jueves, 9 de abril de 2009

El amor como recurso

Acabo de ver En la ciudad sin límites. Seguramente la conozcan. Yo debería, según me dice the pelma’s wife, pero esta manía de reconcentrarme en lo angustioso resta espacio a lo placentero. El caso es que mi señorito lo graba todo, lo olvida, y lo ve a contracorriente en sus múltiples aparatos repartidos por toda la casa. No me deja hacer palomitas, dice que hago ruido y que está harto de mis hábitos extranjerizantes. Paso.

Me siento a verla y es verdad que tengo un vago recuerdo, pero ignoro completamente la trama. El hijo menor –Sbaraglia- de un desahuciado llega a París donde esta hospitalizado su padre –Fernán Gómez- rodeado de sus hijos y nueras y su madre –Geraldine Chaplin- dispuestos a vender y reorganizar la empresa del moribundo. El padre empieza a confundir la vida real con la fantasía y sus recuerdos en el penúltimo peldaño de la demencia. El benjamín, culpable por tanta ausencia desde que huyó a Argentina, simpatiza con el delirio y lo anima y promueve como última ofrenda a la pasión, ya que no a la razón, y en el camino empiezan a desaparecer convenciones y aparecer huecos de conocimiento en la vida del padre cubiertos con suposiciones aceptables.

Sbaraglia, en una interesantísima y vivida actuación, trata de rellenar las frustraciones de cuarenta años del padre, enquistadas ahora en su paranoia; aprende a conocer a su madre y defender el derecho a ser uno mismo, todo a través de un personaje que vertebra la obra pero que sólo surge al final. No les puedo contar más. Música a lo Nyman sin tanta obstinación, espléndidos diálogos, actuaciones brillantes y comedidas con una Geraldine estricta y resentida, de mirada cauterizante y una Ana Fernández que pasa de la esperanza del adulterio y la ilusión del abandono, al pasmo y al desprecio de la realidad ponzoñosa en tres contracciones musculares y un fulgor en los ojos. Imprescindibles.

En la película se habla de amor. En casi todas las variantes que los libros taxonomizan, pero da cuenta también del amor prohibido, nada ilegal, no crean, es el amor renunciado, escondido, oculto tras la guata del amor convencional, legitimado y abierto. Un amor de contrabando que vive mejor en el deseo aspirado que en la cumplimentación formal.

Y todo ello me lleva a pensar en que el triunfo te lleva por caminos de descubrimiento y el fracaso lo hace por caminos de perpetuación. Con la gloria se buscan senderos que la protejan, que expliquen el porqué dejamos atrás tal y cual cosa, que muestren que la elección era necesaria y expresen las nuevas necesidades tributando nuevos y exegéticos análisis. Es el culto a la invención. Por el contrario el fracaso tiende a la reafirmación para explicarlo, el fiasco se unge de fundamentalismos que den sentido al desengaño disfrazándolo de esencias irrenunciables. Con la decepción tenemos que explicarnos que hemos llegado a la mediocridad por la defensa de unos principios inajenables y afirmarnos que al éxito sólo se llega a través de la renuncia a lo que, sin duda, no estamos dispuestos.

Al menos esta es la explicación de por qué a media película me fui a la cocina a hacerme palomitas y ahora mi señorito no me habla. Looser!

6 comentarios:

anuska dijo...

Ya ves de oca en oca y por tus palomitas me he servido un Peppermint on the rock, pero sin frappé porque no quería perder tiempo.
Para no variar me enredo contigo en cada trozo, pero me envolviste con el amor de contrabando, el que vive mejor en el deseo aspirado...me ha sonado a gran amor, a ése que perdimos, pero que siempre vuelve. ¿tal vez con mucho componente de Platón?... no sé, no sé ando ajena a ese mercado. Mis actuales amores radican en chorraditas, que si mi perro (¿te he dicho que la perrita ha tenido cinco cachorros?,,,mañana voy a verla), que si mis libros, charlar con todo el que pillo, y sobre todo mi gran amor la vida, porque no suelo olvidar la enorme suerte que tengo de estar viva.
Volviendo a la película no sé cuando la veré, me imagino que cuando la pasen por televisión, que por cierto me has hecho recordar a una de las deportistas-actrices que se metían aen la piel en los "Curros"(las mascotas de la Expo 92) y que si la memoria no me falla una de ellas era hermana de Ana Fernandez, y a la que mejor conocía porque solía venir a mi punto de información a vestirse, en los tiempos que trabajé allí.
Te cuento otro cotilleo ¿sabes que una vez me dió por actuar? creo que fué haciendo el PREU(!qué antigua!)... mi profesor de linguística Carlos Alvarez(precisamente más tarde actor y compañero de Ana en "Solas", se le ocurrió poner en escena "la casa de Bernarda Alba", lo típico en aquella época y allí que nos sacó a todas sus alumnas una por una.
Desastre total, y ahí acabó mi vida como actriz, que no la de los escenarios, ya que en el año que pasé en Ginebra, volví a topar con la "casa de Bernarda dichosa...pero esta vez a bailar. La única amiga que tenía oriunda ginebrina Elinor Radeff hacía la obra y se le ocurrió que podía incorporar unos bailes al principio, así que héme recordando lo poquito que aprendí con lso coros y danzas de la Sección Femenina. !seguro que te has llevado las manos a la cabeza por lo de la Sección! ¿no?... pues algunas concejalias de las mujeres en algunos pueblos son exactas mal que nos pese.
El verde ya está aguado, pero la próxima copa me sirvo un vodka caramelizado que es lo que está de moda.
Te dejo que me pongo a ver El Silencio, que es una de las hermandades a las que pertenecía mi padre y donde está enterrado justo abajo de donde sale el paso del Nazareno.
Un ruego no nos abandones...

