viernes, 27 de febrero de 2009

Contra la crisis, cine

Apenas acabo de terminar El curioso caso de Benjamin Button. Sin descubrirles nada, ya sabrán que trata de un niño que nace viejo y, con un reloj marcha atrás, va haciéndose cada vez más joven. Se basa en un cuento de Scott Fitzgerald y todas las posibilidades que ofrece se quedan en un juego pobretón de personajes para mayor lucimiento de la técnica de maquillaje. Nada vi sobre los aspectos introspectivos de un tipo que ve hacerse viejos a los que le rodean, mientras él se siente cada vez mejor y más sano, de un tipo que estaría catalogado de raro aunque a todo el mundo le parece normal su acontecer. Si ya es un choque encontrar amigos a los veinte años de no verles, fíjate si encima, en lugar de aparecer calvo, con gafas y barriga, se muestra en camiseta de camuflaje, con piercing en el lóbulo y mostrando los gallumbos bajo el pantalón. No es sólo lo que se dicen, es lo que se piensa, lo que se odia, lo que se aspira. Nada de eso se expone y se prefieren imágenes bonitas y escenas intrascendentes al diálogo interior que el protagonista debería tener. Pero no quiero entrar en detalles por si no la han visto.

Poco antes, había visto Camino. Vaya por delante que no me gustó, lo que no es óbice para que se la recomiende, porque es una película que merece ser vista a diferencia de la de Brad Pitt. En este caso todo el mundo sabe como empieza y como acaba por lo que tendré menos miramientos.

Que Camino pone a parir al Opus Dei es conocido, pero lo hace de una forma tan esquemática que mezcla el asco con la incredulidad. Cualquier maniqueo, pero no tonto, sabe que es necesario adobar la crítica con hojas de halago y granos de verdad de modo que el acíbar posterior impregne realmente las conciencias. Si la crítica la despojamos de contexto, la incrementamos artificialmente logramos desvirtuar el mensaje mismo. Cualquiera con algunos años de vida ha conocido curas o beatas como los que aparecen en la película, madres obsesionadas y entornos tan cerrados como los que Fesser retrata, pero, en mi opinión, hubiera sido necesario contrapuntos argumentales, que defendiendo inteligentemente el proceder del Opus, hagan resaltar los aspectos negativos y sectarios de la peculiar obra.

En alguna web próxima al Opus Dei se felicitan por la ausencia de reconocimiento en el festival de San Sebastián, pero callan la avalancha, para mi excesiva, de los Goya. Si se dan un paseo por la red verán que hay innumerables sitios que explican la verdadera historia. Todos son copia perfecta u homenajes idénticos, según prefieran, de las palabras de una tal Ninfa Watt, nombre maravilloso para una aparición lúbrica, o para una escort de hombre adinerado. Pero no. Ninfa Watt es miembro de SIGNIS, teresiana, ex alumna del colegio en el que estudiaron las hermanas González-Barros y amiga de la familia, fue directora de las revistas Vida Nueva y Pantalla 90. Como crítica de cine, colaboradora actualmente en El espejo de la cultura (COPE).

De este modo, la misma información, valoren ustedes si es partidaria -jua, jua, jua-, copa la red bajo un halo de verdad, mientras que es prácticamente inexistente una versión, no ya contraria, sino simplemente alternativa.

En esa verdadera historia se dice que la niña murió con una valentía, una entereza y una fortaleza maravillosas. No recuerdo haber leído últimamente que se refieran los últimos minutos de alguien de forma contraria: murió como un cobarde, quejándose, protestando, lleno de miedo y odio. Y una de dos, o no se cuenta la última verdad del sufrimiento y se miente ampliamente, o cuando uno se muere lo hace siempre de la misma forma ejemplar. En cualquier caso poco crédito podemos dar a esas manifestaciones. La web hagiográfica de la niña, Alexia en la realidad y Camino en la casi ficción, dice que manifestó: Jesús, yo quiero ponerme buena, quiero curarme; pero si Tú no quieres, yo quiero lo que Tú quieras.

No vamos a pedir pruebas como Rajoy pedía las actasssh, pero cuando uno busca la canonización es comprensible que se exagere un poco y que se suelten eslóganes como éste, un poquito de voluntad para que no digan y mucho de sometimiento y reconocimiento de la omnipotencia divina.

Fesser tomó la decisión de cargarse al padre en el film cuando la realidad fue otra –murió veinte años después- y debería dar una explicación. ¿Es para que la lágrima no decaiga? ¿Es para decir qué cabrón es este Dios que se fumiga también al padre que va a ver a su hija enferma? ¿Le sobraba un coche y un camión a los de efectos especiales? Y Fesser ofrece varios anacronismos que denotan una preparación actual y una en la época auténtica, mezcladas en el proyecto definitivo con móviles y cámaras Super 8, así como soluciones dramáticas poco creíbles. Fue muy criticado el hecho de que llamara Jesús al noviete de la niña y que se jugara con la Obra y obra de teatro como dos diferentes aspiraciones. No creo que sea lo peor, queda un pelín chusco al igual que, más en la manufactura, los efectos digitales de ratones y flores. Pero ya sabemos que Fesser no es Lars von Trier y Camino no será nunca encuadrada en Dogma 95. La música es una castaña, no en sí misma, me refiero al uso y contiene la “La bella durmiente” para ilustrar a “La Cenicienta”; mismo autor, pero diferente cuento.

Déjenme que les trascriba unas palabras aparecidas antes de la muerte de Franco (1974) en un libro de Eva Jardiel Poncela titulado ¿Por qué no es usted del Opus Dei? y en el que se entrevistaba a aquellas personas que estaban dispuestas a hablar en aquellos años en los que el Poder Judicial no se manifestaba.

¿Por qué no soy del Opus Dei? No soy del Opus Dei por muchas razones, algunas muy íntimas y otras, que son las que pueden interesarle, son aquellas que me afectan como ciudadano, como ente social, como miem­bro de una colectividad; sobre éstas le responderé en tres puntos que podrían ser treinta, pero no nos olvi­demos de Gracián.

1º El Opus Dei fomenta la división de la sociedad en clases; sus categorías de socios, aún llamándose «hermanos», están clasificados de tal modo que se di­ferencian los universitarios, adinerados y prepotentes sociales (que, en general, vienen a ser los privilegiados de siempre), de los no titulados, impecunes y «don nadies». Pienso que desde Jesucristo a Carlos Marx ya se ha escrito suficiente sobre la discriminación social para necesitar aclarar nada.

2º La dependencia de estos señores socios de sus superiores es tal que incluso alcanza a lo profesio­nal, según tengo entendido. El voto de obediencia en una institución tan jerarquizada como es el Opus Dei supone una entrega absoluta de nuestra voluntad y nuestra capacidad de decisión. En esta sociedad de consumo que nos han impuesto ya tiene uno bastantes íncubos que no podemos qui­tarnos de encima para consentir, con repugnante ma­soquismo, que nos coloquen más. Aparte de que esa dependencia me parece inmoral, por lo que se supone para los que nos rodean o comparten con nosotros sus problemas.

3º A la vista está que este instituto, en muy poco tiempo, ha dominado las finanzas, la gran industria, la enseñanza y alta política; estos resultados pueden ser motivo de vanagloria para estos señores, pero a mí me parece que la consecuencia de esta escalada económico-social no es otra que la constitución de un grupo de presión (¡uno más!), que no ha redimido a quien ha menester, no ha contribuido a hacer cordiales las relaciones entre Iglesia y pueblo, manteniendo el disparate anacrónico de una Iglesia comprometida con el poder y la riqueza, ha cosechado cátedras, dividen­dos y despachos oficiales, y, a lo peor, consigue la en­trada en el Mercado Común: extraña obra de Dios.

