jueves, 9 de julio de 2009

El Priligy de todas las salsas

El pelma me ha tenido subyugado algunas semanas. Mis seguidores habrán advertido que lejos de este estilo fresco y liviano que me adorna, las últimas entradas han sido militantemente coñazos. Tu estudia, era la excusa para ponerse al teclado de mi portátil y hablar en mi nombre. Pero los exámenes acabaron y hasta septiembre no hay nada que hacer, así que retomo mi blog aprovechando unos días de asueto.

Dicen las sufridas mujeres, que si el hombre fuera el que tuviera que parir ya se habría inventado algo para que no doliera. Las más concienciadas dicen que se habría acabado la humanidad. La eyaculación precoz se considera un problema masculino y, a mis ojos, es claramente femenino. Sé que suena egoísta pero qué quieren, que cada palo –con perdón- que aguante su vela. Durante mucho tiempo la definición de eyaculación precoz aludía a la incapacidad de aguantar el tipo hasta la satisfacción de la mujer. Si te ibas sin que tu pareja llegara al orgasmo eras un precoz, de forma que todos los amantes de frígidas contumaces lo eran. Era esa forma de definir la capacitación en términos de eficacia. Los termómetros eran pésimos medidores de presión y los barómetros eran incapaces para estimar la velocidad del tocino. Pues los malhadados con una compañera lenta eran precoces. Es verdad que hay veces que la cosa va demasiado rápida y te vas mientras aparcas el coche, pero no deja de ser un homenaje a la mujer. Al menos es lo que yo digo. Es un tributo cariño o cari si no ha pasado de la ESO, suelo afirmar rotundo. Pero también es verdad que a veces son ellas las que te dicen a ver si acabas de una vez con esa voz de receptáculo que ponen algunas, esas que ya no te quieren. Así que no hay forma de saber a qué atenerse.

Dicen los psicólogos, al menos los psicólogos que tenían un seiscientos en tiempos bárbaros, que la eyaculación precoz es producto de prácticas perversas en las que el sexo tenía que ser rápido. Nuestro perro, Calaf, ha mejorado el lema del barón de Coubertin, más rápido, más alto, más fuerte, más cota. Pero proclamas veterinarias aparte, en ese lema olímpico ya se pretende cierta superación de marcas. Así que no de todo tiene la culpa el hombre. Aunque el otro día Soraya, la cantante rubia incapaz de quedar la última en Eurovisión, pidió perdón por no ser homosexual -lo hizo en Chueca a causa del buen rollismo que nos invade- y la Pajín volvió por sus fueros, a exhortar a las masas con la reiterativa duplicación de géneros llegando al incongruente nosotros y nosotras -¿qué hará cuando no se pueda ocultar tras el plural? ¿dirá yo macho y yo hembra como si se refiriese a un lince episcopaliano?- culpar al hombre está de moda. Es tendencia. Al tiempo. Así las cosas las definiciones exculpan y culpan ideológicamente en lugar de definir límites, poner cotas aunque sean circunstanciales o dinámicas. Las definiciones no pretenden explicar mejor lo definido, sino explicar algo del definidor. Que le den al objeto habiendo sujeto, dicho en estilo poligonero, que aprovecha éste para ofrecer lo mejor de sí mismo. Así la definición de vida, de muerte, de principios inmutables, o de moralidad se atiene a las necesidades del hablante para explicar su ideología haciendo del concepto definido un bonito lecho de Procrusto. La vida empieza a los tres meses, la muerte digna llega cuando el cura ya no puede aguantar más y los principios ya no son unos porque son trinos.

Dice el chiste que uno que se autoacusaba de eyaculador precoz; sí, confirmaba, a los 8 años ya echaba unos polvos de la hostia. Pero no parece que los tiros vayan por ahí. Dicen que una buena definición es la incapacidad para conseguir un control voluntario de la eyaculación tras alcanzar un alto nivel de excitación sexual en presencia de ansiedad notoria. A mi me parece una birria. Si se te aparece Megan Fox en el cuarto no creo que mi control voluntario dé mucho de sí. Quedaría como un cochero excitado y notoriamente ansioso. Pero imagínense que voy a hacer pis en medio de la noche y me aparece esa pitón de Alicante, la Nessy de Benidorm que emerge por los retretes, y narcisísticamente uno cree que es la propia sombra proyectada en el inodoro, el reflejo del deseo, de la envidia de pene que los freudianos atribuyeron a la mujer y que todos sabemos que es nuestro oculto afán. Tenerla enorme, inagotable y más dura que la cara de Camps, a ese que solo le faltan dos escaloncitos. Ignoramos si son los de la escalera de Jacobs o son los del cadalso.

