotros, los sorprendidos. Podemos parlotear sobre el poder de la gestión y de la ideología, pero así, sin vermú ni nada, pues como que no ¿no les parece?


Así que mantener la ficción de un gobierno fuerte durante diez meses agónicos no parece ni siquiera razonable. A veces hay que saber tirar el rey envuelto en una toalla blanca. Porque el PNV puede verse obligado a apoyar al PSOE para lograr coronarse en alguna Diputación, pero dentro de nada tendremos que aprobar unos presupuestos y no parece que los socialistas logren mucha ayuda por ahí. Si a eso le ponemos unas gotas de los insaciables mercados, el fulgor de la muerte de El Mundo, ABC y las televisiones amigas más la leal oposición dándole al fuelle pues quizá nos debemos ahorrar esos esfuerzos.


La jugada de Patxi López es inteligente. No tiene tiempo que perder si pierde, porque en un posible congreso él sería quién más posibilidades puede albergar visto como quieren a Chacón en el PSC y a otros barones en sus respectivos hogares. Zapatero y sus jóvenes optimistas y no siempre bien preparados se les manda a hacer puñetas, y ¡tachán! elecciones anticipadas. Gana Rajoy claro, pero queda menos para que López pueda revertir la situación teniendo en cuenta que la presidencia del Gobierno Vasco se le acaba en las siguientes elecciones. Por eso no tiene tiempo que perder.


¿Y Rubalcaba? Don Alfredo quizá acepte la inmolación inicial mientras hace lo que mejor sabe: manejar los innumerables hilos de la política interna, unos hilos que está encerando Bono en la sombra. Que Rubalcaba es la apuesta segura no tiene mérito decirlo. Así lo hicimos hace ya más de dos años en Balcanización gubernamental y parece que la maquinaria socialista así lo ha confirmado en la tarde del viernes. Pero diez meses pasan pronto y llegará el momento de decir adiós al poder. Quizá sea el tiempo de -aprovechando que no se tiene que gobernar y que las múltiples sinecuras se han desvanecido- repensar la oferta ideológica que el socialismo debe proponer. Y la ideología no es sólo empujar a las cotas más altas algunos derechos civiles, que la fiscalidad y su control son clave, tanto para las empresas y particulares como esos dichosos y blandos fueros impositivos del País Vasco o Navarra, la estructura y legislación laboral que crea tanta precariedad, el papel sindical, la concepción de la enseñanza, el diferente valor de los votos que ya apesta, el pésimo equilibrio entre las administraciones, el entramado autonómico, sus competencias y su aberrante capacidad legislativa. O la misma estructura de partido dividido en taifas nacionalistas que se permiten ese desafío permanente a las estrategias generales que ellos llaman centrales. Un partido que debería tender al universalismo se ahoga en el cantonismo decimonónico con reyezuelos de pecho hinchado. Incluso la formula del Estado, porque en algún momento un partido socialista debe plantear la restauración de la república. Ya toca ¿no?


El PP ha dado una paliza ideológica al PSOE sin programa. Les ha bastado un poco de ruido y escasísimas nueces. Derecha. Pura derecha. Nada de izquierda. Por el camino ha llegado Sandokan para arrebatar la alcaldía en Córdoba a IU, Sevilla, Barcelona, hasta Extremadura si Cayo Lara se hace el interesante. Hasta en Asturias les han ganado dos derechas. Ahora ya sabemos que habrá primarias para el primero de la clase. Es poco probable que alguien acepte un congreso y perder el poder con elecciones anticipadas, aunque ese adelanto fuera el mayor castigo que se le podría aplicar a Rajoy. Y no es explicar lo que va a hacer el problema como le reprochan muchos de sus contrincantes. Mentirá. O no. Dará igual. ¿Acaso ha importado la conducta manifiesta de Camps tejidos y novedades, de Aguirre, vestida para espiar, de alcaldes procaces, de concejales drogatas y puteros, de los Matas, los Michavilla, los Bárcena, los Fabra? El programa es irrelevante. Piensen en Merkel, en Cameron, ganaron con un programa y gobiernan con otro. El problema para Rajoy es luchar como está luchando Salgado, con las mismas armas porque no hay otras, con la misma Europa común y pacata, con la misma productividad, la misma deuda, las mismas amenazas. Quizá los mercados prefieran a uno de los suyos en el Gobierno de España, pero denles tiempo, es cuestión de carácter. Quizá en marzo de 2012 las cosas se pongan mejor, pero ahora veo blandísima la varita mágica de los populares. No creo que haya cosa que más tema Rajoy que unas elecciones anticipadas. Algo parecido le pasa al Barcelona. Juegan en Londres y allí saben de teatro. Mal escenario para pantomimas.

