sábado, 9 de enero de 2010

Mrs.

Dicen que la naturaleza imita al arte y que la predestinación existe. Al pope del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte se le ha complicado la vida por no saberlo.

Resulta que a su mujer Iris, aprovechando las crecidas de los ríos en toda Europa, le sobrevino la crecida hormonal y teniendo en cuenta el frío que está haciendo consideró saludable meterse en la cama con otro tipo. En Irlanda eso está visto regular, por regular de malo, no de regular coffee, aunque éste tampoco es bueno.

Si añadimos que ella es diputada, pues peor, ya que me imagino que habrán devorado el ensayo de Ejemplaridad Pública que les recomendé ayer. Pero las cosas no acaban ahí, ya que Iris, sirviéndose de tan polifacético nombre, pidió dos préstamos de 27.000 euros para que su amante montara un café en Belfast. Los donantes fueron dos constructores. ¿Who else? En esa ciudad no se debe decir que algo es la bomba, por eso no lo diré, pero ella también era concejal en aquel tiempo y logró la licencia de apertura. Como ven nos hermanamos en la corrupción con facilidad. Desayuno británico. Guateque irlandés. Lo típico.

Pero aún nos queda otra vuelta de tuerca. Iris tiene sesenta años y el chico del cafetín diecinueve. Ya sé que me protestarán las revoltosas sin fronteras, pero qué quieren si yo sólo comprendo y aspiro a lo contrario. ¿Alguien da más? Bueno queda por decir que el mozalbete encamado era hijo de uno de los mejores amigos del matrimonio, fallecido pocos meses antes. Y resta señalar que Iris se quedó con el 10% del préstamo, que no todo va a ser sexo duro y desenfrenado.

Lo que pasa es que el ignorante líder del Partido Unionista Democrático es además el ministro principal de Irlanda del Norte y se llama Peter Robinson. Ahí está la predestinación.

¿Espesitos?

Vamos a ver: Peter Robinson. Esposa. Madura. Jovencito.

¿Ya?

Miren sólo me falta hacerles el Coo, coo, ca-choo. Y a eso no estoy dispuesto.

2 comentarios:

Tesa dijo...

Sólo te falta, como pista, la banda sonora de Simon y Garfunkel.

La historia da para un buen remake de la peli.
:)

Leandro María dijo...

¿Simon? ¿Garfunkel? ¿Son como los ascensores Boetticher y Navarro?

Besos,