martes, 31 de marzo de 2009

El baile de Morla Lynch

Un amigo de infancia del pelma es un talentoso compositor musical. Es profesor en Juilliard y vive lógicamente en Nueva York mirando, desde la distancia, la puntilla de la política española sobre los decadentes reposabrazos del sofá de nuestras vidas, o quizás la espuma que deja el mar, tras lavar el vómito diario. Después de una magnífica ópera -la soledad del individuo y la incomunicación en tiempos de redes sociales- de inciertos resultados en esta España nuestra, y algún episodio de plagio pasivo que una Diputación amparó, retoma la actividad creativa con una obra sobre la Guerra Civil española, El Baile, basándose en los Diarios de Morla Lynch que se publicaron bajo el título España sufre. Diarios de Guerra en el Madrid republicano.

Morla Lynch es el diplomático chileno al que Lorca dedica Un poeta en Nueva York y que, supuestamente, negó asilo en la Embajada a Miguel Hernández. Albergó en su casa, por aquellos años de revuelta, una de las mayores colecciones de genio artístico posibles al calor de unas infusiones de hierbas: Salinas, Guillén, Neruda, D’Ors, Huidobro, Mistral, Cernuda, Alberti se sirven el té en su domicilio, trasnochan y aman bajo el ruido de la hojarasca de los prolegómenos de la Guerra Civil.

Así lo ve el amigo del pelma, que lo compara con la danza que baila Eva Braun entre el ruido de las bombas, como si viviera un sueño sin responsabilizarse de la pesadilla que todos los demás –con suerte- vivieron. Y lo percibe mal, creo, porque entiende que hubo dos bandos antagonistas y una guerra inevitable, lo entiende como una lucha entre fanatismos, al estilo revisionista de la última historia escrita para justificar tantos años de dictadura. No mencionan la voluntad popular expresada en febrero del 36, ni los tejemanejes de la derecha republicana o de la Iglesia, nada dicen de los ensayos golpistas de pocos años antes, ni de las sangrientas represiones en Asturias, o si lo hacen, es para justificar la sublevación militar que tanto ayudó a algunos y quitó la vida a otros. Cambian la historia para minorar la ayuda fascista y nazi o para llamar neutralidad a la vergonzante no colaboración inglesa o francesa y hablan de ambos lados justificando al faccioso y quitándole legitimidad al republicano, como si la lucha entre ladrón y robado, entre asesino y víctima fuera equiparable y una línea de tiza los hiciera moralmente equidistantes.

El músico amigo de mis señorito es fruto de un socialista cultivado y de una niña bien de la época, lo que no convierte al primero en un desheredado ni a la segunda en una zopenca, más bien todo lo contrario, son formas de hablar y de que me entiendan. De este cruce, el compositor saca, entre otras cosas, su capacidad para pisar gruesas alfombras entre risas, adorar los gintonics y evitar levantar el meñique mientras sorbe una taza de café o pellizca una tostada con mantequilla. Qué duda cabe que también el genio y el esfuerzo por sobreponerse a la grisura franquista y al provincianismo de la transición emigrando a los States, sirviendo, prácticamente a la vez, como camarero y como profesor de español de algún Premio Nobel escasamente pacífico. Pero también se quedó sin el sentimiento trágico de la vida, cambió rencor por frivolidad con lo benéfico que tiene para el cutis, y con el trueque dejó atrás cierta conciencia y bastante memoria. O quizá no, y el escaparatismo del texto con el que anuncia la obra es un sincero afán de emulación hacia Carlos Morla Lynch, no tanto en lo personal como de la época y de las amistades que cultivó. Quizá por eso atribuye todos los males a anarquistas y comunistas y establece con cierta gratuidad su comportamiento como asesinatos conjuntos por toda la ciudad de curas, aristócratas y miembros de la alta burguesía que se refugiaron en la embajada en la que Morla servía. Su madre y su familia se refugiaron allí y allí fue donde nuestro músico construye y recrea un mundo escapista ante el desastre que se iba construyendo al otro lado de las balconadas, como si los perímetros de la delegación extranjera separaran el Ancien Régime de la misma revolución. Los monos milicianos distanciados por apenas unos metros de los ropajes de etiqueta. El gran baile de las balas.

Bajo la pretensión de explorar las reacciones ante las circunstancias extremas en aquellos años se traslada al estudio del fanatismo al mundo actual, considerando que se aleja de de lo político y estratégico y se acerca más a lo cultural y psicológico. Discrepo también, aunque hace falta más espacio para exponerlo. Ahora mismo están construyendo tapias para limitar las favelas, ¿por qué no cercaron antes Wall Street?

Al final está esa consideración de clase que tenía Lorca y Cernuda, de caracolillo sevillano, contra el poeta pastor Hernández. Up & down. Los upper classes contra el lumpen. Dos consideraciones del mundo que nuestro amigo opone e ilustra con el baile de Eva Braun ante las bombas enemigas, asimilándolas al más patrio sufrimiento burgués tras la turba revolucionaria que sólo cedía ante una buena dosis de rigodón. Creo que la pretendida excusa está mechada de oprobio por su falta de solidaridad, por ignorar la realidad circundante, por sostener la caspa y guarecerse tras los crucifijos. Allá ellos. Creo más bien que aquellas mujeres ¿y los hombres?, en Berlín y en Madrid, buscaron cobijo bajo lo que tenían: la construcción de un mundo irreal, inexistente, sectario y falaz. No pueden acusar a los anarquistas y los comunistas de otra cosa que despertarles de esa siesta historicista.

El pelma me abroncará por escribir esto, pero no veo esa dicotomía que presenta su amigo como la lucha entre Hitler y Stalin, en la que resulta tan fácil situarse entre ellos y acusarles de maldad profunda, la veo más bien como las fuerzas reaccionarias al progreso, la Iglesia en cualquiera de sus formas, los belicosos, el poder omnímodo de los poderosos, contra los desamparados de cualquier derecho, los desfavorecidos durante generaciones. Y por eso les gusta llevar el debate a los horrores de la guerra, para decir que ambos bandos cometieron fechorías bajo el manto del espanto irrefrenable. Y mencionan los desórdenes de antes para redimirse con un algo se tenía que hacer. Y nada dicen de los años que vinieron después, cuando estalló la paz y empezaron las purgas, los fusilamientos, las encarcelaciones, el exilio. Los que callaron durante tantos años están contando ahora la historia, justo cuando tienen los pies cansados de tanto bailar. Es lógico, jamás dejaron de hacerlo.

9 comentarios:

anuska dijo...

Te cuento : lo que me pasa es que si el comentario que te hago es extenso sale el "LA PAGÍNA WEB NO ESTÁ DISPONIBLE...". No sé si es porque le he pegado un repasillo al ordenador, yo que sé. Por lo que seré breve a mi pesar porque el tema que tocas me apasiona: generación del 27, querra incivil y dimes y diretes de unos y otros.

¿te comenté que conozco a un exiliado aún con vida?...es un hombre interesantísimo, pero con el que hay que hablar intentando no meterte en su piel, sale de España con 17 años y todo lo que conoce en Méjico donde se exilia es a través de informaciones ajenas por lo que a veces se aleja de la realidad.

De la guerra llevo leyendo lo que no te puedes imaginar, y creo que ya leo entre lineas, el haber tenido familiares en ambos lados me hace intentar ser muy objetiva y trato de ser equilibrada en la lectura sabiendo que la historia a veces es aunque nos cueste según el cristal con que se mire y si encima hablas con unos y otros que eran niños, lo que recuerdan, lo que les contaron y cada uno tiene sus porqués, pero casi todos coinciden en que aquello fué una barbaridad.

Veo que el libro es de una editorial de mi tierra si no estoy equivocada. Lo leeré y depués te comento.

Siento que no puedas oler los azahares que en Sevilla preludian la Semana Santa y esperan el paso de uno de los más bellos que hay que es el de la virgen de la Paz

!Chico y deja ya a la iglesia...que parece que la has tomado con ellos...¿tanto te amargaron la vida o estudiaste en un colegio no religioso?

Lo antes dicho, voy a leer el libro pronto...
saludos...Ana

Leandro María dijo...

Hola Anuska, haz otra prueba aunque sea con un texto ficticio -ya lo borro luego- porque eso no debería pasar. Desde luego no existe limitación alguna. Otra posibilidad es poner parte 1 parte 2, etc.

Ya sabes Anuska que mi conocimiento es omnisciente pero solo me puedo referir a la conciencia del que me presta la voz. Una tía suya estuvo exiliada durante muchos años, hasta pasó un tiempo en un campo de concentración con la ocupación francesa y luego Argelia... una vida sencilla como puedes ver.
Sin duda la historia es interpretable, pero solo en la medida que lo son los hechos. Si tu llegas a las cinco de la mañana a casa con una bonita melopea, uno puede pensar que fantástico, que hay que disfrutar la vida y otro se santiguará llamándote golfa y mala mujer. Lo que no se podrá contar es que venías de cuidar a tu madre enferma y de ahí tus ojos vidriosos de infinita pena. Venías de donde venías y eso merece la consideración que quieras, pero no te la inventes para hacerla aceptable a algunos ojos.
Deduces bien que no oleré los azahares sevillanos porque me quedaré en Madrid con mi pelma escuchando un Erbarme Dich bachiano y toda la música de la Pasión barroca que pueda. Si toca comeré carne sin importarme que sea viernes y mentiré al médico para que no me haga ayunar, aunque rezaré a mi dios de los pequeños cocimientos para que mi señorito me haga un potaje de garbanzos con bacalao y no olvide los cominos. Como ves no dejo la Iglesia, porque en el aborrecimiento está el homenaje. El pelma no va a misa, no ha comulgado jamás, discute de religión en cuanto me descuido, pero no está amargado porque estudió en un colegio laico, fue desde chico a uno mixto y en cuanto Franco le dejó pidió la exención de la asignatura, se queda al fondo de la Iglesia en los acontecimientos religiosos de sus amigos y no habla irrespetuosamente en el templo a diferencia de los que se dicen católicos. Tanto a él como a mí nos gustaría que la Iglesia fuera un asunto de los creyentes, pero se empeña en entrar en las vidas de todos y creemos que hay que ser militante en su expulsión. No pido que nadie cure sus heridas con células embrionarias, no pido que decidan el momento de morir, ni que se obligue a abortar, nosotros también somos pro-vida, por eso queremos salvarlas con todos los procedimientos a nuestro alcance, concibiendo hermanos “especiales” o cultivando células madre, defendiendo a la madre que no quiere gestar o al tipo que no quiere vivir sin dignidad, queremos que nos dejen en paz y que la Iglesia no se meta en nuestras vidas, que dé sus códigos a sus acólitos y que no diga tonterías como la del Papa y los condones o el nuevo creacionismo del diseño inteligente. Estamos donde estamos a pesar de la Iglesia y quiero que se olviden de mí y dejen de decirme lo que está bien y mal, que ya tengo yo suficiente criterio.
Besos Anuska

Anónimo dijo...

Yo creo que el problema que tiene el amigo del señorito es que intenta mantenerse dentro de lo "políticamente correcto" y, por si eso fuera poco, pretende "ser objetivo" y claro, saca unas conclusiones erróneas. Éstas al menos son una rémora bastante corriente al intentar formarse na opinión.

