lunes, 8 de diciembre de 2008

Entre Getafe y Cornellá

Si fuera por el corporativismo que nos invade, estas palabras serían de defensa del Alcalde de Getafe por decir eso de ¿por qué todavía hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha? Al fin y al cabo es bajito y feo como yo, y eso, señores, une bastante, incluso mucho diría yo. Pero es una lástima que no sea tan gremialista, tan cartagenero como para jalear a Pedro Castro. Además debería respaldar también al primario Tardá, Bono dixit, por aquello de ¡Viva la República, muerte al Borbón! que más allá de la fórmula exterminadora, encierra el deseo de regreso del sistema que nos robaron tantas veces.

Pero, qué quieren, soy incapaz de mostrar simpatía por estos dos borricos que, sorprendentemente, son representantes del pueblo español. Y el problema está en que Pedro Castro se hizo una pregunta retórica sin saberlo y se contestaba a sí mismo: la gente listilla de los huevos o tonta de los cojones sigue votando a la derecha porque en la izquierda hay gente como él y como el diputado de ERC. A Castro le seguirán votando los incombustibles y su familia, pero ni un solo voto habrá arrancado de esa grey de derechas que mencionaba en su exabrupto y lo de Tardá fue de tan consumo interno, que es posible que ni siquiera le ofrezca réditos en su propio partido.

El comentario de Castro debería haber quedado en el desahogo de una partida de dominó después de que te ahorcaran el seis doble, y siguiendo con los ahorcamientos, a Tardá habría que decirle mi versión modificada de Chamfort, Quiero ver al último Rey colgado de las tripas del último cura empalado con el último nacionalista.

Al final es lo que queda, fuera la monarquía, fuera los curas, fuera los nacionalistas. ¡Qué maravilla de país! ¡Qué ahorro para los bolsillos y para las cabezas!

Pero como no va a ser así, yo me tengo que preguntar solemnemente ¿por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota?

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