jueves, 26 de noviembre de 2009

Seguimos haciendo el Índico

Zapatero decía ayer que no es tan fácil engañar al CNI. Como ven una versión sofisticada de que la policía no es tonta. Algo que se podría haber ahorrado. Porque si nuestros espías son idiotas mejor no saberlo y desde luego no pregonarlo, y si no lo son, huelga la comprobación, y eso en general vale para todos tus colaboradores por muchas dudas introspectivas que se tengan.

Yo entiendo que un asunto de pescadores todavía colee. Es lo suyo. Pero en este país no somos capaces de terminar los asuntos y nos seguimos acostando con los ex. Y en parte nos pasa por no hablar claro. Y hablar claro también es decir, señores ciudadanos, de esto no se habla, fíense ustedes. Como todos somos de abrirnos el pecho con cara de sufragista desgarrada, eso nos parece fatal, pero si te van a contar una milonga, mejor que lo llamen operación secreta que parece que te tienen más respeto y te dan más importancia. Ya lo saben ¡Usted es un imbécil! me dijo. Porque eso sí, siempre me llama de usted.

Pero algunas cosas sí se cuentan y hay que ser cabales en la explicación o en la paradoja. Quizá hay que decir que si estamos en ese mar, es porque no hay que pagar licencias por esquilmarlo. Hay que subrayar que a los negros del barco se les pagaba una cantidad distinta a los blanquitos compatriotas, ya se imaginan que mucho menor. Que ahora se preocupan por el Ariadna pero no lo hicieron tanto con los colegas de cubierta. Bueno, es que ellos no tienen que mantener un chalé. Se les ve en la cara. Sobre todo en la piel.


Hay que contar también, en qué consisten esas diferencias personales para ir a recibir a los atuneros o quedarse en la península. Ya lo saben, unas familias fueron y otras no. Y no son cólicos de última hora, miedo a volar o niños poco autónomos. La diferencia es ser gallego o vasco. Y como el territorio poco tiene que ver y el mar es el mismo de todos los veranos, la diferencia es política. Y como los engrasadores de atuneros no acostumbran a ser ideólogos, posiblemente esté detrás alguien diciendo las familias vascas no viajan. Esas familias adoctrinadas no dieron las gracias. Llamaron asqueroso al gobierno. Dijeron que …a pesar de ser militares, nos trataron bien. Como ven una educación exquisita.

Quizá haya que proponer el salvamento parcial, -A ver tú, eres negro, venga todo sea por las ONGs. -Nosotros somos gallegos. -Venga vosotros también. -¿Y no se llevan a estos? –Qué va, esos son gudaris. No nos necesitan.

El pelma del que soy conciencia me dice que ya está bien de desbarrar. Pero qué quieren, con la pata chula, no me lleva ni a un bar en el que poder desahogarse, ni ver a un amigo facha con el que estar de acuerdo por una vez. Pues tendré que escribirlo.

Me dice que pida perdón por lo que acabo de escribir igual que Ángel Juanes, presidente de la Audiencia Nacional, ha hecho; dice que se arrepiente de haber emitido la nota culpando al Gobierno. Tanto sello y tantas puñetas para ser tan friable.

Y yo le digo que pediré disculpas cuando lo haga SSS –tantas eses y ninguna es de súper- por decir ayer que había que haber recurrido a la fuerza y no haber pagado el rescate. Es la tesis Me cago en vuestra puta madre que apunté en ¡Al abordaje!, pero hubiera convenido hacerla antes. Sin duda hubiera estado en su derecho. Con los secuestrados en el barco, sus cónyuges, hijos y demás parentela en los platós, y la opinión pública revuelta, vas y le dices al mundo que España cazi na, no paga ni un euro y, además, que te gusta el olor de napalm por las mañanas y que se van a enterar en Somalia. Seguro que es una postura que tiene su público. Pero decirlo ahora es de ser una mierda Sorayita y ni siquiera te lo digo desde el cariño. Ahora no vale. Que lo haga otro, mal está, pero un partido que va a gobernar España antes o después, no puede actuar así. En esta jungla, para ser el rey, se puede actuar como predador sanguinario, pero no se puede ser alimaña oportunista; mandar es arriesgarse, gobernar es decidir, aparecer cuando otros ya lo han hecho, mejor o peor, cuando el búfalo ya no se mueve y te puede clavar los cuernos, aparecer tú vestida de fiesta, con los restos de sesión fotográfica, para alimentarte de los despojos inertes y dar lecciones de savoir faire es impresentable.

Pero tampoco me ha gustado que el presidente del Congreso diga en su tribuna de hoy sobre el aborto, que como político que quiere inspirar su vida en el Evangelio de Jesús, aspiro a que también la nueva ley incluya una dimensión de comprensión y de misericordia. Y la verdad, no me parece que fuera un punto del programa electoral socialista bajo el que concurrió eso del Evangelio. Ni que su empleo tenga mucho que ver con ello. Ni mucho menos que una ley, que debe regular en justicia las acciones para el bien de los gobernados, deba incorporar la compasión por las miserias ajenas, ni el perdón de pecados, regidos por un reglamento que no es propio de un Estado no confesional.

¡Qué ganas tengo de que gane el PP y le hagan a Bono capitán de fragata!

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