Como ustedes saben yo debería dormir en jaula atendiendo a mi condición. Afortunadamente mi sosias me permite que deambule libre y duerma donde escoja. La vivienda no es para mí un problema pero seguir manteniendo la fábula de las familias que compraron una casa por 50 que siguen pagando y que ahora vale (¿?) 100 y decirles que han doblado su riqueza es propio de catedráticos de minas, pero los mineros deberían saber que lo que tienen, con suerte, es una casa, que solo serán más ricos si deciden venderla y vivir bajo un puente y mientras no lo hagan, siguen teniendo lo mismo: una casa un poco más usada.
No quiero que su ignorancia para citar en latín sin saberse los plurales o para nombrar quesos incorrectos oculte los subrayados de Centeno, pero es necesario advertir que las autonomías llevan funcionando unos cuantos años y el sistema financiero algunos más. Osa a convertir en irrelevante la cumbre G20+1 y a pasar de puntillas por la entrada en la CEE. Quizá por suponer conquistas socialistas.
Zapatero, como mucho, ha contribuido algo a que las cosas fueran bien en el pasado, y se apoyó en la labor de Rato y éste, curiosamente, en la de Solbes que, a su vez, se posó en los anteriores. Todos hemos tenido la solidaridad de Europa, básicamente Alemania, para adecentar las cuentas marchitas de un país retrasado. Sin quitar méritos a nadie, muchas veces las cuentas del Estado han prosperado con bastante independencia de las políticas internas. Posiblemente Zapatero ha hecho suyo el primum non noscere y dejar que las cosas siguieran por su cauce. Si no se le reconoció su contribución, es de ley no atribuirle los deméritos del retroceso. Nuestro Centeno le imputa personalmente la destrucción de empleo. No sé cuantas cartas de despido ha firmado Zapatero en los últimos meses. Quizá debiéramos ver cuántos puestos han destruido los inversionistas afectados por Madoff, de dónde sacaron ese dinero, por qué conocen tan bien Vaduz, por qué los empresarios de España quedan al margen. Si España iba bien gracias al tejido empresarial y su esfuerzo, no pueden ser absolutamente irresponsables ahora. Al menos de no haber percibido la desaceleración, de no haber hecho bien las cuentas, de apalancarse en exceso y sobre todo, de creerse más listos que nadie.
Abomino del poder autonómico, creo que ha traído más mal que bien a nuestro país. Por igualitario que soy, creo que su poder normativo es un cáncer, que si cuatro ojos ven más que dos, tres funcionarios incordian más que uno y siempre son barreras y nunca trampolines. Centeno da detalles de algunos problemas enormes que nos traen las administraciones autonómicas y pide que se mantengan los depósitos ¡No sin mi hucha! En mi vanidosa opinión pienso en un país sin Autonomías, con mayor poder municipal y con la vuelta a la Administración Central de la enseñanza y la sanidad. Si la Administración Central está repartida por toda España miel sobre hojuelas, si casi todos los call centers están en Irlanda o en el Magreb no sé porque el back office de Hacienda tiene que estar en la milla de oro de Madrid, por qué el Supremo o el Cuartel General del Ejército no están en Barcelona. Que el mogollón que se está montando para que el espacio universitario europeo sea común, coincida con 17 diferentes reglas para pescar/cazar o para morirse en España, solo puede dar una enorme pena.
Zapatero salió ayer en la Cuatro. Bastante creíble si no fuera tan inane. Pero no peor que su plomizo sustituto si los españoles lo tienen a bien. Al menos algunas cabronadas no las hará. Esta es la clave, Centeno: da igual quien esté. Si a Botín se la han metido doblada fíjate a nosotros que ya venimos lubricados. Hay que sentirse dichosos en estas fiestas y felicitarnos, de momento, por no ser el pavo.
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