sábado, 28 de noviembre de 2009

Ruedas de molino

Quizá aún no lo sepan, pero aprovechando el último sábado de noviembre el Congreso se ha reunido, en sesión extraordinaria, para concluir una resolución conjunta de todos los partidos, al estilo de los diarios catalanes, y aprobar una trascendente decisión, consistente en que los que comulguen no podrán votar.

Falta por hacer el ajuste fino del reglamento, pero en grandes líneas, todo aquel que haya comulgado en el último mes no podrá votar ni siquiera tomar la palabra en el debate. De forma inmediata se convocarán plazas públicas para el definitivo Comité de la Pureza Laica, pero mientras tanto, el organismo encargado será la Comisión Antidoping que mediante el análisis del aliento y las miguillas de oblea en la pechera compruebe la ausencia de ingesta de cualquier forma sagrada. En la misma sesión se aprobó la compra de un complejo detector de pan ácimo, el Hostiel, que permita actuar con todas las garantías.


Hasta que se apruebe la Ley orgánica que dé cobertura legal al detector Hostiel, será una comisión mixta de Congreso y Senado la que vele por la actuación ajustada al espíritu de la ley, que no es otro que salvaguardar la labor legislativa de influencias externas que la condicionen. De esta forma, los programas de los partidos que concurrieron a las elecciones y obtuvieron representación parlamentaria quedarían homologados con las posturas que posteriormente sus representantes mantienen en las cámaras. Con Hostiel se evitarán las alegaciones por sobredosis de fe que podría actuar como atenuantes o incluso eximentes en la labor parlamentaria, al poder comprobar que no hay efectos alucinógenos o de cualquier tipo que mermen las facultades o alteren la volición de los diputados y senadores. Trucos y excusas como el hambre repentina, la enfermedad celíaca o la crisis mística serán ahora fácilmente detectables. Bajo la influencia del Hostiel cualquier miembro de las cámaras que haya comulgado, aunque sea un poquito, se verá iluminado con un aura que le pondrá en evidencia, manifestando su situación objetiva de comunión. Si se mantienen libres, el efecto desaparecerá en el plazo aproximado de treinta días, pero si reinciden, al aura se le sumará un nimbo refulgente en la cabeza.

El Hostiel es un aparato novedoso en el cual seremos pioneros. Los países de nuestro entorno no lo consideran necesario de momento. El nuevo portavoz del Consejo Europeo ha manifestado que “España necesita el Hostiel como el comer. La Conferencia Episcopal ha ido calando como lluvia fina en el Tribunal Supremo, el Consejo General del Poder Judicial, la presidencia del Congreso, servicios de la Seguridad del Estado, hasta el punto de confundir repicar con decir misa. Alabamos esta decisión que era realmente necesaria y la valentía con la que se ha afrontado. La mayor parte de los países de la Unión están a lo que tienen que estar y hace tiempo que esas intromisiones no tienen lugar, pero quizá la fraternal Polonia, Italia e Irlanda consideren analizar la experiencia española. Esperamos que de una vez por todas, España pueda atender a las necesidades de sus ciudadanos sin perder el tiempo, discutiendo leyes ya aprobadas y ampliamente debatidas como si fueran una novedad o generando objeciones de conciencia ante cualquier cosa.”

De momento esto es todo. Dios nos libre de seguir informando.

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