Ahora llega el Priligy (dapoxetina) para solucionarnos la vida. Hay que tomarlo una hora antes por lo visto. Más o menos como la Viagra. Así que quedas con una chica a cenar y hace nada, unos veinte años, te bastaba una ducha, golpe de roll-on en las oquedades braquiales, cachetazos de aftershave y a triunfar. Ahora te tomas el omeprazol porque el vino te da ardor, las estatinas para el colesterol rebelde, como ves mal, algún ibuprofeno para el último golpe que te has dado y preparas la pastilla azul y esta nueva en el pastillero tipo camafeo que utilizaba tu madre y que te da ese estilo de metrosexual tardío que tanto gusta. Así que salir se pone por un pico. Los hoteles dominicanos de All inclusive ya advierten: All inclusive menos farmacopea. Y es que Punta Cana se llena de pensionistas por tan atractivo nombre. Pensaron en tiempos lo de llamarla Lanza Experta pero quedaba superporno y desistieron.


Pero ustedes no lo hagan y tómense conmigo un poquito de Priligy, o póngale ídem a San Pancracio que esto de la retención en la faena también es una lotería y disfruten de la noche. Y si no hay suerte amatoria piensen en conquistar la isla de Priligy, monumento a la impotencia exuberante que nuestro prócer nunca dimisionario glosó a mayor gloria de Josemari, tomando como rehenes una cabra y un ramillete de jara. Y duérmanse rendidos con la proeza onírica o el esfuerzo del vaivén. El va y ven al Constitucional quiero decir.

Lo que de verdad sería meritorio, si saben algo de música, sería inventar la dacapoxetina, esa que dice empecemos de nuevo, pero como supondrán eso ya es para nota. Yo, como he suspendido, estoy de vacaciones estudiando. ¿Les parece poco orgasmo?

8 comentarios:

Ernesto dijo...

Uno, que se consideraba muy liberal, moderno, rompedor y vanguardista, cuando reflexiona un poco, y la cartilla hoy da entrada para ello, se echa a temblar. Midiendo mucho cada palabra que se va a escribir, por aquello de que no le confundan a uno, para intenmtar mantenerse dentro de la hoy tan proclamada "correción política", empieza a darse cuenta de que no acaba de entender nada.

Tal y como planteas hoy una cita, "presuntamente amorosa", requiere una planificación como si de un proyecto aeroespacial se tratara. Hay que asearse, darse cremas varias, depilarse en muchos casos, hacer los ejercicios previos de taichi y relajación, máquinas en el gimnasio por aquello de los pectorales, más cremas toinificantes, otra ducha, control dialéctico en las palabras usadas con el enemigo (perdón, con la compañera mujer, que no debemos olvidar somos iguales en todo), y ahora la pastillita.... Vamos, que cuando llega el momento, si llega y ella ha dado su aprobaciño a todos y cada uno de los aspectos previos, está el subsodicho como !pa empujar" (que si donde me pongo, que si como lo hacemos, que si tu, que si yo...).

Todo esto dicho desde el respeto y la mayor correción de género, igualdad y demás.

Tesa dijo...

Luego, chicos, todo siempre es más fácil de lo que parece.
Pero creo que es justo que si nosotras -y voy a generalizar aunque sí, ya sé que también hay mucha parienta dejada- nos ponemos estupendas cuando tenemos una cita, compramos el conjuntito de lencería más cuco y nos hacemos las ingles brasileñas, es justo que, al menos el citado precoz, tome las medidas oportunas para no irse en un tris, y aguantar hasta medio tras.
Ahora, que hasta algunas mujeres somos conscientes de que nosotras también podemos disfrutarlo, no es justo ponerle pegas, Leandro, a todo aquello que pueda mejorar ese ratito.

Leandro María dijo...

