domingo, 5 de abril de 2009

Una vida para un ideal

No suelo enlazar las entradas, pero Anuska me pide más sobre mi exiliada de Francia y la respuesta inicial empezó en el recuadro de comentarios pero tiene que pasar al cuerpo central, aprovechando que empieza la semana de pasión y creo que esta nuestra está mucho más cerca y es, sin duda, infinitamente más real.

La francesa era una tía del pelma como dije, con tres hijas, Marina, Anaïs y Dolores de dos padres. Una quedó en Francia para siempre y las otras regresaron con la madre a sus 30 y 20 más o menos. Fue de esos españoles que acompañaron los tanques que liberaron París y regresaron por la puerta de atrás con la salud quebrada. Escribió un libro, publicado en 1981, sin mayor importancia que sus recuerdos para su familia, su hermano fusilado el 23 de diciembre de 1936, su hermana medio analfabeta malviviendo en su Asturias natal y su otro hermano, el pequeño, padre de mi plomo. Cuenta la salida de España, las mil mudanzas en Francia, Argelia, la lucha clandestina y la resistencia contra el fascismo. Historias de muchísima gente que es sin duda alguna subjetiva, porque el compromiso solo puede ser de verdad si se pone todo, hasta la propia carne, en el asador.

Lo tituló Una vida para un ideal. Recuerdos de una militante comunista. Lo prologó Santiago Carrillo, que dice al final …/… [tuvo] una vida digna de vivirse, ha tenido un sentido y en la medida en que puede serlo la de una persona, ha sido un éxito. Porque el éxito de una vida no se mide exclusivamente por la gloria alcanzada. Bello sin duda pero la dedicatoria que su prima hace de ese libro, tras la muerte de su madre, es sin duda superior:

Para Luis,
André Gide decía: “El presente estaría lleno de todos los futuros si el pasado no proyectara ya en él una historia…” Pero a veces es necesario que no olvidemos ese pasado, con su historia, ni los hombres y mujeres que lo vivieron como su presente. Con todo el cariño de tu prima, Anaïs.

En el libro cuenta como la familia no recibió el cuerpo de su hermano porque él se negó a confesar y fue amontonado con otros en la parte civil del cementerio. Allí sigue. Cuenta el nacimiento de su primera hija y el estallido de la Segunda Guerra Mundial y su internamiento en el campo de castigo de Bruyeres. Cuenta las fugas y la lucha clandestina con diferentes nombres y cédulas apoyando a los comunistas franceses tras la capitulación francesa y el Gobierno de Vichy, los interrogatorios desnuda, las deportaciones.

Al principio de los setenta, al poco tiempo de su regreso, le tocó una de catorce. Ocho millones que eran muchos. Le regaló una moto a mi señorito adolescente, que vivía acomodado yendo a un colegio privado, se compró un piso y otro para su hermana que dejó la venta ambulante y puso una mercería en Oviedo. Le dio un millón al partido con artículo determinado en los años en los que sólo había un intérprete y los demás se sentaban en platea. Murió hace ya muchos años, como el padre de Luis y la hermana mayor. Una esclerosis se la llevó. Sé que dejó un gran impacto en mi chico cuando éste le pregunto por las extrañas contras textiles de un libro sobre el holocausto, que eran unas rayas anchas verticales oscuras sobre un gris más claro ¿No lo sabes? Es la tela de los uniformes de los presos en los campos de concentración.
Se llamaba Nieves.

6 comentarios:

anuska dijo...

Leandro: siento acudir tan tarde pero he buscado el libro y no lo he localizado, como siempre tus entradas son tan densas que me llevaria horas y horas hablando sobre el tema.
Gracias por compartir parte de tu historia con nosotros, se vé que te duele y por ello no voy a opinar sobre ello porque ciertas partes de nuestros corazones cobijan restos del pasado que cada uno vive de una manera.
Ya sabes que el tema me apasiona, pero sigo sin entender, vamos a ver pasó y pasó, luego el que cada uno lo reviva de una manera o de otra es complentamente subjetivo y acuérdate, !seguro que todos tenemos una historia que contar! aún no me siento preparada para compartir la mía por lo que te felicito por contar parte de la tuya.
En la búsqueda del libro de tu tía, librerías de viejo, bibliotecas, etc... me he traido al azar casi sin pensarlo dos libros "los brigadistas de habla inglesa" y "la división azul", el primero lo he terminado en una tarde, porque confieso que me he saltado la mitad, que practicamente era documentación, y me ha gustado recordar las historias de Orwell, Hemingway etc.
y el otro no lo he comenzado.
Espero que tu semana de pasión actual al menos sea relajante, la mía triste, la muerte siempre en el camino, y como siempre muerte de los que más admiramos. Mi amigo reposa ya pero que quede en el aire una de sus frases lapidarias. "ESTOY UN POQUITO MEJOR QUE MUERTO".
BESOS...Anuska

Leandro María dijo...

Te contesta Luis, que Leandro está tomando el aperitivo. No creo Anuska, que puedas encontrar el libro, que tiene una entidad menor salvo para los cercanos.
Con esa idea creo que hay que entender la Guerra Civil española como un acontecimientos histórico en su dimensión macro y luego están las historias personales embutidas en la contienda pero independientes. La consideración que tiene la Revolución Francesa como inauguración de la modernidad nada tiene que ver con la experiencia de los sangrientos episodios para millares de familias.
Una cosa y otra tienen tanto que ver como el suplicio de un tipo subiendo al Calvario por su mensaje transgresor y la prohibición de los preservativos por sus teóricos seguidores con chinelas de Prada.

Quiero compartir tu pesar por la muerte de tu amigo.

Un beso,

Luis

anuska dijo...

Gracias.
!jolín tío, vaya tela! ...tú de nuevo erre que erre con los católicos. Hace tiempo que me reconozco agnóstica por lo que las decisiones de ese grupo, creo que sólo debían de ceñirse a sus componentes, llámese preservatico o lo que sea.
Si piensas que no encontraré el libro ...estás equivocado, !claro! aún no me conoces. Ya te contaré...

Leandro María dijo...

Exáctamente INRRI que INRRI, está en sazón esta semana.

Te mandaría uno si tuviera un segundo ejemplar, pero no es el caso. Solo me consta Ediciones de la Torre, Madrid 1981 Espronceda, 20 Madrid 28003 ISBN 84-85866-09-6

Suerte

anuska dijo...

Se me olvidó decirte: leyendo la cita de André Gide de tu prima recordé que Corpus Barga en el Congreso de Intelectuales Antifascistas de Valencia en 1937 pidió una censura a André Gide por sus críticas a la Unión Soviética ¿lo sabías?

Leandro María dijo...

No tenía ni idea.Gide fue comunista y por lo visto el viaje a la URSS no le dejó especialmente contento, y por aquel entonces la URSS era la gran esperanza blanca. A mi padre Barga le encantaba. El PCE tardó 30 años en romper con la URSS inaugurando la otra teología de la liberación.