lunes, 23 de febrero de 2009

Means you´ll always be my friend

Ya se acordarán que, a veces, nos gusta, a mi chico y a mí, disfrazarnos de cosas y pensaba, leyendo el ABC de este domingo, que alguno de los trajes lo debíamos prestar a Enrique Rojas, psiquiatra. Más que nada para que pueda salir de casa sin que le apedreen. No contento con las bobadas que escribió para uno de los manuales de EpC defendiendo las tesis de María Goretti, se descuelga ahora con respuestas a la cuestión universal de qué se perdona a la amistad. Afirma este pinturero loquero, que perdonar significa renunciar a la venganza y que por amistad perdonas casi todo. La sagaz periodista indaga en la materia oscura que queda en esa rendija del casi. Rojas indica que las dos cosas más duras de perdonar son el engaño afectivo, en la mujer, y el engaño profesional en el hombre. Es lógico, la trampa amorosa, entre hombres, es de maricones y les está bien empleado y la mujer, es ya sabido, que en casa no hay problemas de negocios y escaladas a codazos. Impecable.

Cada domingo me siento más cerca de dejar de leer la prensa. Desde que dejé el fish&chips ya no me vale ni para envolver el condumio. El perro de casa controla perfectamente y el Goretex hace innecesaria la protección extra contra el frío en la moto. Además distrae al pelma de lo fundamental, que es cocinarme. Cocinar para mí, quiero decir, cada vez está más salvaje pero todavía no me ha metido en la olla aquella, de los chistes de exploradores e indígenas con hueso nasal. Hoy me ha hecho unas verdinas –ver Google- con almejas que temblaba el misterio. Menos mal que dejó El Mundo y el ABC para después que si no se le pegan seguro. A ver si no.

El Mundo titula que Rosa Díez puede ser la clave en Euskadi. La mujer que compite con nosotros vistiéndose de cosas raras, tiene previsto ser el penúltimo partido en la contienda a igualdad de diputados con Aralar, pero PedroJota la encumbra a decisiva. Como segundo titular muestra la relevancia de la elección de la lengua de escolarización. Inobjetable, si no fuera por dejar de señalar en letras más gordas que la mayoría está en desacuerdo con la ilegalización de Askatasuna y D3M o con que dos tercios creen que el Gobierno debería dialogar con ETA. Ambos asuntos a dos, plantean problemas de enorme enjundia. En Galicia el estudio resulta, cuando menos, curioso. El Mundo le otorga la posibilidad de ganar a diferencia de todos los demás medios, incluidos los gallegos, pero en uno de los gráficos señala que el 45% quiere como presidente a Touriño frente a un 34% que prefiere a Feijóo. Insondable e insondeable.

Lo de Camps sigue sin estar claro. Me cuentan que fue un ejemplo sin importancia de la denunciante, pero no me parece a mi tan categórico. Por lo visto la gran corrupción se materializó en Milano. Una tienda para mataos en los que se ha vestido todo ejecutivo de medio pelo de Madrid, a pesar del panegírico que hace de la instalación el periodista que debe tener a Sepu como centro de lujo. Milano era la excusa de los pobretones para ir de compras a Serrano, calle plagada de sastrerías a medida de verdad, que con mayor seguridad visitaría Zaplana, experto también en las verdades a medida.

Lo que me llama la atención es que encargara cuatro trajes y le sirvieran mal los cuatro, y, a pesar de ello, siguiera como cliente. Dejar Valencia para conjugar el verbo fallar en Madrid. Poético.

A Güemes-por-que-yo-lo-valgo le preocupa también de dónde saca Bermejo los billetes de 500 euros y dice que la Fiscalía tiene indicios suficientes para investigar. Lo dice el yerno de Fabra. De manual.

Y parece que un senador sociata quiere que el erario le pague las churris o, al menos, que se las pague a la panda que le rodea. Edificante si no fuera por las connotaciones del adjetivo.

Volvemos al perdón. Decía Rojas que era renunciar a la venganza. De otra forma, dejar pasar la oportunidad de satisfacción por el daño recibido. ¿Puede darse la restitución del agravio? ¿Puede uno renunciar al recuerdo? ¿Existe la venganza sin olvido? ¿La condición de amigo trae consigo esa impunidad que deja incólume la amistad tras el descalabro? Es bien sabido que la amistad no es biunívoca, por lo que sus derivados de lealtad y fidelidad quedan a prueba ante la aparición de situaciones estimulantes. El pelma me mira y reprueba que escriba estas cosas. Dice que la gente protesta y que no lo entienden. No sabe que lo hago por amistad. La que sinceramente me profeso. Es la más auténtica. Pero no me quiero poner a prueba.

No hay comentarios: