martes, 5 de enero de 2010

Menuda noche

Hay un programa en Cuatro, intrascendente, en el que un pariente se compincha con la producción del espacio televisivo, para que le hagan una rehabilitación en la decoración de la casa a un afortunado que, en pocas horas y por la patilla, se encuentra una redecoración de su infierno personal. Se llama Reforma sorpresa y lo conduce Nuria Roca.


Dejas tu casa con sus rincones imposibles, millares de peluches y figuritas predadoras infestando la casa, vasos de promoción de cervezas a modo de condecoraciones en las vitrinas y cuadros que merecerían estar colgados al revés y te encuentras a tu regreso, que una loca con la promesa rompedora de la estandarización del gusto, te mete un nuevo sofá, te cambia pintura y te empapela sin que medie juzgado de guardia alguno, en unas pocas horas.

Lagrimas, gracias a tutiplén, suspiros y ojos de par en par ponen punto final al programa en el que siempre aparecen las prisas de última hora. Las prisas siempre coronan nuestras mejores noches. A veces por entrar, a veces por salir, las menos por quedarse.

Esta noche, queramos o no, se meterán en nuestras casas tres tipos barbados. Ninguno de ellos es George Clooney con entrecanas, así que desistan de la depilación de última hora mis queridas amigas y mis amigos alternativos. En tiempos de credulidad yo dejaba dos cubos de zinc a la intemperie de mi terraza, con garbanzos y agua respectivamente, con el fin de que los camellos se abrevaran y saciaran su hambre. Nunca entendí ese afán leguminoso de tan ilustres cheposos, pero así lo disponía cada año con ayuda de mi madre. Tuve una novia que cambiaba mi simulacro mesetario por una versión finolis, consistente en derramar una copa de champán y pelar unas cuantas mandarinas sobre el mantel, con el efecto de inducir actividad humana en esa noche monárquica.

Hoy vendrán, animales y jinetes, se beberán el agua, tirarán las copas, engullirán los garbanzos y se perfumarán las manos de mandarina antes de abrochar de dulce sus labios y sus belfos.

Como contrapartida a nuestra indulgencia y nuestra fe, nos deben dejar algo. Sé que me caerá la enorme Gramática recientemente publicada, yo ya me puse un cachivache electrónico y ofrecí ropa y bolso en perfecta determinación de géneros, pero fue en el reparto del gordinflón de rojo.

Viendo como hemos cerrado el año, con casi cuatro millones de parados, la carta pocas cosas más puede pedir que trabajo honesto y justo para nuestros camaradas de patria y de planeta. Si acaso ser más ambicioso y abusón. Si se ponen lo de magos, que se lo curren.

Lo suyo sería levantarse mañana con una buena revolución, la auténtica macrofiesta de nuestras vidas, abrir los ojos y oler que algo ha cambiado, saber que al bajarnos de la cama pisaremos otro suelo y descubrir a cada paso, con cada golpe de vista que estamos asistiendo a una auténtica y gigantesca transformación, en la que reconocemos el escenario pero han cambiado los actores, en la que nos suena la trama pero no tiene el mismo final dramático.

Aún no hemos abierto los paquetes, no sabemos qué contienen, pero no tenemos prisa, descubrimos que podemos ayudar a los demás a abrir los suyos, que de repente se hacen nuestros porque no tienen tarjetas de asignación ni títulos de propiedad. Solidaridad, justicia, trabajo, pan, futuro, progreso y muchas otras palabras que se resumen en un trueque por garbanzos y mandarinas.

Y nos miramos sin profanar las cajas, con la duda de si estamos despiertos o seguimos en el programa de la noche anterior, la versión cósmica, casi republicana, de una añorada reforma sorpresa.

4 comentarios:

Tesa dijo...

No perdamos la esperanza, para eso es noche de ilusiones.
Voy a poner los zapatos bajo la ventana, por si acaso.

Leandro María dijo...

Que te traigan muchas cosas y todas buenas.

Un beso

Anónimo dijo...

Y me pregunto yo, ¿qué les traeran a los de la trama Gurtel, al brillante empresario de la CEOE, a doña espe Loprivatizotó, y a tantos y tantos "próceres"-

Y claro, el rey de la tele y sus cuentas intocables, tendrá trato preferente por ser cólega.

Y los Rouco Varela, kikos, legionarios de cristo y otros exaltados, como son de la misma banda, también estarán enchufados en el reparto.

No, si lo mejor es lo del programa Eeforma sorpresa, aunque a algunos habría que tirarles la casa y no reformarla.

Como veras, amigo Luis, ya estoy de nuevo en línea, echba de menos visitar tu espacio. Un abrazo enorme.

Leandro María dijo...

Lo mejor es que te hayas incorporado. Yo creo que este lunes volveré al trabajo.

Un fuerte abrazo,