Son palabras escritas por el progenitor del pelma, así que ya saben que de casta le viene al galgo, y las traigo aquí porque quién sabe si, como se dice de los curas, aquella conciencia no es mi padre.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre me encantan tus comentarios. Yo tambien detecté en Internet que los que arropaban a Alexia y sus circunstancias lo hacian con las mismas palabras. No habia nadie independiente. El primero que encuentro eres tu.

Y desde luego esta adolescente merece todos los respetos. Lo se porque he pasado por una situacion similar , por libre y a pelo, apoyandonos unos a otros la familia y los amigos y quitandonos el miedo como podiamos para no contagiarlo. Lo que funcionaba era el querer mas alla de lo que una podia hacerlo.

Confirmo totalmente las palabras que citas del padre del pelma. Para mi , hizo con sus palabras una radiografia de la situacion en aquella epoca . Se le olvido que incluian en el lote una forma determinada de relaciones y valores sociales, morales y de costumbres. Incluido el pago al servicio domestico y el modo de vestir.

Creo sin embargo que pusieron a trabajar a gente que en su vida habian dado un palo al agua

Te sigo leyendo con una sonrisa aunque a veces no tengo tiempo de escribir, Un abrazo de Melusina

Leandro María dijo...

Grazie tante Melusina por ese piropazo que es atribuir independencia. Y me inquietas con tu experiencia cercana, que debe ser tan inmanejable tan desasosegante. Por supuesto que representaban un completo modo de vida, que algunos revitalizan por las sierras andaluzas con esos abrigos austriacos y las cornamentas teñidas de sangre. Y algunos sí que se pusieron a trabajar, normalmente tras la mesa del despacho dando unas órdenes que la estirpe no permitía recibir.

Un beso fuerte,

Anónimo dijo...

No he visto ninguna de las dos películas, pero el eje de camino el cancer de la niñas indudablemente nos hace recordar otros casos cercanos y a veces me pregunto si a estas personas se les toca con una varita mágica o simplemnte en una de las miles de pastillas que toman va un remedio contra el malestar y la depresión.
Felizmente cada día son más las personas que siguen adelante, aunque siga implaclable a nuestro lado. La muerte es siempre una putada aunque sé quién dice que elegida en su momento es una opción de libertad, por lo visto lo único que realmente podemos elegir. Discutible por supuesto.

En cuanto al Opus ya sabes lo que opino, ya ves a mí no me afectaron en nada, al contrario llegar diciendo que habías estudiado en Albaydar era una buena tarjeta de presentacíón, que son unos manipuladores, pues sí, que han cambiado mucho también.
¿has leido el famoso libro en contra del Opus de Iglesias, se publicó en Francia hace unos pocos de años, y su hermana Carmen que veraneaba en la misma playa de Cadiz que mi familia, era todo un espectáculo por lo de rompedora y contestaria. Me gustaría saber que diría su hermano ante la película.
Y por favor que el "austríaco " no es el uniforme del Opus.
Ya que te gustan las sociedades religio-sectarias(se me ha pegado lo de inventar) ¿conoces la "iglesia de la madre Trini" de Dos Hermanas, allí dicen que era medio analfabeta, ¿cómo se explica que sea casi venerada como una santa?...ésas si que llevan uniformes: una faldita tableada semilarga y una camisa de los años catapúm.(ahí tienes carnaza).
Saludos...

Leandro María dijo...

El Loden eran el uniforme de los golpistas civiles, como el bigotito fino, o la banderita de España en el reloj. No todos los individuos con sombrero hongo y bigote son Charlot, pero jugando a la mímica no pierdo nunca.

Lo de Dos Hermanas me supera, me quedé en lo de Dios es uno y Trini o similar. Y por cierto hoy en El País habla de tus facturas falsas, para que veas que los periódicos nacionales también acogen esas noticias.

Besos,

Anónimo dijo...

El gran periodista gallego José Antonio Novais Tomé, manifiesta: en un nivel moral no soy socio del Opus porque prefiero la JUSTICIA a la EFICACIA y porque no creo que el FIN justifica los MEDIOS.........