El tema que tocas hoy es tremendamente interesante para mi, tanto por el fondo, la guerra civil y concretamente sus antecedentes y consecuencias, como por las formas de acercamiento a la cuestión. Precisamente acabo de preparar una comunicación sobre el exilio republicano de 1939 y me he encontrado con actitudes y valoraciones similares. Yo personalmente bo cre en la "objetividad" pura y dura, todos nos aproximamos y vemos las cosas, sean cuales sean, desde nuestra óptica, desde nuestra ideología y actitud ante le vida. Otra cosa es el intento de exponer los hechos sin manipulaciones partidistas, pero siempre lo haremos desde nestro propio punto de vista. POr eso, en todo lo concerniente a la historia, a hechos, posiciones de los que protagonizaron los mismos, es fundamental acudir a las fuentes primarias, a los archivos, a los escritos personales, a la documentación existente, y en base a ello hacer nuestro propio análisis que, a pesar de todo, será objetivo.

Bueno como siempre me empiezo a alargar demasiado; ah, y en lo de la iglesia coincido plenamente con el pelma, ya dialogaremos de este tema otro día.

Abrazos

Anónimo dijo...

Perdón, en el final del penúltimo párrafo faltó un "no":

... a pesar de todo, no será objetivo.

Melusina dijo...

Luis hay problemas para colgar un comentario. La manita no consigue abrir esto.
El tema que sacas a la plestra es de lo mas interesante: la guerra civil y su antes y su despues.. Siempre me llama la aencion. Lo que se es que habia muchas familias partidas, mucho miedo y mucho terror y ajuste de cuentas. Aun no tengo contestaciones que me aclaren muchas cosas.
Tengo una amiga, profesora en una Universidad americana del Este y especialista en la guera civil que siempre me dice que todo sera subjetivo y que solo cuando pase la generaciones que la vivieron podrá investigarse a fondo el hecho. No estoy muy de acuerdo por cierto.
Me gustaria leer el libro. Creo recordar que Fernandez Florez estuvo tambien en una embajada refugiado y escribio sobre ello. Seria interesante leer los dos a la ves. Pero no se la editorial que lo publica.
Aun a veces tengo pesadillas sobre personas que se llevan a fusilar y me dan ataques de panico. Supongo que algo habre inventado , pero parece tan real!
Un abrazo grande Luis. Anda facilitame la editorial
El libro que envió mi hado particular es fantastico, aunque progreso en el lentamente. Melusina

Leandro María dijo...

Hola Ernesto, siento estar tan de acuerdo contigo y no poder polemizar y que a ti te pase lo mismo. Son las miserias de lo obvio. Agradecerte tu lectura y en cuanto deje de tener tantos problemas con la máquina y deje de viajar pasarme por tu sitio. Abrazos.

Leandro María dijo...

Melusina, le pasa también a Anuska. Yo no he tenido problemas incluso cuando ni siquiera accedo identificado y en aparatos diferentes. No sé qué puede pasar. Pero al grano. Seguramente existe apasionamiento, pero no debemos identificar subjetividad con falsedad. Decir que Franco fue un asesino es evidente para muchos y una ofensa para otros. Legalmente, al día de hoy, no parece que se pudiera decir. Decir que Franco ordeno matar a muchísima gente ya deja de ser opinable, es un dato contrastable, añadir que aunque se hiciera bajo el manto de una legalidad aparente, los procedimientos no eran homologables a los Estados de Derecho del entorno cuando no directamente fiascos. Eso no es interpretable, es un dato contrastable. Cuando esos datos se unen secuencialmente solo se puede llegar a una conclusión y es que Franco mató a muchísima gente después de la Guerra. En ese punto solo queda decir, a sus defensores, que esos fusilados se lo merecían y que eran ejecuciones y volvemos a necesitar los datos que den veracidad a ese juicio, pero de ningún modo se puede afirmar que Franco no mato -ordenó matar- a nadie. No creo Mercedes, que se necesiten generaciones para investigar los hechos, como mucho será necesario para que a nadie le importe, y los datos se lean como el resultado de una operación matemática como ahora nos importa un carajo que Felipe el Hermoso le pusiera los cuernos a su mujer. Wenceslao Fernández Flórez era un franquista importante, el pelma conoció mucho a su homónimo sobrino nieto y la ideología se mantenía después de los años. Con esto no quiero decir que no existieran los paseíllos, las checas y que todos los males fueran del bando sublevado, claro que se cargaron a tipos con la única acusación de ser de derechas o de misa diaria, está más que documentado que se quemaron iglesias y fusilaron a curas, igual que las tropas franquistas torearon presos en un coso extremeño o fusilaron a dirigentes políticos de la izquierda el mismo 19 de julio. Nos quieren convencer que la sublevación fue para acabar con esos excesos y para imponer el orden. Y el dato objetivo es que esos excesos se cometieron también por la otra parte antes de la sublevación que lo único que hizo fue impedir el triunfo democrático del Frente Popular por la fuerza de las armas y tras ganar la guerra, se hinchó a matar no ya en el frente sino con puñetas, ropones y juicios militares. Todo lo que sucedió tras el 1 de abril de 1939, los millares de fusilamientos, los encarcelamientos, el exilio, etc. no fue para lograr la paz y el orden sino para imponer una moral que no triunfó democráticamente unos años antes a costa de sepultar a los que no pensaban como ellos. Por eso olvidar como piden es más fácil para el que pudo hacer el duelo durante cuarenta años y llevar flores a las tumbas desde un consejo de administración o desde un estanco, otros estaban en Argentina o Méjico, en las cárceles de toda España o malviviendo represaliados. No hay punto de equiparación. Pero Mercedes querida, es lo que dicen ellos, ¡es que ganamos la guerra! y los herederos consideran que deben seguir ganándola reescribiendo la historia con dos fines principales, no considerarse descendiente de unos hijos de puta y asegurarse que sus hijos disfruten de la renta de los vencedores hasta el infinito y más allá.
Besos,

