miércoles, 14 de enero de 2009

Estado de Barbecho

Dice John Micklethwait, director de The Economist, ya saben el gotha de la economía capitalista que lee el pelma para hacerse el moderno, que el Capitalismo no es responsable de la crisis: son la codicia y el riesgo, los culpables. Por supuesto, el problema no son los alimentos, es el hambre; la culpa sin duda no la tiene el sexo, sino la excitación. ¡Qué cosas!

Creo que va siendo ya hora de cambiar el Gobierno. No me refiero a la petición de Rajoy de relevar a Álvarez, a pesar de que ya le vale a Magdalena, que le hace falta el plural de su ministerio porque no para de dar paños calientes a diestro y siniestro. Tampoco me refiero a la sastra de la Chacón, que ya nos vale de qué nos preocupamos los españoles. Ni al señor de Chacón, que le van a hacer consejero delegado de Young & Rubicam con la cantidad de publicitarios en paro que hay, ni me refiero tampoco a la inacción de Salgado con los tejemanejes de las comunidades con las Cajas de Ahorros, con el lema liberal de Esperancita: menos Estado, más Comunidad, o Bernat Soria con la Ley contra el Tabaco que fuera de Cataluña lo ha incrementado o el carajal de Universidades que tiene Garmendia o la errática política internacional de Moratinos, por no hablar de las fruslerías de Miguel Sebastián. No, me refiero al propio Zapatero.


Estoy hasta el gorro este, que con el frío que hace no me lo quito ni para dormir, de su talante y sus historias de mercachifle aficionado a la mercadotecnia. El pesado de aquí al lado me mira reconviniéndome en silencio. Me da igual; uno empieza poniendo a un monaguillo viejo y urófilo de jefe de los jueces y luego a uno le pasa lo que le pasa, que el monaguillo, a la chita callando se ha guardado los recortes de las hostias para el Gobierno y deja que el juececito de MariLuz se vaya de rositas. Luego uno se derrite con el cura de la catadura más oscura y se hacen guiños trascendentales manteniendo los acuerdos vaticanos. Se permiten huelgas de señoritos con RayBan, en un servicio en la práctica monopolístico. Si se fijan, es la revolución de las élites asalariadas. Los jueces, los pilotos, los controladores. Dirán ustedes que es una maniobra conservadora contra Zapatero. Coño, claro, ¡anda que parecen ustedes el director del Economist!

Pero qué hace nuestro Presidente más allá de grabar videos y poner ojitos zarcos. Nasti de plasti. ¿Qué tal leerse las obras completas de Reagan y dejar la sala de controladores de vuelo como un solar? ¿Qué tal reconocer la huelga encubierta de pilotos sin fronteras y sin ganas de trabajar y pagarles la mitad el mes próximo y poner a un par de ellos a servir Red Bull en un bareto? Pero ¿quién juzga a los jueces? ¿quién dice que su despido es procedente? ¿quién mete en vereda a los funcionarios más poderosos? Ay...Estado de Derecho.

Lo que no entiendo es por qué multan al chaval gallego ese que iba a 217 km por hora. ¡Ya no nos dejan ni huir rápido del país!

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