Leandro María dijo...

Fíjate como la vida nos encadena que cuando mi señorito conoció a su tía Nieves fue en Toulouse, una enorme comunidad de exiliados. Él tenía cinco años y recuerda dos cosas: el río Garona, que en comparación con el Manzanares le parecía amazónico y la gente tomando en las terrazas una cosa verde. Ahora tú te tomas un Peppermint que siempre fue bebida sicalíptica. Yo tampoco te he hablado de nuestro perro. Se llama Calaf y alguna vez contaré alguna cosa de él.
En absoluto me llevo las manos a la cabeza no sea que me confundan con un atlante y bastante tengo yo con lo mío, pero me sorprende y me gusta que actúes y bailes a la primera de cambio. Mis cualidades para la danza son similares a las que tengo para volar a pesar de haber ganado un premio de baile en Budapest hace cientos de años. Me imagino que mis contrincantes debieron ser los ascendientes de los paralímpicos de Obama. Y también actué varias veces en Retablo TV en una televisión en blanco y negro -con un share envidiable- hace más años aún. Quizá no fui yo y el mérito sea del pelma o fue mi virtud y él pagó el soborno.
Y debió ser la menta o los vapores de la vodka que esperaba su turno, porque equivocaste la frase tras Platón. Creo que debiera ser “No, sé que no ando ajena a ese mercado” porque en esa plaza está la vida de la que te alegras con sus puestos de esperanza y alejarte de la única mercancía que merece la pena es empezar a morir, es dejar de leer, y de libar, y de molestar a otros con las palomitas para reconciliarse y regresar. Por tener un lugar en ese mercado es por lo único que merece la pena la vida, lo demás son secuelas o sucedáneos.
Y para no dejar las friegas de alcohol, palomita en Madrid es anís con agua helada, más tóxica pero mucho más silenciosa.

anuska dijo...

!anda! pensé que lo de las palomitas iba sobre el maiz, y no sobre el aguardiente, porque aquí todo es a lo bestia.
¿tu perro se llama Calaf, por calafate?...no me hables casi de perro que traigo una pena grande, llegué al campo de prisioneros que fué lo que me parecío el trozo de arena donde tenían a mi perra en una confortable casetilla pero atada con una cadena de 2 metros(porque el vecino se queja que los perros como son cazadores matan sus gallinas) y rodeada por 3 cachorros. Casi me muero, atada !dios de mi alma!...gruñidos de la perra hasta que me reconoció, se me partió el alma. Esos ojitos de pena, !Ay! del !ay! que al alma llega. Fotos de los perrillos y en cuanto los pueda destetar y buscar dueños la perra se viene conmigo, ¿si la vieras?...parecía decirme que su sino era ser abandonada. Los perros son mezcla de ni se sabe Fox Terrier y de ni se sabe Jack Hunter( la razita del padre no me acuerdo muy bien)... tienen tres días son blancos, uno con mancha en un ojo, otro con una cruz blanca y negra en la frente y otro mas manchao. Si sabes de alguien que los quiera me das la dirección y se los mando por MRW cuando esten destetados.
Lo del mercado, imagino que le pasará a mucha gente y no soy de las que piensan que todo en esta vida sea amor. Verás a ver si me sé explicar. indudablemente no estoy en el mercado porque una lo nota, aunque se diga que hay para todos los gustos, y no me siento mal por ello, pero hace tiempo que ni cosquillas en el estómago ni nuditos tengo. y tampoco estoy de acuerdo contigo, si , merece la pena vivir por otras cosas.
Recuérdale a Ernesto lo de la comucnicación.

Saludos...

Leandro María dijo...

No Anuska, las palomitas eran de maiz. Lo otro era un añadido local.Calaf es por Calaf, el principe ignoto de Turandot. Es un chow y su nombre está relacionado con el amor que hoy te subleva. La raza del padre debe ser Jack Russell terrier, la de Pancho el de la Primitiva. Me imagino que depende de lo que entiendas por amor. Ahora no toca, pero ¿qué hay más?

anuska dijo...

¿lo que entiendo por amor?...pues te lo cuento: ése que te pone el corazón a cien, que te deja sin vivir, que te ciega, que te abrasa, el amor de enamoramiento total. Otro ése que poquito a poquito a poquito te vá envolviendo y de repente un día te das cuenta que no puedes vivir sin esa persona y tantos otros... ¿qué hay más?...emocionarte con casi todo en la vida, sólo hay que tener un poquito de sensibilidad y por lo que escribes tú la tienes, aunque a veces parezca que te revuelves contra TODO Y TODOS.
Tal vez mis palabras hayan motivado que parezca frustrada, creo que nó, simplemente al final se resuelve en que soy conformista y acepto el día a día tal como viene. Tal vez sea una afrenta con los que penan, pero suelo sentirme feliz ¿qué quieres que te diga?...
Efectivamente el padre es Jack Russel, siento el despiste, bueno el ni se sabe que quiere decir algo chucho.
¿crees que los perros son reflejos de los amos?

Leandro María dijo...

Hablas del amor romántico en el inicio, el amor que desestabiliza, el agónico. Pero creo que hay otros. Los prohibidos, los fugaces, los reposados, los de para siempre, los conflictivos y eso es solo para los de pareja, fíjate si metes el amor del desvalimiento, el filial, los amigos, la pasión lectora, la furia creativa. Por lo que dices ves en mi más odio porque me revuelvo contra todo y todos. Sin entrar en merecimientos, piénsalo como otra forma de amor.

Y en relación a los perros, la comunicación es de ida y vuelta. Sólo los tontos son incapaces de aceptar influencias. Y Calaf y yo somos muy listos.