anuska dijo...

Querido Leandro: veo que la guerra incivil nos sigue apasionando a muchos. Ernesto dice que los hechos narrados históricamente deben basarse en fuentes escritas, indudablemente. Ahí estan documentados libros de unos y otros, y a pesar de ellos como ya dije en mi comentario anterior el lector siempre sacará sus conclusiones que tal vez para otro sean erroneas.
Hay dos libros que sobre la guerra me conmovieron, uno es "la querra civil española narrada por una republicana"( no estoy muy segura del título) por Clara Campoamor, leedlo por favor !vaya mujer con ideas claras valga la redundancia" y otro es "la roja y la falangista" sobre Constancia de la Mora y su hermana. (un poco reflejo por así decirlo de las dos Españas).
Leandro díme más sobre tu exiliada en Francia.
No he vivido la guerra y no entiendo como aún puede existir tanto odio, me dá un poquito de miedo, puedo entender que haya que hacer revisiones en ambos bandos, desmitificar, pero con los que he hablado del tema que sí la vivieron, no los hijos de los que la vivieron , los que tenían el nudo en la garganta porque cada día era una atrocidad peor a la anterior, ésos si desean olvidar, nosotros en la distancia a lo más que podemos llegar a a leer, mucho leer e intentar conocer para poder juzgar,ellos los otros si desean olvidar. Porque sigo afirmando que fué una verguenza nacional.
A veces con estas circunstancias que vivimos tan difíciles en los que ya empiezan a aflorar envidias y rencores, que si tú tienes, que yo no... ¿se darán circunstancias de crisis sociales?..que deriven en disputas que nos puedan llevar a verdaderos conflictos... complicado ¿verdad?
Anoche me comentaba una amiga que el marido de su vecina de 50 años (abogado) se había quedado parado y que le comentaba que si sabía de alguna casa para limpiar, porque después del paro estaban en la calle. Eso es lo que realmente me preocupa hoy en día.
Espera que se me olvidaba casi todos los descendientes de los hijos de puta se han cambiado la chaqueta y están hoy en el pòder, y mucho me temo que a veces solo haciendo paripés.


Ernesto.: acuérdate cuando publiques la comunicación sobre los exiliados del 39 de pasárnosla.

besos a todos...

Melusina dijo...

Me hago eco de Anuska , Ernesto. Y al señorito da gusto leerlo. Las cosas claras. Un gran abrazo. que cargado de razon estas. Mercedes