domingo, 28 de junio de 2009

El experimento del mundo pequeño


Vaya semanita. Ha muerto Farrah Fawcett y Michael Jackson. Ella era uno de mis sueños de niño y posiblemente yo, cuando niño, lo era de Jackson. Una preciosa boca que tapaba una actriz vulgar y un brillante músico y bailarín que tapaba un polienfermo psiquiátrico. Así que ya lo saben ustedes, soy la unión entre Farrah y Michael que confirma la teoría de los seis grados de separación, esa que sostiene que todos estamos conectados por un máximo de seis enlaces o vínculos.


Es verdad que esos grados a veces se reducen a uno y todos los caminos llevan a Bárcenas, como si el tesorero del PP fuera una especie de loba capitolina que amamanta a las redes de financiación del partido. Pero los Populares se contentan con la escisión del caso del Supremo como si fuera exculpatoria. O mejor, haciendo creer a su ingenua grey que han ganado parcialmente. Y se lían y presentan querellas para retirarlas, como si fuera una oferta de impuestos para las rentas más altas del Gobierno socialista, de esas que desaparecen en el culto a lo efímero, a lo evanescente, a los gestos que tan cerca están de la amenaza. Qué otro sentido tiene ir al Supremo, a los supercicutas máximos, a presentar una querella contra Chaves y su hija y retirarla al poco tiempo. Dicen que la van a reformular.



Y en esto de la reformulación está Izquierda Unida con Cayo Lara, entre cónsul romano y amante de doctor ruso egipcio, que cae del caballo para darse cuenta que necesita un único discurso para toda España "Tenemos que recuperar un discurso federal y republicano que se ha podido ver diluido en función de alianzas con fuerzas nacionalistas en determinados territorios de España. Necesitamos un discurso de Estado coherente, que consiste en poder defender lo mismo en todas las federaciones del Estado". Coño, pues claro. El único sitio donde no tendría sentido sería en un paraíso fiscal, poco poblado últimamente por trabajadores; pero cómo se puede decir una cosa en el País Vasco y otra en Andalucía. Recuperemos a Shakespeare y el famoso monólogo del judío Shylock contra Antonio.

… ¿No tiene ojos el judío? ¿No tiene el judío manos, órganos, miembros, sentidos, emociones, pasiones? ¿No se alimenta de la misma comida, no se lastima con las mismas armas, no se expone a las mismas enfermedades, no se cura con los mismos remedios, no se calienta con el mismo verano y se enfría con el mismo invierno que el cristiano? Si nos hacéis un corte, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no reímos? Si nos ponéis veneno, ¿no morimos? Y si nos hacéis un agravio, ¿no habremos de vengarnos? Si somos iguales a vosotros en lo demás, también en eso hemos de parecernos.


¿Hace falta darse cuenta que la contradicción marxista les ha explotado en la cara en forma de nacionalismo? ¿Hace falta ver que es el capital y son sus constructos intelectuales, los que adosan la bomba lapa en cada pacto lingüístico, en cada pretensión identitaria, en cada proclama independentista? ¿Dónde está el análisis de las condiciones objetivas, la dialéctica y la vanguardia obrera? Y encima sin tocar pelo. Porque al menos los sociatas parten el bacalao en algunos lugares. Pero Izquierda Unida cada vez se come menos roscos.

Y roscos son los se acumulan en nuestro marcador privado de competitividad, de productividad. Cada vez nuestro desparpajo latino se va mustiando y seremos los malos para el 2010, cuando todos hablen de la crisis con un te acuerdas, nosotros aún con un quizá el año que viene. Y no le veo a Zapatero implicando a los empresarios en la jugada esa del cambio de modelo productivo.

Cualquiera que no esté ya en edad de ser contratado, mayores de 45 o así, habrá oído que nuestro paro es estructural. Te lo dicen así, como si la solución estuviera implícita y te respondieran. Es más o menos cuando el fontanero se pone en jarras ante una humedad y dice con rotundidad, eso es de una fuga. Ya suponía yo que no era un comportamiento proactivo del techo. Al menos con ese señor en jarras sabes que te va a destrozar la cubierta y quizá el suelo del vecino, pero confías en la desaparición del problema, pero la conjunción económica política lo lleva diciendo décadas, hasta que se repite de nuevo,para que insistan en el diagnóstico profecía. Y si es estructural es que no es coyuntural, es decir, que no se debe a la mala suerte o alguna otra faena aislada, el paro es estructural porque no sabemos hacer las cosas y nuestra economía se basa en modelos incorrectos y un bla, bla, bla que no soluciona nada.

Ahora el vellocino se pone en la tecnología y en la falta de innovación. Por lo visto nos falta peso industrial y nos sobra fracaso escolar. Pero en la práctica muchos ingenieros están en paro o infraempleados. Unos pocos datos. En España el 28% tiene estudios superiores, en Alemania el porcentaje es de 18. Pero solo el 61% de los españoles han llegado más allá de la ESO, cifra que supera Francia con el 82%. En Alemania el peso de la industria es 9 puntos superior, dedicando un 2,53% a I+D mientras España dedica un misero 1,27. Qué pasa, que Francia registra diez veces más patentes que nosotros, 3720 frente a 363 con solo el doble de tamaño. Sin aburrirles, necesitamos 45.000 empresas innovadoras más. Duplicar nuestra actual cifra. Y ya se hablaba el otro día de la generación ni, ni: ni estudia, ni trabaja. Y como hemos visto antes ni inventa, ni innova. Solo se nos da bien aceptar trajes y viajes gratis total y bajarnos discos y películas por la patilla.

Es necesario implicar a los empresarios en el cambio de modelo productivo considerando que existe el diálogo, pero también la coerción, y más necesario aún, cambiar la mentalidad de nuestros conciudadanos para abrazar el nuevo paradigma, posiblemente con mucho esfuerzo no directamente recompensado, lo que llevaría a unos sindicatos a actuar inteligentemente, lo que significa manejar también el diálogo y la coerción y no necesariamente contra el empresario y el cambio significa asimismo variar el proceso educativo de igualdad de oportunidades sin creer que así se igualan las capacidades, y ser diligente contra la opacidad fiscal y ser duro contra el absentismo y los médicos cómplices y pagar más a los maestros para que sirvan de modelo y no de escarnio.

Y es cuando ves que la teoría de los seis grados de separación, la versión epistemológica del mundo es un pañuelo, se quiebra, porque a la hora de cambiar uno mismo, de afrontar nuestro mundo cercano, de arrimar el hombro, cuando llega ese punto de sacrificio, de cooperación, de solidaridad, en España no conocemos ni a Dios.

1 comentario:

Tesa dijo...

Se nos pierden los ídolos por el camino, seguramente mucho antes de su muerte.

Es más triste la pérdida de aquellos que ni llegan a ser ídolos, ni siquiera gente honrada, sobre todo para los que coleguean y se amamantan de esas tetas financiadoras -¿financieras?- que dices.

Izquierda Unida está sin un duro, he leído en un titular. Como si fueran los únicos, con la que está cayendo.
Parados están, desde luego. Por lo inmóviles, digo. Al menos su brazo "comisionero" sindicalista, que no se les oye, con la de cosas que podrían estar gritando ...o negociando.

Y resulta que la solución a todos nuestros males está en las energías alternativas. Osea que la culpa de todo la tiene el petroleo. No hay como tener un chivo expiatorio a mano, en cada casa, para librarnos Señor, los demás, de todos los males.

Se te saluda, Leandro, me gusta leerte.