lunes, 25 de mayo de 2009

La píldora de nunca jamás

Qué nos importa que la ministra de Igualdad siguiera adelante con su embarazo. ¿Es acaso relevante que desee el hijo, que pueda proveerle de los cuidados necesarios, o que su pareja lo acepte? ¿Tiene ya la seguridad de su viabilidad, de la ausencia de algún problema genético o algún otro inconveniente? ¿O quizá nos quiere decir que a las presuntas mujeres progresistas en edad fértil también les gustan los niños? ¿Era necesario? ¡Qué complejos!

¿Es ineludible llevarte mal con tu cónyuge para estar a favor de que cada cual se una o desuna cuando le venga en gana? ¿Es obligatorio tener una madre en silla de ruedas para defender el gasto en dependencia? ¿Hay que ser homosexual para defender sus derechos? ¿Puedes defender la eutanasia con un historial clínico impecable, sano como una manzana?

Si en lugar de mantener las denominaciones de abortistas y defensores de la vida lucharan por que los medios les reconozcan como pro-elección, como hace décadas instituyeron los americanos (pro-choice), no sería necesario tanta explicación banal. Tanto leerse el elefante y sus marcos y a la primera de cambio se dan un trompazo.

Pero Bibiana Aído nos lo cuenta en El Mundo, y afirma que es una ley equilibrada entre la libertad de decisión de la mujer y la protección de la vida prenatal. Ya argumenté sobre ello y no volveré, pero qué cagada de explicación. Me imagino a un consejero espiritual diciendo a la mujer maltratada, hija mía, aguanta un poco, es lo mejor para que tus hijos no se queden sin padre, eres su sostén, su equilibrio, quizá cambie, dale tiempo, ten fe en Dios. Ponderado equilibrio ¿verdad?

Pero tampoco sale airosa de la contradicción de que no se pueda comprar tabaco o alcohol a los 16 y se pueda abortar, que se mantenga la responsabilidad legal del tutor pero se le excluya en esta decisión. Bien podría haber preguntado qué pasaría si son los padres los que obligan a abortar: pero papá quiero quedármelo, mira niña, bastante has hecho ya, cállate de una vez y abortas ahora mismo y punto. ¿Defendemos la patria potestad en todos los casos?

Pero los críticos con la facilidad de acceso para la píldora del día después tienen razón cuando alegan que para los anticonceptivos normales es necesario receta y para un procedimiento excepcional no. Al final, es casi lo mismo con diferentes dosis. Con nuestro sistema de atención sanitaria no parece razonable que se excluya a los médicos del proceso, sobre todo cuando las farmacias se han convertido en tiendas de conveniencia: maquillaje, potitos, papel higiénico, gafas, etc.
Solo decir algo sobre la píldora del día siguiente. Tiene un efecto anticonceptivo y un efecto abortivo, depende de en qué momento logre su efecto. Así lo dicen los propios prospectos, que mencionan los cambios endometriales y los problemas que causan a esas pocas células. La regla -con perdón- es sencilla, si impide que el óvulo se una con el espermatozoide es anticonceptivo, si impide que el proceso siga, dificultando la anidación una vez que se han juntado los gametos, es abortivo. Fácil. To-ne-la-da. Mil kilos. La misma palabra lo dice.
Esta píldora vale para no pensar demasiado, para aceptar que quizá no se juntaron esas dos células, para dar una oportunidad al azar, al estilo del pelotón de fusilamiento, que pone una bala de fogueo en uno de los fusiles, para que cada soldado pueda descargar su conciencia de forma estocástica, en lugar de mirar el cuerpo inerte.
Que el concepto embarazo lo acepten después de la implantación del embrión es de nuevo la guerra de los momentos de verdad y tiene más de ideológico que de ciencia. El desarrollo embrionario y fetal tiene diferentes hitos, pero en realidad es un continuo como el de la vida adulta. Un óvulo solo muere al cabo de un tiempo, lo mismo sucede con el espermatozoide, se los puede congelar para preservarlos, pero siguen siendo eso únicamente: lo que ya eran. Pero si se juntan hay otra cosa, si no se ponen trabas seguirá siendo otra cosa, y ahí está el busilis y que rompe el continuo de indiferenciación para convertirse en algo independiente y distinto.