sábado, 21 de mayo de 2011

Nihil novum sub sole

Hoy es la jornada de reflexión. Al menos eso dicen. Si de verdad lo fuera, si pensáramos detenidamente lo que está pasando, las causas, los causantes, las consecuencias, no sería ese día tranquilo que pretenden, de concordia y arcadia feliz. Por eso, a lo mejor no es de reflexión sino de inflexión, ya saben, ese cambio en el curso de las cosas, combar, retorcer lo que estaba recto, cambiar la voz interior que nos acogota por otra que nos estimule. Pero probablemente tampoco sea eso. No somos tipos con suerte. Quizá más que de reflexión o de inflexión, sea una jornada de flexión, de aceptación mansa de lo que hay, flexión de tronco ante el poderoso, flexión de la cerviz ante las ignominias. Decía Martin Luther King que nadie se nos subirá encima si no doblamos la espalda. Nosotros al menos permanecemos vivos.


Y mañana seguro que será la fiesta de la democracia como gustan repetir nuestros políticos animando nuestro voto, seguro que será el simulacro de control que el sistema nos depara en ese contrato social virtualmente establecido para convivir en paz. El voto supone la condensación de nuestras inquietudes. Debería al menos serlo. La expresión del modo que queremos ser gobernados, qué proyectos queremos que emprendan con nuestro dinero, qué estilo de convivencia nos procuraremos para el futuro, qué sanidad o qué educación esperamos. Es verdad que estas elecciones no son unas generales, las que deberían albergar un mayor contenido ideológico, pero la estructura bipartidista de facto, la crisis de todos los órdenes sociales, no sólo económica, determina que el alcantarillado pase a un segundo plano y el voto se establezca por aspectos que en modo alguno entran en juego en unas elecciones municipales y autonómicas. Incluso en cierta medida se plantea casi como un castigo general, un plebiscito del sistema. Y en la práctica, el voto en estas elecciones será de castigo y revancha, ni siquiera hay espacio entre los contendientes para la ilusión que algún día, ya lejano, representó alguna opción. Para unos el voto pretenderá minimizar los nubarrones, apaciguar los temores; para otros, supondrá quitarse un peso o un “pesao” de encima. Pocos creerán que con su voto vendrá el redentor milagroso.


Tampoco creo que lo esperen de los concentrados en Sol, por más que el kilómetro 0 represente la metáfora de empezar una nueva vida, una tabula rasa con nuevas reglas para el mítico hombre nuevo que se quedó entre las hojas de esos libros ya olvidados, casi proscritos.

Esos abanderados de la abstención representan en parte el hastío de muchos de nosotros, pero promueven orgullosamente la opción que no puntúa, una opción legítima que da testimonio, pero no delega poder y que tras el recuento, deja de representar a nada más que las cifras.

Porque claro que mola decirle a tanto cretino me cago en tus muertos y te va a votar tu señora madre. Sí. Bien. Ya está. ¿Y ahora? Los votos efectivos llevarán a unos o a otros a los escaños, a las concejalías, representados por cien o por cien mil, será igual, es el peso de la relatividad el que asigna los equilibrios, pero no habrá el alcalde de la abstención o el diputado del voto blanco o nulo.


