lunes, 28 de diciembre de 2009

Superman y la familia

Tan escasos estamos de referentes, una vez que María San Gil dio el famoso portazo, que llamamos héroes a cualquier cosa. El último es el que encontró a un niño en un portal de Madrid mientras paseaba al perro. Héroe le llaman. No se aclaran si es ferretero o trabaja en una discoteca de portero. Asunto de hierros en cualquier caso.


¿Dónde está en la heroicidad? Quizá en tener perro en un país en el que prácticamente ningún hotel lo permite en sus instalaciones. Quizá por tener dos trabajos con la que está cayendo. Pero por encontrar un bebé en un portal me parece exagerado. Somos un país de hipérboles. Si lo encuentra y lo deja allí hubiera sido un tremendo hijo de puta, si llama a la policía un héroe. ¿Se dan cuenta? No se puede ser normalito. Pero para algunos periodistas la cosa estaba predestinada: porque la médica que atendió al niño se llamaba Natividad. Como se apellidaba Ramos, esperaremos que haga algo en Semana Santa y ya tenemos otra heroína. Para héroe el chiquitín, que aguantó como un jabato el frío de la mañana con una mera toquilla.


Y frío debía hacer para que la reserva espiritual, y ahora también genética, de Europa no acudiera en masa a oír la homilía de Rouco a la Castellana, sabiendo sobre todo, que era día de nominaciones. Así que únicamente acudieron al panal de rica hiel, 56.000 almas a que les recordaran lo malos que son los que no piensan lo mismo que ellos. Rouco se apuntó al carro europeísta para decir que Europa sin vosotros se quedaría prácticamente sin hijos. Qué responsabilidad. Y qué incitación a la coyunda. Vamos, si llego a estar allí y oigo ese mandato, quién me quita de pasarme toda la noche fornicando con un prosélito femenino, o al menos repitiendo el te aseguro que es la primera vez que me pasa, que milagros, los justos.

Rouco, sin darse cuenta, abrazó también las doctrinas de género, considerando el divorcio express similar al repudio, al rechazo que hombre hacía de su mujer. Lástima que ahora la mujer pueda repudiar al marido sin más explicaciones por esa aberración de la igualdad de derechos. Y lo dijo ante una audiencia llena de monjas, profesión igualitaria donde las haya.

En resumen, los anticonceptivos son malos, el aborto de lo peor, el divorcio un fracaso, el matrimonio homosexual una guarrería y la eutanasia una amenaza. Y luego les acusamos de no innovar.

3 comentarios:

Tesa dijo...

¡Vírgen Santa del amor hermoso...! dónde iremos a parar si Rouco no vela por nos.

(Escrito antes de santiguarme tres veces seguidas. O cuatro)

Leandro María dijo...

Sin contar las que hiciste en la Castellana

Tesa dijo...

Yo he hecho mérito para excomunión desde hace años.
En la Castellana no pasaría los controles anti-pecadora.