Así que el gran hito es ese, luego suceden cambios en la complejidad y establecer diez semanas o catorce o veinte es meramente formal, a los catorce años hay cambios y a los sesenta, pero no somos básicamente distintos hasta la muerte, cuando se interrumpe el proceso. ¿Es tan difícil aceptarlo?

Otra cosa es la necesidad de regular la píldora del día siguiente, la RU486 o el aborto instrumental mismo, el horror de los abortos clandestinos, los embarazos en quinceañeras, los niños abandonados por padres irresponsables o los hijos simplemente no deseados. Y para eso están las soluciones tan difíciles como aceptar la muerte provocada de un embrión. La vida de la mujer, la social, la económica, la interna, por encima de la vida de un futuro individuo que aún no es nada.

Pero por qué tanto rasgarse las vestiduras estos señores del PP que aprobaron la venta del levonorgestrel en 2001. ¿La libre disponibilidad es lo terrible? Ya es gratuita en Navarra y en Castilla León. ¿Qué ha pasado de pronto? ¿Han encontrado una nueva santabárbara con más munición ante las europeas?

Y ahora nos queda luchar contra los farmacéuticos que se nieguen a facilitarla por razones de conciencia, encubierta bajo problemas de abastecimiento. ¿Serán los mismos que se niegan a vender preservativos? Dado que las farmacias están bajo la concesión administrativa y disfrutan de cierto monopolio en su zona, se les debería retirar el permiso a los que objetaran, de la misma forma que se debería retirar de sus puestos en la sanidad pública a los ginecólogos objetores. ¿Toleraríamos a camareros musulmanes que no quisieran servir alcohol? ¿A taxistas testigos de Jehová que no nos llevaran a donar sangre? ¿A barrenderos con síndrome de Diógenes? ¿Es aceptable que la religión, la propia moral o un trastorno, contamine y dificulte la libertad de otros y la misma ley? Seguramente todos tenemos un Bartleby en nuestro almario, y está muy bien la obstinación personal cuando sólo de uno mismo se trata, pero aceptar que los demás colaboremos en su mantenimiento, y lo sufraguemos, es injustificable.

En algún momento hay que empezar a explicar que los derechos civiles no son obligaciones para todos, que el matrimonio puede ser maravilloso para unos y terrible para otros, que la vida es fantástica hasta que se hace insoportable, que ojalá los abortos no fueran necesarios, pero los pudientes lo pagan con seguridad hospitalaria y los desgraciados lo hacen en cocinas o en camastros y que la alternativa de tenerlo y darlo puede ser mortificante e injusta. Ya es hora de establecer el respeto a los demás como principal medio de convivencia. Echamos a los árabes, a los judíos, expulsamos a los franceses, cuando nos tocó emigrar nos vinimos con un coche de segunda mano y poco más. No estamos acostumbrados a convivir con lo diferente, seguimos imponiendo nuestras normas al turco infiel, aunque para ello haya que irse hasta la misma Anatolia. Por eso nos hacen falta más negros, más cobrizos, más gente de color extraño, que rompa nuestra raza, que desgarre nuestra estirpe, que nos haga entender que la pureza no vale, que cuando el agua es demasiado pura no quita la sed, que cuando inunda a las personas las hace aburridas, a los animales locos y a los reyes idiotas y prescindibles.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Completo, multitemático y siempre abierto a la reflexión y discusión tu artículo de hoy. Voy a intentar dar mis no siempre claras opiniones al respecto.

Creo que hay un trasfondo general aplicable a todas las cuestiones que expones, la diversidad, mejor dicho la aceptación o no de la misma. Mientras cada uno tenga una visión monolítica del asunto que sea, si no aprende a razonar por si mismo y se deja arrastrar por prejuicios ideológicos, morales o de calquier índole, no se pòdra tener un critrio propio.

No se puede, ni debe, justificar leyes y actos sociales y políticos en base a la adscripción a determinado grupo; bastaría con aportar las razones lógicas, prácticas o científicas que los motivan.