Es satisfactorio pensarse a sí mismo como no colaboracionista, como antisistema, y tener el desarraigo como bandera, al borde mismo de James Dean, bota en pared y pitillo colgando del belfo. Puede resultar atractivo imaginarse como adalid del cambio, como defensor de las esencias, como representante marginado de esa generación perdida que decía el FMI de Strauss Kahn, aunque quizá se refería a la eyaculación perdida, que esto del inglés hablado por un francés es muy traicionero. Es indudable que meter épica en las vidas, dotarlas de sentido, de propósito es un bien en sí mismo, pero no parece que sea un monopolio de esta juventud nuestra, visto lo visto con el Indignaos de Hessel del que hablamos hace ya algún tiempo o Reacciona, obra colectiva con Mayor Zaragoza o Sampedro entre otros, todos no ya maduritos sino octogenarios como poco.

Porque al fin y al cabo este movimiento de la Puerta del Sol no deja de ser la corporeización de las ideas insertas en esos libros, el tomar postura y defender algunos valores como la dignidad, justicia y libertad o la participación en la cosa pública. Y estos libros a su vez son herederos presentes de una enorme tradición de resistencia y lucha por los desheredados. Por ejemplo Spinoza, siglo XVII, que acepta la transferencia del derecho natural de cada hombre a sus gobernantes, pero advierte que no puede uno despojarse de él absolutamente, los súbditos retienen ciertos derechos que no pueden ser arrebatados sin gran peligro para el Estado. Pero la Junta Electoral no lee a Spinoza. Hasta ahí podíamos llegar. Pero no teman, no olviden que también nos están vendiendo el movimiento 15M. Pretenden que sea una marca. Puro branding. I love 15M. Como la contribución del Domund en la solapa o la limosna al salir de misa. Apaciguadores de conciencias. Nada nuevo bajo la Puerta del Sol.

sábado, 14 de mayo de 2011

Temblores

Ya saben lo del terremoto. Errandonea Arruti, abandona la cárcel tras 25 años en ella y muestra una pancarta de Bildu y el PP pide que se juegue de nuevo el partido. Un 7 en la escala de Richter. Y todos se hacen cruces por ello. ¿Qué esperaban, que se hiciera de las madres redentoristas? Salió de la cárcel y se fotografió delante de una pancarta de una organización recién bendecida por el Constitucional. ¿No era eso lo que se le pedía tras 25 años. Que participara en el juego democrático y dejara las bombas y las pistolas? ¿No es eso reinserción? Mira bonito como eres un hijoputa de tomo y lomo te vas a pasar cinco lustros en la cárcel para que aprendas a comportarte en sociedad, y ya verás como aprendes a pedir las cosas por favor. No me lo tomen al pie de la letra pero creo que algo así aparece en nuestro ordenamiento constitucional. En ningún sitio dice tienes que pensar como nosotros y llevar un amuleto del FMI.


Pero todos venga a hacernos cruces por lo que era obvio y más que previsible, contribuyendo a hacer de él un héroe. Si quería provocar, rómpanle la estrategia aplaudiendo el acto democrático. Yo hubiera preferido que hubiera enarbolado una pancarta con el gavioto del PP. ¿Hubiera sido suficiente motivo para ilegalizar al Partido Popular?


Pero llega su presidente de honor, el de la melenita de la señora Bates en la mecedora y dice con otro temblor de tierra que “las elecciones empezaron con una muy mala noticia, que ETA puede presentarse a las elecciones. Ante esa mala noticia, lo primero que quiero hacer es acordarme de todas las víctimas del terrorismo”. Qué bien hubiera quedado este protoneofascista si hubiera dicho lo mismo del ala derecha de su partido y se hubiera acordado de las víctimas del franquismo. Hay una diferencia, que el franquismo se ha presentado a las elecciones -que con tanta y larga insistencia negó- desde siempre. Y no hay que irse a Fuerza Nueva o a Falange Española y de las JONS, basta con mirar el ideario de Alianza Popular fundada por su otro presidente de honor. ¡Cuánto presidente para tan poco honor! La ultraderecha española se ha presentado a las elecciones desde el primer momento en que se pudo votar en este país después del paréntesis, también conocido como la oprobiosa dictadura. Lo que pasa es que fascio redentor, nacionalsocialismo, nazis, propagandistas de acción católica, hermandades de combatientes o falangistas verdaderos, de skay y de piel legítima se escriben con P, con dos pes exactamente y parece que no existen pero están, vaya que están. O si no miren las TPP o televisiones digitales terrestres del Partido Popular sección mecagoentó.



