sábado, 31 de enero de 2009

Up&Down

En el programa “Tengo una pregunta para usted” del otro día, cuando la afectada por el síndrome de Down acabó de preguntar, todo el mundo aplaudió, lo que dio bastante vergüenza, ya que no se hizo lo mismo con ninguna otra intervención, era como constatar que todos se daban cuenta del esfuerzo y de la dificultad. Luego se pidió, por parte de un jubilado aragonés, el aborto total, desafortunada expresión para reclamar aborto sin trabas o sin límites.

Algunos estudios demuestran que hasta el 95% de los diagnósticos prenatales de síndrome de Down acaban en interrupciones del embarazo siendo su tasa más baja de 84% en Estados Unidos. En España está en torno al 90%. Vamos que, cuando uno puede decidir, los aplausos son en la cara del embrión. Que conste que yo, si pudiera tener descendencia, me encontraría en ese altísimo porcentaje que interrumpiría el embarazo, pero me molesta esa conducta hipócrita de recompensa cuando, con más información, esa persona, casi con absoluta seguridad, no hubiera estado ahí.

De hecho están casi desapareciendo los niños con síndrome de Down -la alteración cromosómica más frecuente- debido a la generalización de la amniocentesis y a la ley de interrupción del embarazo. Por favor, no me vengan con el rollo eugenésico. Es evidente que se pretende eliminar problemas, pero decir eugenesia parece que es hablar de Mengele y esos son conflictos religiosos más que éticos. Si no admitimos que los avances médicos permitan la selección de embriones sanos, tampoco deberíamos consentir que esos mismos avances médicos, solventen las cardiopatías de los Down, por ejemplo. Sé que el problema estriba en el concepto de salud, porque es probable que para algunos saludable fuera, además de lo que estamos pensando usted y yo, disponer de un cociente intelectual superior a 130, pasar del 180 de estatura en la edad adulta y tener una dentadura perfecta.

Como casi siempre, la racionalidad debe poner coto a esos criterios que permiten defender la conveniencia de traer al mundo a individuos con severos problemas de salud. Yo no me creo eso de los designios del Señor, y los afectados parece que tampoco, ya que hacen todo lo posible por cuidar a ese niño una vez nacido en lugar de dejar que el Señor lleve las riendas, y eso de que son un regalo, un don y demás pamplinas de películas americanas, es para vomitar de sensiblería.

La idiocia, la imbecilidad, que han quedado en nuestro acervo como meros insultos, fueron no hace tanto, criterios diagnósticos, al igual que cretino, mongólico u oligofrénico que ya nadie usa en consulta, aun cuando sean frecuentes, una vez subido al coche, en este tráfico de las grandes ciudades. Preferimos otros términos más largos, a menudo con epónimos extranjeros o directamente la medida de alguna variable relevante. En Estados Unidos las florituras de lo políticamente correcto rozan el ridículo. Así, mentally challenged = con enfermedades mentales, physically challenged = con discapacidades físicas, technologically challenged = poco ducho en las nuevas tecnologías; visually challenged = personas con problemas de vista; y llega la coña de vertically challenged para los enanos, o slim challenged para los obesos.

Cuando pasen unos años, y ya no se recuerden aquellos idiota e imbécil de nuestra juventud, nuestros bisnietos o sus hijos, se insulturán de la misma forma, porque el descendiente de Gallardón o de Barberá lo seguirá haciendo igual de mal y el tráfico será aún peor, pero recurriendo a otras expresiones que ahora suenan raras, ¿tú tuviste diversificación curricular o qué? o ¿pero dónde te has dejado las neuronas espejo? ¡tú eres un neurodivergente del culo, chaval!

Porque al final, no se engañen, lo que importa es poder seguir insultando, no en vano es la forma de sentirse mejor al dejar de imprecarse uno mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pido lo de neurodivergente del culo!! me lo pido.... para mi teacher inepta y mongólica de ingles, para el que ayer me puso una multa q pienso recurrir por injusta.... me lo pidooooooooooooooooooooo
PD. Q razoón tienes.... dentro de poco te veo cambiando el nombre por el libro gordo de petete

Anónimo dijo...

Yo también me lo pido...para los capullos que ebrios con la botellona rajaron las cuatro ruedas de mi Toyota de tercera mano,
Tb. me lo pido para el otro capullo que al cambiarmelas puso cada rueda de su padre y de su madre sabiendo que no podía ser así.
Me lo pido para el capullo de la ITV(que hoy me he enterado que pertenece a Carod Rovira) que como debe ser no tragó.
Me lo pido para el que me las ofertó nuevas por 250 euros, de segunda mano 100 y cuando fuí a cambiarlas disimuló mirar en un agenda y dijo que sólo tenía nuevas., por lo que lo dejé echando chispas (me jode que a rio revuelto, ya se sabe ganancias de pescadores.
Y un aplauso por el pequeño taller que no paró hasta que me resolvió el problema por nada y menos.

Leandro tus entradas son tan densas que dan para escribir toda la noche. Recuérdame que en otro momento te hable sobre el aborto y más cositas... me mojaré, ya te lo contaré.

Leandro María dijo...

Disculpad el retraso, pero el pelma me ha llevado de viaje y como no me deja el portatil, no he podido responderos antes. Veo que tanto Idoia como Anuska han tenido una semana automovilísticamente complicada. Haced como yo y desplazaos en saltador Gorila, aunque después de tres días en Galicia no sé si el muelle será capaz de recuperarse de la compresión.

Anuska si quieres te lees una entrada de mi señorito inspirada por mi http://indefensos.wordpress.com/2008/06/07/digresiones-interrumpidas/

para que puedas iniciar la discusión.

Besos,