En el tema de la pildorita de marras ha faltado una explicación clara y precisa; para empezar no hay que tener miedo a llamar a las cosas por su nombre,no creo que el debate deba centrarse en si es un anticonceptivo o un abortivo; lo importante es para qué se debe de utilizar, con qué garantías y cuales van a ser las normas de su distribución.

El tema de la pretendida "objeción de conciencia" está muy bien tratado por ti, es un ejemplo más de doble moral, ¿cuantos médicos se niegan a practicar abortos en sus empleos en la sanidad pública y luego los realizan en sus consultas privadas? Y no sólo eso, si realmente su conciencia les impide determinadas actuaciones, legales y objeto de su contrato como empleado público, su obligación es abandonar ese cargo y dedicarse a trabajar en centros acordes con su "ética", que por cierto son numerosos.

Bueno, veo que me estoy alargando como es habitual ya en mi. Seguiremos dialogando sobre éste y otro asuntos que plantees, siempre interesantes.

Un abrazo

Leandro María dijo...

Tienes razón Ernesto cuando dices que hay que llamar a las cosas por su nombre. Y es en lo que me he empeñado, quizá demasiado, últimamente. Pero no me digan que no es una cosa para que sea aceptable. El aborto lo es desde el primer día. ¿Y? Pues eso, que habrá que racionalizar el asunto. Asumamos lo que hacemos sin mentirnos. Bien podríamos para tolerar a la fiesta taurina considerar que sufrimiento es únicamente humano, que el dolor empieza a partir de los dos litros de sangre o que la muerte en la plaza es el mejor destino para los animales no predadores. Taxonomías y opiniones que en modo alguno aminoran la tragedia taurina.

Abrazos y extiéndete más. Todo lo que quieras.

anuska dijo...

!uf....! voy atrasadísima , espero ponerme al día. Antes de que se me olvide permiteme que te pida disculpas por haber desaparecido un tiempo, felizmente mi amiga va a seguir arañándole años a la vida y a ese cabroncete cancer, por ahora que le vayan dando...por Sálvese la parte.
Te he ido leyendo a ratos lo de la
Bibí andaluza es que me repatea...¿para que puñetas sirve esa marisabidilla, deslenguada a ratos que no sabe de donde viene y a donde vá?...lo que opino, cuando uno es jóven y llega a un sitio de tanta responsabilidad como es un ministerio de ¿igualdad?...o IGUAL LE DA a ella, digo yo que lo primero que debía hacer es ver, oir y callar y más tarde hacer lo que su jefazo quiere que haga pero siendo más prudente y más discreta. !esta niñata"! ¿qué méritos tiene?...!Ah, si claro, `pertenece al clan de un pueblo de Cádiz, digo que será la única que les quedaba por colocar, en espera de los nietos que poco a poco van llegando.
No quise entrar la otra vez en lo del aborto, porque considero que es un tema tan complicadísimo que fuí cobarde y no me mojé, pero esta vez si lo voy a hacer.
Ya te habrás dado cuenta que de niñata no tengo nada y que por lo que hablo tú que eres más listo que los ratones coloraos habrás deducido mi edad.
En su momento fuí de las que mi cuerpo es mío, hago con el lo que quiero, jamás he pasado por el difícil trance imagino que para cualguier mujer de quitarse una albóndiga(no recuerdo a que fase de la gestación hacías alusión cuando así la denomistaste). Hace unos años hablando con una sobrina mía embarazada, ella defendía que jamás abortaría, y le repuse que había sido muy proabortista, pero a raiz de una programa científico que ví en que las pèrsonas que salían tenían unas incapacidades físicas atroces, y que reivindicaban su derecho a la vida y que eran tan felices a pesar de...que aquello me desarmó y aún sigo diciendo que no sé que haría.
Mi sobrina tuvo una hija, y a los pocos años volvimos a tener la misma conversación, pero ella que en su momento no hubiera abortado defendía a capa y espada que si su hija se quedara embarazadaa joven ella la llevaría a abortar.
A mi me sigue produciendo una gran ansiedad a pesar de no ser religiosa y aún tengo muchas dudas.
Lo de la píldora pues vale , pero...como una aspirina creo que nó.
Ya sé que el tema está muy manido, pero prefiero antes que todo educar, vamos a ver: si me acuesto con un sr. sea por lo que sea, tengo que ser consciente de que si no tengo ciudado y no pongo medios me puedo quedar embarazada y tal vez tb. pillar una enfermedad, que de éso nadie habla(tengo un amigo microbiólogo trabajando en la sanidad pública y está escandalizado de lo que se encuentra)...ya me he perdido...!Ah! si. Hay una falta de valores y de afrontar las responsabilidades acojonantes. Fíjate enfrente de casa hay un parquecito y cuando cruzo para ir al quisquillo veo lo que no quiero ver (drogas y alcohol en gente del barrio, de esos que se dicen "son buenos chavales ") y oigo lo que no debería oir: niñas de apenas 14 años contándose de lo que bien que folla (sic) Pepito, y que esta noche se tiran ( a Luisito). ¿en manos de esa gente dejo ese medicamento?...Esas niñas debían de estar en sus casas jugando con sun meñecas o al futbol con sus hermanos. Para esa gente no quiero esas medidas, quiero colegios, buenos profesores, disciplinas , campos de deportes buenos trabajos para sus padres que ellos decidan cuál de la unidad familiar se queda en casa y cuál sale a trabajar, que papá estado tenga buenas guarderías por si deciden trabajar ambos. Hay que partir de la base que sin duda es educar, después cada caso será un mundo, los demás tu, yo la gente hecha y derecha tendrá que salir cada cual del atolladero.
No se puede jugar a ser papa y mama sólo para lo bueno.
¿y a todo ésto qué papel jugais los hombres ?...