Y fue en televisión donde vi a Jaime Lissavetzky hacer el ridículo ante un Gallardón insultantemente inteligente y dispuesto. El socialista empezó trabucándose, inseguro con ese estilo campechano de esto está chupao barnizado de buen rollo a sabiendas que no hay nada que rascar, mientras Ángel Pérez se mostraba con la única dignidad que le permite su partido, aguantar el chaparrón con profesionalidad, sentido del humor y casticismo. Demasiado poco para un Gallardón subidito que no necesitó ni atarse los guantes.


Y uno echa de menos a alguien que pueda al menos arrinconar al alcalde aunque salga con la cara hecha un mapa, pero no hay caso. La importancia de llamarse Alberto basta y sobra.

Y si mal está el asunto en Madrid, leo con tristeza las propuestas de Alarte, el baranda de los sociatas valencianos. Nos adelanta en una entrevista en El País la quintaesencia de su propuesta: la transparencia, una Generalitat abierta y la integridad como valor de funcionamiento de las instituciones.


No sé si con esas tres cosas piensa ganar las elecciones, no sé si en estos tiempos de paro desbocado, de desesperación para tantos, de falta de liquidez financiera, de amenaza de los especuladores, de fracaso escolar galopante y tantas otras cosas, ese espíritu regeneracionista es lo que esa masa de votantes que le debería dar el poder -o como mal menor arrebatar la mayoría absoluta al trilero Camps- es lo que espera de él y de su histórico partido. No sé si saber que su concepción de la política es decir la verdad nos ayuda. Porque ¡qué coño!, todos sabemos que en este juego no dice la verdad ni dios, pero hacemos como que nos lo creemos y asumimos que eso va en el empleo, así que presumir de lo que candorosamente aceptamos es de una inanidad pasmosa. Dígame qué va a hacer con el excedente de pisos, qué va a pasar con esas cajas de ahorros podridas, dígame qué va a hacer con esas obras fantasmagóricas que están pagadas con dinero real, dígame cómo va a ayudar a los que pueden crear empleo, cuénteme cómo va a estrechar lazos con la administración local con la estatal, cómo va a simplificar el camino para ser más eficiente, cómo va a hacer las cosas con muchas menos pelas y mucha más inteligencia. Y descienda en la explicación, no juegue a Rajoy con cosas como hay que hacer lo que hay que hacer, ni se llene la boca de deseos generalistas como eso de adaptarnos a un mundo nuevo y a una economía diferente, que a Al Gore ya le tengo muy visto y usted no es ni la mitad de guapo.


Porque Alarte se parece físicamente a Alberto Sordi del que cuentan que prestó la voz a la película El ladrón de bicicletas de De Sica. Y quizá fuera bueno que Jorge Alarte la revisara. Hace poco les hablé de Novecento y la historia de El ladrón de bicicletas se sitúa justamente poco después del final de aquella, la posguerra italiana, cuando la falta de trabajo era casi absoluta. El protagonista consigue la heroicidad de obtener uno: pegar carteles y necesita una bicicleta obligatoriamente. La suya está empeñada, pero tras rescatarla se la roban. En ello estriba la película, recuperar el velocípedo preciado y hacerlo dentro de unas coordenadas morales discutibles pero no menos reales. Las colas del paro, los comedores de caridad, vendedores ilegales, mendigos, tullidos, descuideros, pillos sobre el escenario patético del fracaso institucional se muestran en esta maravillosa película que ahora parece más real que nunca.