En algún momento nos debiéramos replantear todo eso de la corrección política, Ernesto. Aunque es un asunto menor, lo de Risto Mejide y el Vázquez apesta con la dichosa homofobia. Yo bromeo con mis amigos gordos, con los gafotas, con los maricas/gays sin que pase nada. Hasta el gorro estoy de la homoexaltación, no sé qué merito tiene preferir a tu sexo sobre el otro ya que hemos aceptado que tampoco lo tiene preferir el opuesto sobre el propio. No creo que a ningún hetero se le abran las carnes si le acusan de que le gustan las tetas, pero ¡ay! si dices a ti te gustan los culos a uno que le gustan evidentemente.

Abrazos fuertes,

Leandro María dijo...

Y ya puestos a darle vuelta a la corrección política Tesa, por qué no desacralizar la lencería. ¡Qué de malo tiene una buena braga blanca -nada de tanguita ni otros diminutivos hostiles- amplia y algodonosa! ¡Qué horror esos sostenes de encaje que al tacto crees que te están diciendo algo en Braille! Y a veces terminas chateando.

De las ingles cariocas ya soy más partidario pero odio el depilado absoluto, prefiriendo un césped bajo, tanto para pubis como para axila, aunque esta última poblada es ya terreno arqueológico.

Hablas de medidas oportunas para aguantar el primer embate, alguna bárbara inventó el squeeze y en tiempos mozos uno acudía en segunda convocatoria como a las juntas societarias por aquello de poner acequias a los pantanos.

Dicho esto, lo suyo es quedar regazo y que ella te adelante, para que cuando lo inevitable llegue, por culpa de ella, claro, no te pueda reprochar nada.

Besos,

Anónimo dijo...

!jodeeerr.....lo que sabes de bragas algodonosas! me encanta que prefieras las algodonosas altas hasta el ombligo, no dejan airear buenos culitos, pero a algunas las salva de tediosas dermatitis, por alergias a tejidos o picores de los encajitos de los narices que a algunas las hará más, no sé que más seran más tontas de lo que son, lo que es interesante es lo que está debajo, y si a tí te gusta con todos su avíos, pues muy bien, a mí particularmente me dá un poco de yuyu el mondonguillo pelao, pero sé que hay maridos que se mueren por ellos, me imagino porque no tienen que sufrir el desvellado púbico.(qué fina me estoy volviendo)...

en cuanto a las llegadas y esperas, cada pareja que busque su fórmula como he creido entenderte.

Por cierto en un comentario anterior sobre la parada mariquita, me malinterpretaste, tengo amigos mariquitas, maricas, maricones, homos, gaies, y de todo tipo . En mi grupo cercano, vamos con el que viajo hay una pareja de hombres y nunca me he parado a pensar que si esto que si lo otro, lo que sí te puedo decir es que uno de ellos desde que se casaron está mucho más maricón, más lanzao y le jode muchísimo que lo nombre por mariquita y más lo hago porque me encanta fastidiarlo. Este verano no sé dónde iremos, porque la otra pareja del grupo se vá a los EEUU unos quince días, y al resto nos apetece esta vez subir a la suiza española... no sé lo que haremos.

Gracias por tu interés en saber el porqué de mi anemia, ni idea, de siempre es mi eterna compañera, ahora agravada por los años . Tienes razón debía apuntarme a los viales y siempre se me olvidan.

BEsos...Ana

anuska dijo...

Leandro no sé porque el comentario ha salido en anónimo,,, soy anuska ¿vale?

Leandro María dijo...

Te reconocí Anuska por supuesto, y yo debería haber escrito razagado y no regazo. No recuerdo ahora lo de el homorgullo, pero en dos palabras: a mi me parece perfecto que les guste lo que sea, se casen y adopten. Son personas y lo que pase en su cama me da igual. Pero no son mejores por ello. Quizá hubo un tiempo en que había que ser más valiente, pero también bastante más para pedir la democracia o amnistía o libertad y no nos paseamos en carroza vestidos excentricamente.

Pásatelo muy bien en ¿los Pirineos?

Un beso

kevin dijo...

Algunos medicamnetos mienten hay algunos que no funcionan para el problema de eyaculacion precoz el que si es muy bueno es priligy con este lo tomas y desde el principio hace que el problma desaparesca