Leandro María dijo...

Sobre todo felicidades para ti y tu amiga por la buena nueva.
Es verdad que la Aído no es santa de mi devoción y coincido contigo en la dificultad de opinión sin apremio, de la moral sin circunstancia, porque casi todo en esta vida es depende y según y cómo. Y también acuerdo de buena gana contigo, querida y joven Ana, que los kikis molan pero no la frivolización de las consecuencias, la minoración de los actos y la contraconceptualización hedonista.
Sobre el papel de los hombres te remito al blog de mi alter ego o yo alterado:

http://indefensos.wordpress.com/2008/06/07/digresiones-interrumpidas/

Espero que quede clara nuestra postura.

Un beso Ana,

anuska dijo...

Jolín, tío, ya he leido el super-mega post, es casi un libro y por lo que veo pensamos casi lo mismo.
Para leer tu comentario me he metido en unos pocos de blogs de los que aconsejas. ¿cómo puedes controlar todos? ...chico me siento incapáz. Por cierto me ha gustado mucho el de Ernesto.
Ernesto....¿te importa que me comunique contigo en la cartilla de Leandro?...gracias, pues a lo dicho sobre los moriscos el profesor Emilio González Ferrin en la Tribuna de Diario de Sevilla de 13 de mayo de 2009 escribe un interesante artículo. Al igual que el msimo día aparece un entrevista a Francisco Márquez Villanueva sobre los moriscos también.
Espero que te gusten´, al tiempo que recordarte que en cuanto puedas nos pases la comunicación sobre los exiliados.¿sabías que el 13 de junio se cumple el 70 aniversario de la llegada del Sinaia a Méjico y los descendientes de los exiliados van a homenajear a los países que los acogieron, en el parque norte en el monunmento a Cárdenas?
Leandro, hijo...gracias por tu amabilidad...por cierto tengo pendiente contigo quien es el lobo porque tampoco lo soy.
Tambíen decirte que en todo este tiempo ya terminé el libro de los chilenos, me gustó y se me quedo grabado una frase "aprender historia en un folleto de dos hojas".
Besos....Ana

Leandro María dijo...

Me alegro de que te gustara el libro, siempre es un riesgo hacer una recomendación. Y no temas ser el lobo a tiempo parcial, yo disfruto de ser de vez en cuando caperucito, sobre todo si me pone la abuelita.

Más besos,