El protagonista no se paraba en grandilocuencias sobre el pleno empleo, sobre la rectitud de los comportamientos ajenos o el heroísmo personal. Estaba acuciado por la realidad y antes que tirar balones fuera o legitimarse a sí mismo tenía que actuar. Un asunto bastante testicular y agónico.

Y es lo que pasa en Valencia y en Madrid. El PSOE está jugando a las asambleas estudiantiles de primero de carrera, vociferantes, revolucionarios y voluntariosos sabiendo que tras la arenga y el sofocón, la comida está esperando en casa ¡ay esas croquetitas de mamá! Pero en la vida real otra vez mayoría absoluta del PP. Otros cuatro años de lo mismo. Lo de Valencia es asombroso, inexplicable, aterrador. Castellón, Alicante y Valencia hieden y no pasa nada. En Madrid Esperanza nos mete el dedo en el ojo cada día para anunciarnos que nos quedamos sin oculista y no pasa nada, miente sobre las hipotecas y no pasa nada.

Tras el 22 no sé cómo Zapatero, el sustituto y la sustituta del sustituto nos van a explicar el hostiazo. Quizá recurran al paradigma de Lorca: todo el mundo sabía lo del terremoto, así que la culpa debe ser de los muertos.

sábado, 7 de mayo de 2011

Sinapsis

No quiero entrar en psicometrías, ni en definiciones objetivas, funcionales, operativas de eso que llamamos inteligencia. Me quiero referir a eso que usted y yo llamamos ser listo, eso que ves en el otro cuando se expresa o cuando simplemente calla, oyéndote y adviertes como bulle esa cabeza y supones miles de descargas, millones entre células cuchicheándose cosas, argumentos, contraargumentos, pros y contras, futuros cercanos y remotos, alternativas y atajos. De modo que si en lugar de sesos asquerosos y blandos, silentes membranas mucilaginosas, fueran una auténtica máquina de engranajes metálicos, oirías chirriar los ejes, las bielas y los pistones mientras se producían ideas.

Pero ese ruido es desgraciadamente inhabitual. Desde las siete de la mañana que uno sale a la calle hasta la vuelta 12 o 13 horas después uno no suele tener la suerte de que le soliviante ese otro chiquichún del tren cerebral. Quizá ustedes trabajen en la NASA o en la Sociedad General de Autores, lugares en los que el latido encefálico se supone y que ejemplifican la dicotomía tópica en estas cuestiones, en una están los inteligentes y en la otra los listos. Pero supongo que ustedes se levantan con careto de registrador de la propiedad, boca pastosa por supuesto y ganas de no hacer nada. Es lo normal. Así estarán ahora amigos míos, pero cuando salgan no encontrarán esas pequeñas chispas que produce la actividad de los otros para que sus cerebros estallen por simpatía y se produzca el calentamiento necesario. Irán al bar o por el pan, a la frutería o al ¡Sacre bleu! estanco por avituallamientos para el fin de semana y allí no encontrarán esa bujía que les haga arrancar sus dormidos hemisferios. Uno puede plantearse cada mañana, eso de me tomo el cafecito y a la Academia de Ciencias Morales y Políticas a ver si abro el ojo, pero quizá bastaría con que nuestros conciudadanos, siempre tan indehiscentes, mostraran un poco de solidaridad madrugadora y compartieran con el resto algo más que ¡qué frío hace!, ¿lloverá? o este Mourinho es para matarle. Porque no pido que tu compañero de asiento en el autobús o el que te ofrece forzado sus genitales en el metro en días multitudinarios se enrolle e inquiera ansioso si Zapatero ha empezado a leer a Cioran o si un redivivo Plutarco biografiaría a Messi y Cristiano. Bastaría con que esas cosas comunes se trataran con la solemnidad y contundencia que tienen las ideas simples, con el vendaval que trae la ironía y la chanza, con el vuelco que procura mirar lo normal desde otros lugares. Quizá necesitemos desacostumbrarnos y con ello advirtamos la enorme cantidad de mundos posibles que se abren ante nosotros. Cuando las atalayas empiezan a ser zulos, cuando los puestos de mando se convierten en madrigueras, cuando como la canción, el lobo sea maltratado por todos los corderos quizá entonces nos desperecemos y pongamos a funcionar esa pista de entrenamiento para másteres en peluquería y seamos capaces de hacer otra cosa con ellos.

Quizá recuerden la película Novecento y si aguantaron las casi cinco horas de proyección visualicen la imagen de una enorme bandera roja construida con muchas pequeñas que se tuvieron que enterrar esperando tiempos mejores. El fin de la guerra mundial y la victoria sobre el fascismo resultó propicia para ello y durante la pantomima de juicio al patrón, Olmo, representado por Gérard Depardieu, pronuncia:
Los fascistas no son como los hongos que crecen así en la noche. Han sido los patronos los que han plantado los fascistas. Les han querido, les han pagado. Y con los fascistas los patronos han ganado cada vez más hasta no saber dónde meter el dinero. Y así inventaron la guerra y nos mandaron a África, a Rusia, a Grecia, a Albania, a España… pero siempre pagamos nosotros los campesinos, los obreros, el proletariado, los pobres.


Seguramente los años le han pasado por encima a esta película y nos sintamos avergonzados de lo que algún día significó, quizá lo que ha envejecido mal es nuestro estupor y nuestro arrojo, complaciente uno y atemorizado el otro, y mostremos cierta nostalgia culpable ante lo que nos está pasando y nuestra pasividad ante lo que nos va a llegar.

Es el triunfo de los listos y la renuncia de los inteligentes. Cuando CNN+ pierde su lugar y es ocupado por el Gran Hermano ¿de quién es el triunfo?, cuando se prohíbe una minúscula procesión atea y a la semana siguiente se llenan los periódicos, las revistas y las televisiones de bodorrios monárquicos en directo y se construyen beatos de cartón piedra que fingieron milagros ¿de quién es el triunfo?, cuando nos dijimos una y otra vez que la violencia no era el camino, que la vía democrática era la única posible, que en las ideas no está el crimen y prohibimos preventivamente la participación de quienes dicen que de acuerdo, que han entendido nuestras súplicas, que aceptan el envite, que quieren jugar sin órdagos y retorcemos la ley y nos basamos en la desconfianza, en prejuicios, en suposiciones para negarles su expresión ¿de quién es el triunfo?, cuando Estados Unidos ejecuta a su Némesis y dice que lo tira al mar sin contemplaciones ni de derecho ni de cadáver ¿de quién es el triunfo?

No basta con compartir la creencia de que los Bildu son herederos de ETA para convertir el Estado de derecho en un Estado de las víctimas, no basta compartir el odio a quien tanto terror ha causado en todo el globo para aceptar y dar por bueno que un país decida cuando y cómo muere un sujeto y qué se hace con su cuerpo sin mediar simulacro siquiera de juicio.

En la película Novecento Olmo salva al patrón, Robert de Niro, del linchamiento indicando que el patrón explotador está muerto, que sólo queda Alfredo Berlinghieri, el hombre, su amigo, y la convicción de que han ganado.

Cuando todos se han ido, cuando los comités de liberación han requisado las armas. Alfredo le mira y le dice el patrón está vivo.

Y eso es lo que no hemos entendido y los inteligentes no lo han sabido explicar. Murió Franco, Suarez desmontó el Movimiento. Llegó la democracia, la amnistía, la reconciliación, la Constitución bendijo el apaño y todos creímos que por fin nos habíamos ganado el derecho a vivir en paz. Pero unos pocos activos tóxicos, unas Pandoras transatlánticas han abierto todas las cajas de nuestras miserias. Las pensiones, la sanidad, el empleo, la educación, el sistema completo de bienestar se ha puesto en entredicho. En tres o cuatro años se ha desmoronado la conquista de todo un siglo. Los listos lo acaban de proclamar. Ya existe excusa. Porque el patrón está vivo.